Una de las primeras lecciones que se aprende cuando se investiga es que cuantos más pacientes se estudien más consistentes serán los resultados. Además, en un mundo, donde los medios y canales son cada vez más y más inmediatos, la distancia ya no es un impedimento para trabajar con diferentes hospitales en ensayos clínicos que supongan nuevos avances. Con el objetivo de fomentar esta cooperación, la Fundación Mutua Madrileña incluye una nueva categoría en su convocatoria anual de Ayudas a la Investigación en Salud para incentivarla. Lo hace desde 2019, seleccionando proyectos realizados por equipos de investigadores de al menos cuatro comunidades autónomas distintas.
Las ventajas de fomentar este tipo de investigaciones pasan por compartir bases de datos y pacientes, sinergias en especialistas y tecnología, así como la obtención de resultados más consistentes. No están exentos de dificultades, como la necesidad de crear canales fluidos de comunicación a distancia y protocolos homogéneos. Estos son algunos de los retos a los que se enfrentan los 60 equipos de médicos seleccionados por la Fundación Mutua Madrileña en las tres convocatorias que contemplan esta modalidad de colaboración, ubicados en 23 centros de investigación sanitaria de 11 comunidades autónomas.
La flora intestinal y su relación con el cáncer de colón
Uno de estos estudios colaborativos está liderado por el Vall d’Hebron Institute of Oncology (VHIO), con el doctor Paolo Nuciforo al frente. Con investigadores de otros seis centros de Catalunya, Andalucía, Galicia, Cantabria, Valencia y Madrid, están trabajando para encontrar un posible origen al cáncer de colon. En concreto, los investigadores estudian la bacteria Fusobacterium y su relación con el desarrollo y progresión del cáncer colorrectal localizado para determinar si es un oncomicrobio.
Según su hipótesis de trabajo, la flora intestinal, la población de bacterias que viven en nuestro intestino, podría estar relacionada con la aparición y desarrollo de algunos tipos de tumor de colon. Confirmar esta hipótesis supondría un hito en el tratamiento del cáncer colorrectal. De ser así, se pasaría a disponer de muchos marcadores de la enfermedad en esos microbios que viven dentro de nosotros y algunos llegarían incluso a convertirse en dianas a las que atacar con nuevos fármacos.
Confirmar la hipótesis del doctor Paolo Nuciforo supondría un hito en el tratamiento del cáncer colorrectal
Gracias a la selección de la Fundación Mutua Madrileña en la convocatoria de 2020, el estudio determinará, a nivel nacional, cuál es la prevalencia real del Fusobacterium y si hay una diferencia entre áreas geográficas de España. Estas conclusiones permitirán analizar si las diferencias geográficas, de existir, están correlacionadas con el estilo de vida o la dieta y si la prevalencia se relaciona con la biología o la evolución del tumor de cada paciente. En este caso, las más de 800 muestras de tumores, procedentes de toda España, se analizarán en el Hospital Vall d’Hebron.
“Hay diferentes estudios que sugieren que el cáncer colorrectal infectado por Fusobacterium puede ser un subtipo específico de cáncer de colon que puede requerir un abordaje terapéutico diferente y también diagnóstico”, explica el doctor Nuciforo, que se encuentra inmerso en el proceso de demostrarlo.
Otros estudios financiados: enfermedades raras, trasplantes y traumatología
El estudio del doctor Nuciforo es una de las diez investigaciones multicéntricas que se han puesto en marcha gracias a la Fundación Mutua Madrileña en los últimos tres años, con un presupuesto total de 900.000 euros. Los estudios colaborativos que financia actualmente la Fundación Mutua Madrileña también indagan en cuestiones como el tratamiento de enfermedades raras, traumatología y trasplantes, además de la oncología.
Otros estudios financiados por Mutua Madrileña que cuentan con participación catalana son el que busca la tecnología capaz de predecir el éxito de un trasplante de riñón, dirigido por la doctora Gloria Álvarez-Llamas en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid y en el que también participan grupos de los hospitales Vall d’Hebron, Puerta de Hierro de Madrid, Marqués de Valdecilla de Santander y Cruces en Bilbao. El estudio ha permitido establecer esta red de colaboración intercomunitaria para buscar marcadores a gran escala que predigan la función renal a largo plazo después de un trasplante.
O el estudio que, desde este año, dirige el doctor Javier Torres, del Institut de Recerca Hospital Universitari Vall d’Hebron-IR-HUVH, que desarrolla una estrategia de terapia génica para corregir una mutación que causa una enfermedad ultra rara que afecta a una treintena de niños y niñas en el mundo. Lo hará junto a equipos de los hospitales 12 de Octubre en Madrid, Instituto de Investigación Sanitaria (IIS) de Aragón e IIS de Navarra. De validarse la estrategia, podría implementarse en otras enfermedades.
Las enfermedades raras son el foco de otro estudio con participación de centros de Catalunya, Valencia y Madrid, que colaboran con el doctor Anxo Fernández, del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela, en el desarrollo de una lente de contacto que libera un medicamento para tratar a los bebés y niños con una enfermedad rara oftalmológica, la cistinosis ocular, que se caracteriza por la acumulación de cistina dentro de los lisosomas de las células de determinados tejidos como el riñón, el músculo y la córnea.
Estas ayudas también han servido para poner en marcha dos trabajos más con participación catalana. Uno de ellos pretende conocer la realidad de los servicios de medicina intensiva españoles en pacientes ingresados por cualquier tipo de traumatismo para sacar conclusiones y crear un protocolo de transfusión sanguínea que permita organizar el consumo de sangre sin perder eficacia, mientras que el otro está desarrollando y validando actualmente un método de diagnóstico en tiempo real por PCR para implementarlo de forma sistemática en el cribaje de donantes de órganos.
