Cartel de la decimosexta edición del Festival de Novela Negra de Barcelona. ©BCNegra
IN THE STREAM

El virus no puede con BCNegra

El festival resiste a las restricciones de la pandemia y a las bajas y adapta todo su programa en streaming para mantener la capitalidad de Barcelona en la novela negra

La gran cita de Barcelona con la novela negra ha demostrado su resiliencia en esta gran batalla global contra la covid. Este año, todas las actividades han tenido que hacerse telemáticas, sin público, y tan solo algunos ponentes han acudido de forma presencial a un plató en el Palau de la Virreina. Pese a todas las restricciones e inconvenientes, el comisario del festival, Carlos Zanón, ha conseguido sacarlo adelante para que de ninguna de las maneras faltara a su cita y que Barcelona volviera a ser, durante esta semana, capital de la novela negra. Zanón ha demostrado en las últimas ediciones que es un más que digno sucesor del añorado Paco Camarasa, con el que tan buenos ratos pasé en su librería Negra y Criminal de la Barceloneta divagando sobre el género y nuestro ídolo común Sherlock Holmes.

 

La pandemia ha ocasionado inevitables bajas. Por ejemplo, la de Elly Griffiths, una autora británica que se incorporó en 2019 al mercado literario español, aunque ya había leído algunas de sus novelas en inglés. En nuestro país ha debutado con Los ecos del pantano, primera entrega de las aventuras de la arqueóloga forense Ruth Gallowey, y acaba de aparecer la segunda, El umbral de la mentira, igualmente ambientada en un paisaje rural británico. Su ausencia en la BCNegra ha impedido que pueda conocerla y charlar un rato con ella, como sí pude el año pasado hacerlo con otro autor que me ha entusiasmado en los últimos tiempos, el danés Mads Peder Nordbo y Los crímenes del Ártico.

En los últimos tiempos, me he entregado a descubrir nuevos escenarios para la novela negra. Griffiths lo hace combinando arqueología y crimen. Aunque no es la primera ni será la última autora en hacerlo, en su caso me atrapa el estilo de esta seguidora del más puro polar británico. Nordbo traslada la acción a una insólita Groenlandia, en la que constatamos que esa sociedad aislada y fría puede generar complejas tramas criminales no exentas de la violencia que ya nos tienen acostumbrados los escritores nórdicos.

BCNegra
En la pantalla, la novelista Joyce Carol Oates, ganadora del Premio Pepe Carvalho de este año. ©BCNegra

Siguiendo esta línea, ansío escuchar el sábado a una de las novedades de 2021, el japonés Hideo Yokoyama, que acaba de publicar en castellano Seis Cuatro, un caso que se desarrolla en Tokio que espera en mi mesita de noche con la expectativa generada por las buenas críticas. Lo escucharemos online junto a su amigo David Peace, otro autor residente en Japón. Aunque sin covid, Yokoyama tampoco habría viajado a Barcelona, pues prácticamente no sale de su casa.

No nos podrán firmar sus últimas creaciones, pero por BCNegra ya han pasado o pasarán esta semana, aunque sea por streaming, muchos otros referentes del género y habituales del festival. Por citar solo algunos y que me perdonen el resto: Andreu Martín, Boris Quercia, José Sanclemente, Juan Ramón Biedma, Alicia Giménez Barlett, Claudia Piñeiro y Emma Riverola. Y, por supuesto, ya hemos tenido la oportunidad de escuchar desde Nueva York a Joyce Carol Oates, premio Pepe Carvalho de este año. Oates es una escritora norteamericana a quien el jurado ha otorgado el galardón por su trayectoria y contribución a la novela negra. Confieso que no he leído nada suyo, lo que la convierte en una de mis asignaturas pendientes.

La actitud resiliente de BCNegra 2021 ha sido de admirar. Una semana antes de iniciarse el programa se endurecieron las restricciones por la pandemia, lo que obligó a los organizadores a renunciar a la carpa prevista en la Rambla que habría permitido algunos actos presenciales. Las adversidades no han impedido que se adaptaran al streaming todos los actos previstos, de modo que no se ha suspendido ninguna de las mesas. Incluso se ha logrado preservar la vocación internacional que el certamen ha consolidado en sus ya 16 ediciones.

La actitud resiliente de BCNegra 2021 ha sido de admirar; incluso se ha logrado preservar la vocación internacional que el certamen ha consolidado en sus ya 16 ediciones

La historia de BCNegra es una historia de éxito y de superación de dificultades. Pocos apostaban en su inicio por la continuidad de aquella iniciativa capitaneada por Camarasa, pero aquí está, convertida en uno de los eventos literarios de referencia de Barcelona y de la agenda internacional del género. Barcelona y la novela negra tienen química. Por supuesto, el desaparecido Manolo Vázquez Montalbán y su Pepe Carvalho tienen un papel clave en este fenómeno, pero no debemos olvidar que BCNegra es una pata más, cada más importante, de las que sostienen la capitalidad literaria y editorial de la ciudad.

BCNegra
Los eventos del festival literario se retransmiten en streaming. ©BCNegra

Barcelona y el libro acumulan un largo matrimonio desde el siglo XV. Sería interminable hacer una relación de escritores, editoriales y eventos que sostienen esta capitalidad: Vargas Llosa, García Márquez, Marsé, Planeta, Barral, Bruguera, Sant Jordi y hasta el mercado de lance de Sant Antoni son solo algunos de ellos, pero nos podemos remontar al Quijote, pasando por la Renaixença y el boom de creatividad de la posguerra e inicio de la democracia. Barcelona ha sido también el puente con el mercado latinoamericano.

Barcelona y el libro acumulan un largo matrimonio desde el siglo XV. Sería interminable hacer una relación de escritores, editoriales y eventos que sostienen esta capitalidad

El sector ha aguantado pese a las numerosas sacudidas. La última, la durísima de la pandemia, pero consuela constatar que el golpe del virus a la industria editorial ha sido mucho menor de lo que podía haber sido, según aseguran los editores. El libro se ha convertido en uno de los refugios en tiempos de confinamiento, aunque los grandes beneficiados hayan sido las librerías online. Estos días aún permanecen cerradas las librerías de más de 400 metros cuadrados todos los fines de semana, al igual que otros muchos establecimientos comerciales que están siendo los grandes perjudicados de esta crisis sanitaria y económica. La visita a las librerías se ha convertido en una actividad de alto riesgo a juicio de las autoridades.

Quizá, pero me cuesta aceptarlo. Es mi propia resiliencia.

Tags from the story