Siempre es un buen momento para hablar del papel de la mujer, tan falto de presencia pública. Yo quiero hablar de su papel en el mundo del cine, un ámbito en el que está de especial actualidad. El impulso mediático del #metoo contra el acoso sexual, unido a las crecientes demandas de igualdad salarial, comienzan a despertar conciencias. Pero antes de esta subversión feminista, fueron muchas las mujeres que dejaron huella en el cine, delante o detrás de la cámara, a pesar de que su impacto siga siendo menor. La escasez de directoras de cine de éxito es un ejemplo más de la situación que sufre la mujer en el mundo laboral en general, con un techo de cristal que resulta muy difícil de superar. Podemos hablar de excepciones: Kathryn Bigelow, Jane Campion, Jodie Foster, Sofia Coppola, Mia Hansen-Løve, y a nivel español, Isabel Coixet, Gracia Querejeta o la reciente revelación Carla Simón… Y para de contar. Y no sé si saben que la primera directora de la que se tiene constancia es la parisina Alice Guy-Blaché. Comenzó a relacionarse con el séptimo arte en 1894, y fue contemporánea de los hermanos Lumière. ¿A quién se recuerda hoy en día? No hace falta decir nada más…
A lo largo de la historia del cine, las actrices han quedado principalmente relegadas a papeles secundarios como complemento del protagonista masculino y que a menudo tienen más relación con roles vinculados a la maternidad o al erotismo que a personajes fuertes con motivaciones propias. A pesar de todo, si echamos un vistazo a la cartelera podemos ver que algunas de las películas que se exhiben están protagonizadas por mujeres y que el empoderamiento femenino va en aumento. He querido realizar una selección de películas de los últimos cuarenta años que, en mi opinión, proyectan una mujer con más carácter, con ganas de comerse el mundo, a pesar de que la mitad de dichas películas están dirigidas por hombres. Ya va siendo hora de que estas mujeres modernas tengan el papel que se merecen. También en la gran pantalla.