Seat volvió a los beneficios con 68 millones de euros en 2022, dejando atrás las pérdidas de 256 millones de euros del año anterior. Fue gracias al crecimiento exponencial que está teniendo una de sus marcas, Cupra. La facturación de la filial del grupo Volkswagen también superó la de 2021, con 10.513 millones de euros, la segunda cifra más alta que la compañía ha registrado en sus más de 70 años de historia, solo por debajo del récord de 2019, cuando fueron 11.157 millones de euros. Todo ello, vendiendo casi 480.000 vehículos, una cantidad similar respecto a 2021 y por debajo de la de antes la pandemia, aprovechando los mayores márgenes de los coches Cupra respecto a los de Seat. Estos mejores resultados se acompañaron de un plan de reducción de costes, que incluye prejubilaciones y bajas incentivadas, con la salida voluntaria de 1.330 trabajadores hasta 2026.
“La estructura de negocio es hoy más robusta y estamos construyendo una estructura financiera aún más sólida en el tiempo. Aunque nuestro volumen de coches vendidos en 2022 fue un 4% inferior al de 2021 debido a la escasez de semiconductores, nuestra facturación creció un 14% y los ingresos por vehículo aumentaron un 18%”, ha señalado el vicepresidente de Finanzas de Seat, David Powels, en la presentación de los resultados de 2022. “El cambio de tendencia de la compañía se ha logrado gracias al aumento de la proporción de modelos Cupra vendidos, una agresiva estrategia de gestión de ingresos, reducción de costes generales y mejoras en la eficiencia”, ha sostenido Powels.
Con el apaciguamiento de la crisis de semiconductores, este ejercicio ya ha empezado mejor que en 2022, con 71.500 coches entregados los dos primeros meses del año, un 27% más que en el mismo periodo de hace un año. Ante el fin de la escasez, se espera que se beneficie así a la producción de coches Seat, perjudicada en comparación a la de Cupra con el reparto de componentes que ha hecho el consorcio alemán.
El tirón de Cupra se espera que siga en 2023. Si el año pasado la marca prémium de Seat representó casi el 40% de los ingresos, con 152.900 vehículos vendidos, se prevé que sea más del 50% este año, con la consolidación de su presencia en Europa. Todo esto, servirá para preparar el terreno de cara a 2024, cuando se lanzará la mayor ofensiva de productos, con el Tavascan y el Terramar. Un año más tarde vendrá el Urban Rebel, que se fabricará en Martorell. El objetivo es llegar a las 500.000 unidades vendidas al año en el medio plazo.
Ante los mayores márgenes y el crecimiento vertiginoso que está registrando, la filial del grupo Volkswagen ha optado por priorizar a Cupra en la transición hacia el coche eléctrico. “El futuro es eléctrico y para nuestra empresa significa que el futuro es Cupra”, ha reiterado su consejero delegado, Wayne Griffiths. De momento, los modelos de coches eléctricos que se le han asignado a la planta de Martorell son el Urban Rebel (que podría comercializarse con la marca Cupra Raval) y, recientemente confirmado, el ID.2all de Volkswagen, ambos de pequeñas dimensiones. Se prevé que la fabricación empiece a partir de 2025, con una inversión de 3.000 millones para adaptar la infraestructura.
En este escenario, quien no tiene asegurada su supervivencia es la histórica marca española Seat. Si no se le asigna la producción de ningún vehículo eléctrico, sus coches pervivirán mientras se mantengan los motores de combustión. “No podemos electrificar dos marcas a la vez”, ha defendido Griffiths, “Seat y Cupra se complementan en esta fase de transición”. Una posible solución futura para Seat que el directivo ha puesto sobre la mesa ha sido su especialización en la micromovilidad, división que ahora opera a través de la filial Seat Mo. De hecho, ya se colabora con la catalana Silence, especializada en la producción de motos eléctricas y coches eléctricos de pequeñas dimensiones.
También queda por despejar la asignación de una segunda plataforma de vehículos eléctricos para Martorell, para fabricar modelos de mayores dimensiones que los previstos, aunque Griffiths no prevé que sea inminente. “Actualmente, no tenemos la capacidad”, ha recalcado, teniendo en cuenta que la fabricación de los nuevos urbanos eléctricos a partir de 2025 se combinará con la de los modelos Formentor y Leon, a la espera de saber si se podrá seguir con la del Arona. Una mayor producción es necesaria para asegurar el empleo en la planta barcelonesa, teniendo en cuenta que el coche eléctrico necesita menos mano de obra en comparación con el de combustión. También se quiere conseguir la construcción de una planta de ensamblaje de baterías en los alrededores de Martorell para amortiguar el descenso de empleo.
Nuevo hub de economía circular
Enmarcada en la reducción de su huella de carbono, Seat prevé abrir un hub de economía circular en Barcelona. Aún sin las cifras de la inversión que requerirá ni los puestos de trabajo que generará, la compañía ha indicado que servirá para desarrollar proyectos industriales de reutilización, refabricación y reciclaje, abriendo una nueva vía para los profesionales de Martorell.