Jorge Mas, experto en retail

El ‘upper’ de Barcelona se reinventa

Las nuevas aperturas de Francesc Macià demuestran que esta zona de la ciudad es un motor de cambio

No hay duda de que si Barcelona fuera Nueva York, la plaza Francesc Macià sería nuestro Upper East Side, el paraíso de los retailers donde se encuentran los hoteles más lujosos, las tiendas con mejores diseños y algunos de los mejores restaurantes, o al menos, que aquí están algunos de los más elegantes, es casi indiscutible.

Esta zona de Barcelona siempre ha sido una de las más pioneras de la ciudad. Es el lugar donde abrió la primera hamburguesería de estilo americano en los años 70, por nombrar un ejemplo. El Pokin’s, que se llamaba entonces, ahora es una farmacia que conserva las dos entradas que tenía entonces, una mirando a la plaza, y otra, en la calle Calvet.

Como en muchos otros barrios, en los últimos años esta zona se está reinventando y los comercios que abren o cierran, ya sea como consecuencia del covid o por un relevo generacional, están dinamizando y modernizando Francesc Macià.

Unas de las aperturas más sonadas de los últimos meses es la de Camarasa, una tienda gourmet que ofrece una experiencia muy singular en la esquina más codiciada y característica de la plaza, que hace esquina con la Diagonal, donde antes se encontraba la emblemática zapatería Padeví.

La visión de Marc Taribó, de la tercera generación de este negocio que fundaron sus abuelos, es ambiciosa: cuando consiguió hacerse con este local tan especial, tuvo claro que debían crear un gran proyecto para convertir su tienda en todo un emblema de Barcelona. Con este fin, la familia hizo reconstruir la fachada y el diseño, combinando un color beige claro, en sintonía con el resto del edificio, con puertas negras y dos imponentes columnas de estilo dórico que presiden la entrada.

Con la remodelación y equipamiento del local no han escatimado. El proyecto ha costado un total de dos millones de euros. En el interior todo se ha hecho a medida, desde las neveras hasta las barandillas de acero.

El local, de 350 metros cuadrados, combina muchos conceptos, prácticamente no se han dejado nada al margen: tiene tienda (con productos gourmet, frutería, charcutería, vinoteca y cava de quesos en el piso inferior). También comida para llevar y restaurante. Está abierto todos los días de la semana, excepto los domingos, que cierra a mediodía. Los espacios varían dándoles un mayor o menor protagonismo según la hora del día.

El conocido Café de París de este barrio también se ha reinventado. En febrero, volvió a abrir sus puertas de la mano del cocinero Jordi Cunill, respetando su esencia de hace medio siglo, pero con un lavado de cara para darle un toque más fresco.

Sus platos estrella se mantienen, como entrecot Café de París, el filete Chateaubriand o el pescado a la parrilla. Un nuevo concepto de barra permite tomar una copa o un cóctel  disfrutando de la música de los años 80. La decoración del espacio ha incorporado un punto más contemporáneo y el logo ha evolucionado, una decisión acertada, para atraer la atención hacia algo que está cambiando.

La apertura de un gastrobar en el interior de la tienda de decoración Luzio es otra de las aperturas más sonadas de Francesc Macià. Esta concept store del Turó Park se convirtió hace unos años en una de las primeras tiendas-restaurante de Barcelona con la incorporación del gastrobar Iluzione, inspirado en el estilo del neoyorkino barrio de Brooklyn y reflejo de las inquietudes creativas de sus fundadores. Un espacio exquisitamente ambientado en el que podemos disfrutar de su carta de inspiración italiana y cócteles de nueva creación.

Su apertura completó la oferta gastronómica de la zona, con otros lugares bien trabajados como el 99 Sushi Bar, de alta comida japonesa con aires internacionales. Estas novedades demuestran que Francesc Macià, además de ser uno de los ejes más importantes de Barcelona, es un motor de cambio.