En auge en todo el mundo —en especial en Estados Unidos, Japón, China, Singapur y Reino Unido—, el número de centros de datos no ha dejado de crecer en los últimos años por la importancia que está tomando la adecuada gestión de los datos y, por tanto, la digitalización de las empresas que requieren recursos cada vez mayores de almacenamiento y procesamiento de las mismas. En esta carrera, España y Catalunya están tomando posiciones. Según la consultora alemana especializada en datos del mercado Statista, Reino Unido es el país con más centros de datos de Europa en 2021, con un total de 452. En la segunda posición del ránking se encuentra Alemania, con 443. Por su parte, España se sitúa también entre los diez primeros países de la lista, en concreto el sexto, con 122 centros de datos.
Es tal el interés del sector privado que el informe Centros de Datos en España, de la consultora Savills Aguirre Newman, determina que por la estimación de los gigantes del negocio de los data center que operan en España, sólo en infraestructuras físicas, la nueva inversión directa podría alcanzar los 3.000 millones de euros en los próximos cinco años, lo que colocaría a España en el mismo nivel que los mercados FLAP (Frankfurt, Londres, Ámsterdam, París) y la convertiría en el principal nodo digital del sur de Europa. Madrid es la principal ubicación con un 43% del total de instalaciones, seguida de Catalunya (principalmente Barcelona), con el 25%.
Nuevos proyectos
Los inversores privados recorrerán cada vez más a las alianzas para entrar en el mercado de los centros de datos. Una muestra son los últimos proyectos anunciados por Merlin Properties y Renta Corporación. Merlin Properties se ha asociado con Edged Energy, filial de la firma tecnológica estadounidense Endevour, para desarrollar un plan de construcción de centros de datos en España (Barcelona, Madrid y Bilbao) y en Portugal (Lisboa).
El de Barcelona ya tiene ubicación, el Parque Logístico de la Zona Franca (ocupará una parcela de 23.000 metros cuadrados), se iniciará el próximo año y supondrá una inversión superior a los 100 millones de euros, con una capacidad inicial de 16 megavatios (MW) y pudiendo llegar a los 24 MW. Como recuerdan desde la consultora Savills Aguirre Newman, a diferencia de otros activos inmobiliarios, el tamaño de los centros de datos se mide en MW en vez de metros cuadrados, aunque, por tratarse de edificaciones, se hace también referencia a la superficie. Los grandes centros de datos, propiedad generalmente de los gigantes de internet, pueden ocupar unos 10.000 metros cuadrados.
Las ubicaciones de Madrid y Barcelona tendrán una capacidad aproximada de 20 MW cada una y los data center campus ubicados en Bilbao y Lisboa tendrán la infraestructura necesaria para poder construir instalaciones a hiperescala con más de 100 MW de capacidad cada uno (20 MW en primera fase). “Nuestro equipo lleva construyendo data centers los últimos 25 años y estas son algunas de las mejores ubicaciones que hemos visto desde el punto de vista del acceso a fibra y energía renovable”, según explicó recientemente Jakob Carnemark, fundador de Edged Energy.
También el próximo año Renta Corporación pondrá en marcha la construcción de un complejo de procesamiento de datos en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) con el objetivo de construir un centro de datos —con 10.000 metros cuadrados— y tres naves industriales —con 6.000 metros cuadrados más—, un proyecto logístico en el que invertirá un total de 14 millones de euros.
Cada vez más se imponen las infraestructuras más locales y de diseño y dimensión más ajustados, en un enclave que tenga altos niveles de conectividad. Ocurre porque los centros de datos no están exentos de nuevos retos: el consumo y coste de la energía y la sostenibilidad de su estructura, además de incrementar la seguridad digital. Es en la ciberseguridad donde los expertos del sector reclaman una mayor implicación de la Administración.
Así, los principales desafíos para los impulsores de estas infraestructuras son el diseño de una instalación segura que permita la continuidad del negocio y optimización de costes, la gestión eco-responsable y el cumplimiento normativo, señala Nicolas Blasyk, consejero delegado de Nuubb, tecnológica española especializada en servicios cloud para empresas.
Instalaciones más adequadas
Blasyk expone que “los data center de última generación son tecnológicamente más avanzados y sobre todo ecológicamente más sostenibles, porque el futuro pasa por instalaciones más locales y en zonas donde esté establecida la industria y los servicios, con infraestructuras muy potentes y con altos niveles de seguridad”. “Se trata de compactar más la infraestructura para que los costes también sean más reducidos”, puntualiza.
“Se trata de compactar más la infraestructura para que los costes también sean más reducidos”, señala Nicolas Blasyk, consejero delegado de Nuubb
En el mismo sentido se expresa el presidente del Clúster Digital de Catalunya, Albino Campo, para quien “es mejor hacer infraestructuras locales que permitan gestionar instalaciones más pequeñas”. Campo recuerda como es de importante actuar contra la huella de carbono y más después de la irrupción de la pandemia que ha acelerado exponencialmente el uso de Internet. Es por ello que menciona los informes que alertan de la contaminación por digitalización. En este sentido, hay referencias en los estudios de Jon Koomey, profesor de la Universidad de Stanford y científico del laboratorio America’s Lauwrence Berkeley, que apuntan que el impacto energético del uso de todos los elementos que configuran el funcionamiento de Internet supone entre el 8% y el 10% del consumo energético mundial. En cuanto a los centros de datos, la cifra sería del 1,5-2%.
Del mismo modo, otros informes, como el de la consultora Gartner, aseguran que la industria de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) genera el 2% de las emisiones globales de CO2, una cifra que se podría equiparar al impacto ambiental de la aviación.
Un sector en crecimiento
Las TIC son pues un sector aún en plena expansión en todo el mundo. En el caso de Catalunya su importancia es primordial: lo configuran unas 17.000 empresas, que dan empleo a más de 120.000 personas, y facturan unos 18.000 millones de euros, que representa el 7,3% del PIB catalán. “Poner esto en contexto implica que hay una apuesta muy clara del Govern para intentar potenciar el sector TIC en el conjunto del país”, manifiesta Campo, presidente del Clúster Digital de Catalunya.
Campo explica que se fomenta la creación de un ecosistema tecnológico que favorezca tanto la implantación de empresas como la creación de startups y lo corrobora pues existen 400 empresas emergentes tecnológicas que han decidido establecerse en Barcelona y el segmento de los centros de datos tiene un impulso muy importante.
Las TIC son un sector aún en plena expansión en todo el mundo y en Catalunya su importancia es primordial
Uno de los objetivos del proyecto de Merlin Properties es llegar a ser un operador neutro, una característica que lo diferenciaría del resto de infraestructuras privadas y de suma importancia para el sector porque potencia la conectividad. En Catalunya, ya funciona desde hace dos décadas el punto neutro de conexión CATNIX, una herramienta imprescindible para la implantación de los centros de datos en el territorio, en concreto en Barcelona, ya que favorece que las conexiones tengan una mínima latencia y mayor velocidad. El gran hándicap de los centros de datos.
La 5G y el cable submarino
También son primordiales en este momento el desarrollo de la red 5G y las conexiones por cable submarino de fibra óptica. Barcelona es líder en proyectos de 5G gracias a la colaboración público-privada, no en vano, es desde 2019 el primer laboratorio abierto 5G en Catalunya, una iniciativa pionera en toda Europa que convertirá el territorio en un espacio abierto para experimentar y validar nuevos servicios con la tecnología 5G y en entornos reales.
Asimismo, el Govern ha impulsado la construcción de un puerto de cable submarino en la playa de Sant Adrià del Besòs, el Barcelona Cable Landing Station. Se trata de una iniciativa de la empresa catalana AFR-IX Telecom con una infraestructura clave que será punto de llegada de cables submarinos de fibra óptica de alta capacidad del Mediterráneo y que enlazará cables procedentes de Asia, el África y el Mediterráneo que quieren conectarse con Estados Unidos por la vía más rápida posible.
Actualmente, en el Mediterráneo, Marsella aglutina la llegada del mayor número de cables de fibra óptica submarina y se hace evidente una saturación y la necesidad de otras estaciones de aterrizaje como Barcelona Cable Landing Station. Barcelona se convierte, pues, “en uno de los puntos mejor conectados del sur de Europa”, concluye Campo.