botiga de la Catedral Bernat Fàbregues Ingrid Pi
Entrada en la tienda de la Catedral de Barcelona, en una de las capillas góticas del templo.

La tienda de artículos religiosos de la Catedral resurge gracias a la venta online

El establecimiento de la familia Fàbregues, expropietaria de la librería La Formiga d'Or, ha logrado que en un sólo año Internet ya genere el 15% del negocio. Sus objetos de culto viajan hasta Singapur, EEUU, Irlanda y Latinoamérica

Situada en una de las capillas góticas del claustro de la Catedral de Barcelona y en un lugar de paso obligado de los visitantes y feligreses que salen del templo, la tienda de artículos religiosos que regenta la familia Fàbregues, expropietaria de la librería La Formiga d’Or, parecía tener los días contados por los estragos económicos y el bajón del turismo que provocó la pandemia del coronavirus.

Pero la creciente demanda de artículos religiosos a la que han respondido con el inicio de la venta online y su estreno en las redes sociales ha hecho que en poco más de un año se haya revertido la situación de un negocio que proporciona trabajo a cuatro personas. Con más de 1.500 pedidos durante 2021, la venta por Internet ya supone el 15% de todos los pedidos. Los ingresos del año pasado respecto a 2020 han subido un 40% y están al 60% de la cifra facturada en 2019, importe que esperan igualar o superar este año, “siempre que no vuelvan las restricciones sanitarias”, advierte Bernat Fàbregues, que regenta la tienda con Íngrid Pi.

Para este año, seguirán apostando por la digitalización —hasta ahora han invertido unos 10.000 euros— y la difusión en las redes sociales, al tiempo que confían en que la lenta recuperación del turismo llene de nuevo la Catedral de visitantes, con o sin creencias religiosas, y las ventas físicas en el establecimiento crezcan también.

botiga de la Catedral Bernat Fàbregues Ingrid Pi
Íngrid Pi y Bernat Fàbregues en el establecimiento.

La experiencia de la tienda de la Catedral es una muestra más de cómo la digitalización del comercio es ya obligada: “Después de un 2020 prácticamente en blanco, vimos claro que era la única salida a la situación y que teníamos que hacer esta apuesta e hicimos un esfuerzo enorme para fotografiar, uno a uno, cerca de 3.000 artículos y subirlos a nuestra página web”, subraya Fàbregues.

Este trabajo ha contribuido a dar visibilidad internacional a la tienda que, a diario, recibe ya pedidos de diferentes puntos del planeta, “de Singapur a Irlanda pasando por Estados Unidos y Latinoamérica”. También desde diferentes lugares de España, uno de sus principales mercados, sobre todo de Andalucía, Madrid y de las comunidades del norte de España.

Bernat Fàbregues expone que la incertidumbre que ha provocado la pandemia a nivel mundial ha despertado e intensificado las devociones en muchas personas que buscan una salida religiosa frente a las situaciones difíciles que plantea la vida. Los objetos de devoción, como estampas, santos y rosarios, “tienen un valor especial” para muchas personas en cualquier parte del mundo y, en otro tipo de artículos, “cuesta localizarlos o no se encuentran en ninguna otra parte”, dicen. De hecho, actualmente, en Barcelona son muy pocas las tiendas que venden artículos religiosos, quizás se podrían contar con los dedos de una mano.

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La tienda tiene cerca de 3.000 artículos religiosos que también comercializa en su web.