Barcelona salió ganando con la Copa del América. Un estudio elaborado por la Universitat de Barcelona (UB) por encargo de la Fundación Barcelona Capital Nàutica (FBCN) ha situado en 1.034 millones de euros la contribución de la regata al Producto Interior Bruto (PIB) catalán, una cifra que supera los más de 1.000 millones de impacto que se previó que la competición tendría en la ciudad.
Así, el estudio constata el balance positivo de la regata, que generó una facturación de 17,9 euros por cada euro de gasto público que se destinó al evento, que ascendió a unos 70 millones de euros aportados por las administraciones. Del mismo modo, por cada euro de gasto público ha habido un retorno para el sector público de 3,3 euros en rentas fiscales y cotizaciones, por lo que “la celebración ha tenido más beneficios que costes para la ciudad y para Catalunya”, según la FBCN.
El consejero delegado de America’s Cup Event (ACE) y del equipo de Nueva Zelanda, Grant Dalton, ha coincidido en celebrar los resultados. “Es enormemente satisfactorio ver que la Copa del América ha hecho una contribución económica tan significativamente positiva al PIB de Barcelona y Catalunya”, ha asegurado. Así, aunque el evento no repetirá en la ciudad, esta edición “será recordada como una de las mejores hasta ahora”.
Del total del impacto económico, Barcelona concentró el 65%, con 663 millones de euros y 8.500 puestos de trabajo
Además, el estudio determina que la competición generó más de 12.800 puestos de trabajo, lo que se tradujo en unas rentas fiscales generadas de 208 millones, con una recaudación final para Catalunya de 82 millones. Del total del impacto económico, Barcelona concentró el 65%, con 663 millones de euros y 8.500 puestos de trabajo, mientras que los sectores más beneficiados fueron los de la hostelería y el comercio, pero también otras actividades profesionales, científicas y técnicas. Desde la organización, han destacado además que el 90% de los 380 proveedores fueron empresas locales.
Más de 1,8 millones de visitas
Durante los casi 60 días que duró la competición, que se alargó de agosto a octubre, se contabilizaron más de 1,8 millones de visitas a los lugares desde los que se pudo seguir la competición, tanto dentro como fuera del agua. Esta cifra incluye a 460.000 personas que acudieron a Barcelona específicamente para ver el evento. Además, como destaca el estudio, el gasto de los asistentes fue superior al habitual de los turistas.
Para presenciar el evento, se pusieron a disposición de los asistentes tres zonas con más de 32.000 metros cuadrados en total de acceso gratuito. En el otro extremo, también acudieron a la ciudad 244 superyates, que inyectaron 35 millones de euros a la economía local.

Los asistentes fueron los responsables del 57% del impacto directo que la competición supuso para la ciudad, mientras que 23% correspondió a los equipos participantes, que desplazaron a más de 1.000 integrantes a la ciudad. Por su lado, un 15% del impacto partió de instituciones públicas y privadas, mientras que un 4% fue de patrocinadores, y el 0,4% provino de medios de comunicación. Los integrantes del equipo de voluntarios también tuvieron una contribución, del 0,1% del impacto. En este dato influyó que, de los 2.300 voluntarios del conocido como Team B, el 78% fueron residentes de la ciudad.
La edición más vista
El impacto, sin embargo, fue más allá de la ciudad: el evento captó una audiencia de 954 millones de telespectadores. Además, registró un incremento del 235% de las vistas totales de las redes sociales, incluyendo 9,6 millones de horas de visionado en Youtube. Con estas cifras, la edición barcelonesa se ha convertido en la Copa del América más vista de su historia.
El estudio, liderado por el catedrático de Economía Aplicada Jordi Suriñach, pone de relieve también el impacto que generó la competición en cuanto al legado que ha dejado en Barcelona, que va desde actuaciones urbanísticas como la del Port Vell y la del Port Olímpic, hasta la promoción de la economía azul y del ecosistema innovador que se mueve en torno al sector, pasando por programas de promoción de la vela en escuelas, con el objetivo de acercar esta práctica deportiva a los barceloneses.