Europa 2
El Europa 2 de Hapag Lloyd Cruises en plena navegación. Este 2021 tiene previstas dos escalas en Barcelona. © HLC

Los cruceros de lujo también regresan a Barcelona

Las navieras Hapag Lloyd y Windstar Cruises ya han vuelto, mientras que Oceania, Silversea, Regent y Viking han programado varias escalas para los próximos meses

Fue tras más de 15 meses de inactividad. La llegada del MSC Grandiosa el pasado 26 de junio supuso la vuelta de los cruceros al Port de Barcelona, líder del sector en Europa y cuarto puerto más importante del mundo en esta industria, solo superado por tres estadounidenses: Miami, Fort Lauderdale y Port Canaveral, puertos base de diferentes navieras para sus cruceros al Caribe y el área de Bahamas.

Desde entonces MSC Cruceros ha vuelto a operar regularmente con dos barcos, como también lo ha hecho Costa Cruceros con su Costa Smeralda y TUI Cruises con el Mein Schiff 2. La alemana Aida también ha regresado con dos buques, los Aida Perla y Aida Stella, y Royal Caribbean lo ha hecho con su enorme Harmony Of The Seas. Prácticamente todos han vuelto con escalas semanales, lo que ha devuelto vida a las terminales de pasaje del muelle adosado, junto al rompeolas.

El lujo también vuelve

Uno de los barcos de pasaje que más ha llamado la atención este mes de agosto en el puerto ha sido el Wind Surf, motovelero de 187 metros de eslora que pasó cuatro días en Barcelona para estrenar su temporada de cruceros en el Mediterráneo tras más de un año de parón. Los cinco grandes mástiles del buque superaron al edificio sur del World Trade Center todos estos días, siendo muy fotografiado desde los ferries que entraban y salían de la dársena de Sant Bertran, desde las terrazas del WTC o desde el puente Porta d’Europa.

Unos días más tarde, el 17 de agosto, llegaba el Europa 2, que en circunstancias normales es caro de ver en Barcelona, pues al contrario de los grandes barcos que realizan cruceros de una semana, este barco de la Hapag Lloyd Cruises viaja continuamente por todo el mundo ofreciendo cruceros de gran lujo, viajes que suelen ser de más de una semana, rara vez repiten los mismos puertos o itinerario en el mismo mes e incluso la misma temporada, pues su clave es ofrecer originalidad en los itinerarios, variedad en los puertos visitados y exclusividad a bordo.

Las claves de los cruceros de alta gama

Históricamente se ha relacionado a los cruceros con el lujo. No es extraño ver en medios generalistas definir la visita de un barco de turismo a un puerto como “escala de un crucero de lujo”. Esto no siempre es así. Como ejemplo similar tenemos a la industria hotelera, donde no solo las estrellas, sino también las marcas de un mismo grupo indican la calidad o servicios que se pueden encontrar en cada establecimiento. No es lo mismo la experiencia en un Ibis que un Sofitel o un Raffles, aunque los tres sean llamados hoteles y, además, estén dentro del mismo grupo: Accor.

En la industria de los cruceros sucede algo similar que en la hotelería: las navieras están especializadas en segmentos determinados que van desde las categorías standard a las superiores, el lujo o el superlujo. Estas últimas juegan en el terreno de lo exclusivo y esto implica navegar en barcos de poca capacidad de pasaje, lo que no significa necesariamente que sean buques pequeños.

Europa 2
Así es la exclusiva suite del armador del buque de cruceros Europa 2. © HLC

Un ejemplo está en el Wind Surf que pasó por Barcelona a principios de agosto y que tiene previsto regresar en noviembre. Este puede llevar a un máximo de 342 viajeros atendidos por 214 tripulantes. Esta cifra es notable y una de las claves de estas navieras. Se entiende que, cuanto más próxima está la ratio 1-1 entre pasaje y tripulación, el barco es de mayor categoría. En el caso del Europa 2, este puede llevar un máximo de 500 cruceristas atendidos por casi 400 profesionales, lo que implica un servicio impecable.

Al margen del numero de pasajeros y tripulantes, otra de las claves que definen a los cruceros de lujo es el espacio disponible por viajero en metros cuadrados: la sensación de espacio en cubiertas y zonas comunes, la privacidad o la disponibilidad de camarotes y suites más grandes que en otros barcos. Estos ejemplos son otra de las claves básicas que definen a estas compañías, mientras que las navieras de otras categorías suelen navegar con barcos de mayor tamaño y capacidades. No implica directamente que ello baje la calidad, sino que directamente es otro tipo de producto y también de precio por viaje, pues en estos casos prima la economía de escala, permitiendo unos billetes más asequibles por unas vacaciones en el mar, mientras que en las de lujo se pagan altos precios por viajar en buques exclusivos.

Silversea
La impecabilidad y un servicio personalizado donde el staff se adelante a las necesidades del viajero son claves en estas navieras. © SCL

Las que vinieron y las que vendrán

En este más que atípico 2021, en el que las peticiones de escalas han ido variando según las semanas, el Port de Barcelona ha recibido ya 21 solicitudes de seis navieras de lujo para 11 barcos desde este verano y hasta mediados de noviembre. Hapag Lloyd Cruises prevé dos visitas con el Europa 2. Windstar Cruises tiene cinco solicitudes para tres barcos de su flota. Silversea ha cursado tres peticiones para dos buques, cifra idéntica que Regent Seven Seas Cruises: prevé por el momento tres escalas para dos de sus barcos. Por su parte, Oceania Cruises ha programado cinco escalas con dos barcos diferentes entre octubre y noviembre, y Viking Cruises prevé que uno de sus cruceros haga una escala de tres días en Barcelona a principios de noviembre.

¿Quién es quién?

Las navieras que se esperan en las próximas semanas no son todas las de lujo que hay en el mercado, aunque sí que representan una buena muestra de este sector específico. Windstar es una naviera con sede en Seattle que nació a mediados de los 80 con la intención de navegar únicamente con grandes motoveleros construidos en astilleros franceses: una experiencia especial para pasajeros que buscan tranquilidad y una filosofía de viaje donde el mar (aunque parezca mentira esto no pasa en todos los cruceros) es el centro del viaje. Actualmente, cuenta con una flota de tres motoveleros y tres cruceros-boutique a motor, incorporados en los últimos años para ganar más cuota de mercado.

Wind Surf
El motovelero Wind Surf Navegando en Santa Lucía, Caribe oriental. Este mes de agosto pasó cuatro días en Barcelona. © WSC

Hapag Lloyd Cruises es una de las compañías de mayor caché del mercado. Filial del Hapag-Lloyd, el enorme hólding alemán centrado en el transporte, esta división tiene cuatro barcos: dos oceánicos que están navegando continuamente por todos los puertos del mundo y dos de los llamados de expedición, que nunca llevan más de 230 viajeros, especializados en travesías rumbo a lugares poco concurridos o navegados en todos los rincones del planeta.

Silversea, fundada a mediados de los 90, es otra de las compañías de gran prestigio en el sector. Uno de sus fundadores definía su modelo con una frase: “Nuestros barcos son tan grandes, navegables y cómodos como para cruzar el océano y a la vez lo suficientemente pequeños como para hacer las cosas que quieres que haga un pequeño barco de lujo, como llegar a pequeñas islas donde los grandes barcos no pueden o navegar por ríos como el Amazonas o el Támesis”. Símbolo de la exclusividad y el lujo en el mar por su gastronomía, atención a bordo, puertos y fondeos elegidos o estilo en su decoración, esta naviera de origen italo-monegasco que hoy tiene ya nueve barcos, pertenece desde 2018 al hólding Royal Caribbean Group, junto a las compañías Celebrity Cruises y Royal Caribbean International.

Silversea
El Silver Spirit navegando en el rio Támesis, cerca de Londres. Este buque pasará por Barcelona en octubre y noviembre de este año. © SCL

Regent Seven Seas y Oceania Cruises son compañías hermanas que dependen de Norwegian Cruise Line Holdings, propietaria también de NCL, naviera que también tiene prevista su vuelta a Barcelona en octubre. Regent es una de las compañías top de este segmento: barcos de tamaño medio donde el 100% de las cabinas tienen consideración de suite exterior con terraza privada y absolutamente todo está dentro del precio del billete, incluso las excursiones en tierra. Oceania es muy similar en cuanto a servicio y estética de sus barcos, e incide en la gastronomía como su punto más fuerte. Sus billetes son algo más económicos que en su compañía hermana dentro de un rango de precios alto y, desde su fundación hace ahora casi dos décadas, ha sido muy fiel a Barcelona tanto como puerto de escala como sobre todo para inicio y final de muchos cruceros, e incluso uno de sus seis buques, el Riviera, fue bautizado el 11 de mayo de 2012 en el muelle adosado.

Viking Cruises es otra de las compañías fieles a Barcelona desde su nacimiento. Lo es concretamente su división de cruceros oceánicos, pues el grueso de su negocio son los viajes fluviales con más de 80 barcos que navegan por el Danubio, el Rin, los ríos franceses, Portugal, Rusia, Ucrania, Estados Unidos, Egipto o Vietnam. Los barcos que navegan por los mares de medio mundo son ocho, que como máximo llevan a 930 pasajeros, con una filosofía centrada en el lujo tranquilo y las escalas largas para profundizar en los lugares que se visitan.

Seven Seas Explorer
El Seven Seas Explorer de la Regent Cruises en el puerto de Palamós en 2019. El barco regresará a Barcelona el próximo 31 de octubre.

Bienvenidos a Barcelona

Si el sector de los cruceros es un revulsivo para la economía de la ciudad, por cuestiones como las pernoctaciones en los hoteles, los pasajeros en los aeropuertos, que en muchos casos son intercontinentales, o actividades complementarias; la llegada de los barcos de lujo añade, además, un plus a todo lo anterior: la percepción de Barcelona en este perfil de cliente influye en su entorno, incluidas las navieras. Lo que vean lo trasmitirán, convirtiéndose en prescriptores de la ciudad (o no) o de aquellos cruceros que pasen por el puerto, que ha de seguir apostando por este tipo de compañías que siempre quieren lo mejor y lo más próximo a los centros urbanos. Por ello, varias navieras y consignatarias ven con preocupación que incluso los cruceros más pequeños sean llevados al muelle adosado junto con los grandes barcos-resort que por su tamaño tienen que amarrar obligatoriamente en las grandes terminales. En los detalles, grandes y pequeños, como el punto de atraque y el modo de llegar o salir del barco de lujo, está también el éxito y fidelización de estas navieras tan cotizadas.