El grupo Cottet Óptica y Audiología quiere hacer realidad el próximo año la introducción de su red de establecimientos en Portugal, dentro del plan de expansión previsto para este negocio familiar. La empresa ha iniciado negociaciones con una optometrista de Lisboa que ha mostrado interés por capitanear la apertura del primer establecimiento de Cottet en la capital portuguesa.
El proyecto tiene un presupuesto inicial de unos 800.000 euros para abrir una tienda propia, según el presidente de Cottet, Javier Cottet, quien insistió en que el crecimiento será “inteligente y sano” y principalmente con fondos propios.
El crecimiento en Portugal, que la pandemia ha aplazado, forma parte de un plan de expansión más amplio, a cinco años, en el que el grupo Cottet contempla la apertura de 20 centros propios y 10 franquiciados, en España y en el país vecino, después de que la crisis de 2020 derivara en una reordenación del negocio con la venta de los 13 centros auditivos Cottet Audio a la multinacional de la audiología Demant.
Desde entonces, Cottet Óptica y Audiología se ha centrado en la red de establecimientos Cottet, cuyo buque insignia es desde 2019 la flagship ubicada en Rambla de Catalunya, en Barcelona, con el correspondiente cierre de la histórica tienda de Portal de l’Àngel. “Fue una decisión valiente, pensando en el futuro”, reconoció Javier Cottet durante la charla Cottet: claves para seguir liderando después de 120 años, que ofreció en Casa Seat, como un evento más de los que la compañía llevará a cabo este año coincidiendo con el 120 aniversario de su fundación.
Javier Cottet manifestó que esperan “tener éxito en Portugal, como ha ocurrido con la tienda que en 2013 decidimos abrir en Andorra”, aunque advirtió de que el sector óptico se rige por unas normas absolutamente distintas en cada país. En este sentido, valoró el posicionamiento de España como referente en los avances en oftalmología y óptica. La marca tiene actualmente 37 establecimientos, de los cuales tres franquiciados, y en los próximos quince días abrirá otro en Tarragona.
Miembro de la cuarta generación y propietario del grupo con sus tres hermanos Àlex —que ostenta una vicepresidencia—, Sergi y Marta, el presidente de Cottet posicionó la firma como una pyme destacada “de un sector en el que quien manda es la industria”. Por eso, defendió el negocio familiar como “independiente y con marca propia”, que piensan potenciar. En 2019, hicieron el lanzamiento de la marca propia Lunettier 1840, una gama de monturas clásicas que está inspirada en los orígenes de la compañía que creó su bisabuelo Constantino Cottet en la fábrica Cottet, en el pequeño pueblo francés de Morez du Jurá. También trabajan con las marcas propias Urban y Urban Junior; y las lentes Cottet y Contact+.
En un amplio y entretenido repaso por la historia del negocio, sin esconder los pros y contras que durante cuatro generaciones han marcado el porvenir del grupo familiar, Javier Cottet se mostró esperanzado sobre el futuro: “Creo en la integración del modelo de tienda física y venta online, teniendo claro que el cliente todavía quiere la atención personalizada e Internet debe servirnos para mejorar la calidad del servicio”. “El sector tiene mucho futuro, añadió, porque la presencia de las nuevas tecnologías obligará a la gente a ver bien y a escuchar mejor” y, en este contexto, “lo que deben hacer empresas como la nuestra es enamorar al cliente y fidelizarlo. No se debe comprar sólo por precio”.
Durante la charla con la periodista Margarita Puig, Javier Cottet también tuvo tiempo para la autocrítica: “No supimos hacer adecuadamente el relevo generacional y, en 2015, tuvimos que vender por un euro nuestra industria de lentes y monturas Indo, creada por mi abuelo y que llegó a tener 2.000 trabajadores, y que era la primera de España y de las cinco primeras del mundo”. Como miembro de la saga, Cottet se complace de que Indo esté ahora en manos de la multinacional alemana The Rodenstock Group, una empresa que ya no es familiar, pero “con la que mi abuelo había establecido relaciones comerciales, concretamente con el profesor Rodenstock”, dijo.
La reivindicación del comercio y reproches en Barcelona
Del sector del comercio en general y de la ciudad de Barcelona, el empresario reclamó a la administración municipal más atención frente al tejido comercial de proximidad. “Una cosa es regular y otra muy distinta prohibir”, manifestó en relación a las medidas que está implantando el consistorio barcelonés, “alegando que la ciudad está saturada”. “Parece que vivan en otro planeta”, recalcó para defender que “no hay saturación, porque ver las tiendas llenas de gente es positivo para todos, para el comercio sin duda, pero también para la propia ciudad”.
Javier Cottet defendió que sin un comercio de calidad, Barcelona no estará entre las mejores ciudades del mundo, y recordó que el 50% de los clientes no son residentes de la capital, ni turismo, “son personas que viven en otros sitios de Catalunya y que vienen a Barcelona a hacer algunas compras y, ante esto, no se pueden tomar medidas que limiten su movilidad”, como por ejemplo “eliminar la única calle que conectaba directamente con el mar, la Via Laietana que, justamente se abrió derribando un conjunto de edificios para conseguir esa vía directa al mar”.