Contra viento y marea, el público de La Cubana podrá disfrutar de una experiencia única al entrar en el universo de esta gran familia que se ha preparado en el Miramar Centre Cultural de Sitges. “Nos llamaron para la exposición en 2019; la idea era hacerlo coincidir con el estreno de Adiós Arturo en Barcelona pero la agenda saltó por los aires y todo se aplazó un año”, nos explica el director de la compañía, Jordi Milán, sobre las entrañas de La Cubana, 40+1 anys: un viatge des del ‘no-res’ fins al 2021, un gran homenaje que se inaugura este jueves y se podrá ver hasta finales de septiembre.
De cara a la apertura, Milán confiesa que no se imaginaba una muestra tan grande. “Nosotros somos drapaires y guardamos todo. Si calculamos que llevamos cuatro décadas en marcha, pues ya se pueden imaginar cuántas cosas hemos almacenado en nuestro local de L’Hospitalet donde tenemos la oficina, la sala de ensayos y todo el vestuario”. Ni más ni menos que un total de 25 camiones cargados se desplazaron desde sus cuarteles generales hasta Sitges para abastecer la exposición de material.
Cuarenta años dan para mucho. “De la primera época sólo quedo yo y gente de la parte creativa. La Cubana nació en Sitges y empezamos como un grupo amateur que hacía teatro. Casi todos los pueblos de Catalunya tienen su teatro y por eso había muchísimos aficionados que se reunían entre amigos para subirse a un escenario. Todo eso se ha perdido y es una pena porque es una manera natural de aprender el oficio. En nuestro caso toda la escuela viene de la calle”.
Como un laberinto
“Es una exposición muy grande. Es como un laberinto. Se entra por una puerta y se sale por una escalera metálica que han construido para que la gente pueda seguir un recorrido free covid. Es una exposición curiosa, como un libro”. Las medidas de seguridad son excepcionales y, además de entrar en grupos reducidos, habrá muchas sorpresas fruto de la imaginación de quienes velan por la seguridad. “Hay una parte en la que mostramos nuestro repertorio musical y en la que la gente puede elegir la canción que quiere escuchar. Para que no manipulen las pantallas, se ha creado una fórmula de accionar el botón sin tocarlo”.
Los orígenes, los personajes, los espectáculos… Todo tiene cabida en esta gran caja. “Cómeme el coco negro estuvo cuatro años en cartel y Cegada de amor, cinco. La media de explotación es de cinco años. En Madrid siempre nos ha ido muy bien. En Andalucía y Valencia, también. Hemos tenido una gran respuesta del público, sumando un total de cinco millones de espectadores. Nuestros seguidores se han aliado con nosotros y han hecho posible que hayamos estado cuarenta años al pie del cañón. No es un público de teatro. Son espectadores que buscan cosas nuevas”.
“Nuestros seguidores se han aliado con nosotros y han hecho posible que hayamos estado cuarenta años al pie del cañón”
¿De dónde nació el nombre de La Cubana? “Nosotros somos de Sitges y, a principios del siglo XX, la gente se iba a hacer las Américas. De ahí vinieron la caña de azúcar, el Bacardí… Y muchas otras cosas que se quedaron en nuestro imaginario y han hecho que siempre hayamos mirado a Cuba. Además de esta afinidad, un día nos encontramos con un comercio de ropa que tenía un cartel y, al retirarlo, salió el nombre de La Cubana. Pensamos que era una señal”.
Uno de sus grandes éxitos de televisión que todavía colean son Les Teresines, con escenas que se han convertido en carne de meme en Twitter y capítulos que aún se pueden recuperar en Youtube. “La acción pasaba en Gràcia, pero en realidad estaban inspiradas en las mujeres de Sitges. Nos fijábamos en nuestras familias y en las tradiciones de toda la vida. Creo que ahora falta locura. La gente joven de ahora es más creativa que nosotros pero no tienen paciencia para crear”.
Adiós Arturo
El último éxito de La Cubana, que llegará a Barcelona en octubre, tiene un nombre inquietante: Adiós Arturo. “Es una comedia loca que rinde homenaje a Arturo Cirera Mompou, un artista polifacético vallisoletano que dejó por escrito antes de morir que quería celebrar su funeral con una fiesta por todo lo alto en el Teatro Calderón. Los funerales son un tema muy teatral y la fiesta está garantizada”. Para los más curiosos, decirles que Arturo Cirera murió a los 101 años y que era pintor, escultor, compositor, director, actor y coleccionista de arte.