Ernest Maragall Barcelona
El candidato Ernest Maragall en la azotea del Pier 01 del Tech Barcelona. ©Marc Llibre
ENTREVISA A ERNEST MARAGALL

“Nos hemos dejado imponer un modelo de aeropuerto, un modelo de turismo y un modelo de ciudad ‘low cost’”

Iniciamos con el candidato de ERC, una ronda de entrevistas con los principales aspirantes a ocupar la alcaldía de Barcelona el próximo mandato

Nos encontramos con Ernest Maragall en el edificio Pier 01 del Tech Barcelona, uno de los emblemas del ecosistema tecnológico y digital de la ciudad. Subimos hasta la azotea del edificio desde donde se divisa todo el frente marítimo de Barcelona. Maragall, con cara de pícaro y con ademán inquieto, se coloca las manos por encima de los ojos a modo de visera mientras observa todo el litoral. El sol es intenso. Repasa todos los edificios y suelta: “La mejor pieza de Barcelona, su frente marítimo, está expropiado por el Estado”.

— ¿Cuál es la Barcelona de Ernest Maragall?

Barcelona, ciudad de conocimiento.

— ¿Y esto qué significa?

— El concepto confiere carácter a la ciudad. Y en varios sentidos. Debemos controlar, desplegar, multiplicar y convertir en definición nuestro modelo productivo. Debe ser un factor de incremento de la cohesión social, de disminución de las desigualdades, de valor añadido y de mayores sueldos. Pero sobre la base de unas decisiones que debemos tomar. Algunas están iniciadas, pero deben llevarse hasta las últimas consecuencias. Debemos elegir en qué queremos ser referencia. ¿En qué puede ser referencia Barcelona?

— ¿Tiene la respuesta?

— Esto debe responderse desde el sujeto colectivo que es Barcelona. Ahora debemos acostumbrarnos a tomar decisiones y a hacerlo desde un doble ejercicio: asumiendo el riesgo que comporta el liderazgo público y, al mismo tiempo, con la complicidad de la realidad social, cultural, científica, etc. Debemos definir unas prioridades y oportunidades para convertirnos en un núcleo de referencia europeo y mundial.

— Concretemos: ¿en qué campos puede sobresalir Barcelona?

— En varios. En bioingeniería, en la movilidad inteligente o en el audiovisual, por ejemplo. En todos aquellos campos de la economía donde se requiere un grado de innovación y desarrollo tecnológico. Barcelona puede ser referencia en innovación social y tecnológica.

— ¿Y qué le falta para serlo?

— Le falta liderazgo público, determinación para llegar a acuerdos amplios y, sobre todo, saber dibujar un ecosistema claro, potente y bien relacionado. ¿Qué significa el Clínic más el Parc Científic? ¿Qué significa la Ciutadella del Coneixement más el Hospital del Mar? ¿Qué significa el Hub Audiovisual en las Tres Xemeneies? ¿Qué significa el Vall d’Hebron más Sant Pau? Desde el Ayuntamiento de Barcelona debemos contribuir a liderar estas sinergias. Sumar definición y riesgo.

“Barcelona puede ser referencia en innovación social y tecnológica”

— ¿Falta liderazgo o falta proyecto?

— Debemos definir las prioridades que, después, se convertirán en proyectos. Y, además, hay otro elemento imprescindible: no debemos limitarnos al término municipal de Barcelona. Nos hemos acostumbrado a ser competitivos cada uno de forma individual cuando deberíamos acostumbrarnos a ser superproductivos conjuntamente y que esto sea un factor multiplicador.

Ernest Maragall

— Siempre que se habla de la colaboración, en Barcelona, se acompaña del adjetivo público-privada. Usted no lo ha dicho.

— Debemos ir más allá. Yo hablaba de una alianza entre la ciudad y el país, entre el Ayuntamiento y la Generalitat. Hasta ahora nos hemos acostumbrado a considerarlos como dos poderes paralelos o incluso contradictorios. Lo que propongo es que vayamos juntos. La primera sinergia a construir es entre la ciudad y el país. Y, por tanto, también con los ayuntamientos del Área Metropolitana. A nivel de transporte, infraestructuras, inversiones, etc.

“La primera sinergia a construir es entre la ciudad y el país. Y, por tanto, también con los ayuntamientos del Área Metropolitana”

— Algunos han puesto en duda el modelo de los grandes eventos de ciudad, que también lo son para el país, como el MWC, la F1 o eventos de carácter deportivo. ¿Cree usted que estas iniciativas son un activo?

— Ha pasado el tiempo en el que los eventos generaban dependencia. Ahora los eventos son parte de la normalidad. Deben también ser parte de esta definición de prioridades y opciones.

— ¿El turismo es una prioridad?

— Sí, pero debemos gobernarlo. Debemos cultivarlo, transformarlo y cualificarlo. Barcelona debe hacerse valer. Debemos dejar de ser low cost. Nos hemos dejado imponer un modelo de aeropuerto, un modelo de turismo y un modelo de ciudad low cost. Debemos pasar página.

— ¿Su modelo de aeropuerto tiene tercera pista?

— Esto nos lo tienen que decir los técnicos. Es lo de menos. Ahora tenemos la oportunidad, gracias a la iniciativa del Govern de la Generalitat, de mirarlo todo con un grado de libertad mucho mayor. No estamos criticando, aceptando, rechazando o matizando una propuesta. Estamos en condiciones de hacer una nueva. Ahora que todo el mundo ha dicho la suya, pongámoslo sobre la mesa y, como sociedad inteligente y madura, decidamos cuál es la solución, en términos de coste-beneficio, más beneficiosa.

Ernest Maragall

— Otra infraestructura básica: el puerto. A menudo se dice que vive de espaldas a la ciudad.

— El puerto es una pieza fundamental para la ciudad. En el puerto hay muchos terrenos que no son de uso portuario y que dan lugar a debates como el del Hermitage, el del Liceu y otros. Por tanto, la ciudad debe poder intervenir en estos ámbitos tanto como sea posible. El Port ya tiene proyectos y tiene una planificación, pero no podemos quedarnos simplemente como espectadores. Debemos implicarnos, ya que la vida económica, social y cultural de Barcelona también pasa por su puerto. Ahora bien, aquí debemos tener en cuenta otro tema: el frente marítimo, es decir, toda la fachada que hay delante del puerto. Desde el Morrot hasta el parque de la Ciutadella tenemos una ciudad secuestrada por edificios del Estado.

— ¿Unas murallas?

— Unas murallas que son los edificios de Aduanas, de Correos, el de la delegación del Gobierno, el de Capitanía, el del Gobierno Militar, etcétera. ¿Qué uso tiene todo esto ahora? La mejor pieza de la ciudad, su frente marítimo, está expropiada por el Estado. Lo que en otros lugares sería una de las maravillas de atracción, de actividad o cultura está casi vacío. ¿Cuánta gente trabaja en estos cientos de miles de metros cuadrados? ¿Y qué trabajo realizan? ¿Controlar el país? Que lo controlen desde una pantalla en La Moncloa. Este es un gran proyecto de la ciudad y no puede que esté secuestrado por el Estado.

“La mejor pieza de la ciudad, su frente marítimo, está expropiada por el Estado”

— Hemos hablado de infraestructuras básicas para captar talento, pero ¿cómo lo retenemos?

— Pues debemos empezar mucho antes. La primera retención de talento debería ser el de casa. En lugar de expulsarlo, deberíamos ser capaces de dar oportunidades al talento que ya tenemos. Y esto pasa por un concepto triple de lo que significa ser ciudad: formación, ocupación y vivienda. Y también exige una inversión continuada en urbanismo del espacio público. Mucha gente vino a vivir a Barcelona porque dio un salto cualitativo: recuperó el mar, generó un espacio público de alta calidad, etcétera. Debemos continuar creando ciudad.

— El acceso a la vivienda es un problema no sólo para retener talento, sino para gran parte de la ciudadanía de Barcelona. ¿Cuál es su plan?

— Lo resolvemos a través de políticas de suelo. Nosotros tenemos toda una programación de vivienda potente para recuperar de nuevo el ritmo normal de 5.000 viviendas al año, 20.000 en el conjunto del mandato y, de éstas, 8.000 protegidas. Y, además, deberíamos añadir este urbanismo creativo para ver qué otros suelos dotacionales tiene sentido imaginar, promover y construir.

Guillem Carol, editor del The New Barcelona Post, con Ernest Maragall durante la entrevista.

— Una última pregunta: si Ernest Maragall es alcalde, ¿qué va a hacer en sus primeros 100 días de gobierno?

— Lo primero que haré es cambiar el clima de la ciudad. Haré de meteorólogo para decir: “Se acabó el desánimo, se acabó la autoflagelación, se acabó la lamentación, se acabó el miedo, se acabó la desconfianza. Entramos en un nuevo clima de construcción, ambición, transformación, horizonte compartido, liderazgo y complicidad”.

“Lo primero que haré es cambiar el clima de la ciudad. Haré de meteorólogo para decir: Se acabó el desánimo”

— Finalmente: Dígame algo positivo de la alcaldesa Colau.

— La identificación de grandes cuestiones que después no ha sido capaz de resolver.

— De Jaume Collboni?

— Hábil.

— De Xavier Trias?

— Es buena persona.