Estela Moreno diseñadora
Estela Moreno, diseñadora e ingeniera de papel.
EL BAR DEL POST

Estela Moreno: Esculpiendo el alma del papel

“Cuando intervenimos el papel, este juega con la luz, nos habla a través de sus formas. El papel, aunque no lo consideramos un material noble, perdura y transporta nuestra historia en el tiempo. Nos acompaña en el día a día y, aunque la tecnología se impone, sigue presente en nuestras vidas de una forma u otra”. En la calle ha anochecido y en el Bar resuenan, tenues, las voces de Thee Sacred Souls mientras el paisanaje se arremolina alrededor de mesas o en primera línea de barra. Ahí precisamente se encuentra, con gin-tonic de London Mule en mano, Estela Moreno, ingeniera de papel y alma creativa de Cartoncita, un estudio de diseño especializado en el origami.

“El arte del plegado del papel hace que algo aparentemente plano y rígido adquiera, de pronto, movimiento y se convierta en objeto tridimensional. El tiempo interfiere en él modificando su olor y color, pero respetando sus pliegues, algo fascinante que hace que me sienta como una niña con sus juguetes cuando estoy trabajando en el taller”, explica la artista que, hace unos doce años, dejó un puesto de subdirectora de una oficina de banca de empresa, “un trabajo que no se me daba nada mal” para dedicarse a su vocación, “que se ha convertido en mi profesión”.

–¿Y cómo diste el paso tan categórico de dejar la banca para dedicarte al arte del plegado de papel?

–Aquel mundo no casaba conmigo y siempre me habían interesado el arte, la moda y la música, así que decidí apostar por mi pasión. Inicié los estudios de moda y después me metí en el mundo del vestuario de teatro, buscando algo muy creativo y nada rutinario.

Desde ahí, Estela Moreno pasó  a la escenografía y fue al hacer las maquetas cuando surgió en ella “algo innato: el papel, el cartón, fluía entre mis manos con total naturalidad y me hacía disfrutar y perder la noción del tiempo. Aquello despertaba una necesidad de aprender y experimentar, como una curiosidad insaciable”

La parroquiana no duda en tildar aquel momento de crucial, pues es cuando se le abrió la puerta a lo que acabaría convirtiéndose en su modus vivendi y eje absoluto de su actividad artística.

No es un juego de niños

“¡La verdad es que ha sido un trayecto de mucho trabajo y sacrificios, pero cuando haces lo que te gusta no pesa! Una cosa ha llevado a la otra, un trabajo a otro y así se ha tejido un camino de más de una década repleta de proyectos muy diversos, todos importantes, pues todos me han enseñado algo y me han hecho crecer”, asevera la artista, que no disimula su orgullo por la constancia en el objetivo de desarrollar su actividad alrededor de la papiroflexia, “que muchos aún creen que es cosa de niños”. Algo que, hace ya 120 años, lamentaba el propio Miguel de Unamuno en el anexo de su imprescindible novela, Amor y pedagogía.

Proyecto de Estela Moreno para Massimo Dutti.

Afortunadamente, parece que el esnobismo para con la intervención artística en el papel va quedando relegado a ámbitos minoritarios, tal y como demuestra el hecho de que grandes marcas se hayan fijado en el valor de la labor de la artista, que recuerda con especial cariño un proyecto para la pop-up store que Hermès montó en el Paseo de Gràcia, “un trabajo que me dio seguridad en mí misma para saber que estaba en el camino correcto y que supuso un escaparate perfecto para que diseñadores, estudios de diseño o empresas de eventos conocieran mi trabajo”. 

Otro proyecto en que Estela Moreno se vio involucrada fue cuando IKEA impulsó su campaña de retirada del catálogo físico para dar paso al digital. “Me pasé el confinamiento encerrada en mi piso rodeada de una montaña de catálogos de la marca, plegándolos en pájaros de papel para inundar todas las tiendas con estos”. Saliendo de la pandemia, Massimo Dutti le encargó cuarenta escaparates con flores de origami para sus principales tiendas de todo el mundo. “Fueron dos meses plegando flores de papel con un pequeño equipo a mi cargo”, recuerda con una mueca de franca satisfacción.

Una de las creaciones de Moreno, en la portada de un libro de Mario Vargas Llosa.

Parar parece estar prohibido para la parroquiana, que anuncia que ha trabajado en el nuevo spot de Lays, donde se ve a Leo Messi plegando bolsas de la marca de patatas fritas. “También hemos creado las portadas de los próximos cinco libros de Mario Vargas Llosa, estamos preparando una intervención en la Madrid Design Week y colaboraremos con la Sabadell Japan Week”. 

Moreno siente fascinación por su trabajo.

Todo lo que contiene la ciudad

Como a tantos barceloneses, a la artista Estela Moreno también le duele la pérdida de carácter de la ciudad, “lo impersonal que se ha vuelto, llena de bares, tiendas y espacios pensados para la masa insaciable de turistas que inunda cada rincón, y que han dejado atrás los lugares que conformaban su carácter”

Y, aun así, no duda en reivindicar que “¡Barcelona es mi ciudad! He crecido en ella, se me hace difícil imaginar el vivir en otro lugar”. Y sorbe un trago largo y reflexivo, antes de sentenciar: “a veces creo que no soy consciente de todo lo que tiene y ofrece”. 

Entonces, Estela Moreno se pone a recordar esa urbe amada, con tanta banda sonora para exultar y gastar suela de zapato: “el Harlem, las jam sessions del Taller de Música, el London bar, el Café Royal… Me vienen a la cabeza miles de recuerdos, amigos, momentos, encuentros en todos esos locales”.

–¡Oye! Y en éste, ¿no?

–Claro, claro, en éste también–, repone con una amplia sonrisa. 

Flor de papiroflexia, por Estela Moreno.