Después de dos años con pérdidas de unos 300 millones de euros, Cellnex Telecom ha conseguido reducir los números rojos en 2024 hasta los 28 millones de euros, un 90% menos, centrada ahora en el crecimiento orgánico y la reducción de la deuda tras una racha de grandes adquisiciones. Con desinversiones en Austria e Irlanda, la compañía de telecomunicaciones dirigida por Marco Patuano se acerca así al punto de equilibrio o break even, aunque no ha querido concretar en qué ejercicio se producirá. “Seguimos trabajando para mejorar el resultado y vamos a llegar”, valora su director financiero, Raimon Trias, quien pone en valor que el flujo de caja libre ha vuelto a ser positivo por segundo año consecutivo. “Ha sido un buen año, muy exitoso”, defiende Patuano.
La reducción de las pérdidas se ha sustentado en el aumento de los ingresos, que han crecido casi un 8% hasta los 3.941 millones de euros, pero también en la mejora de los costes. La principal pata de negocios de Cellnex son las torres de telecomunicación, llevándose el 80% de la facturación. Con una mejora de casi el 7% de los ingresos, crecieron tanto con 4.300 nuevos emplazamientos como con nuevos puntos de presencia en torres ya existentes. La empresa cuenta con una cartera de más de 110.000 emplazamientos en una decena de países europeos, con Francia, Italia, Polonia, Reino Unido y España siendo los principales mercados. “Nuestro foco es fortalecernos en los países donde estamos”, sostiene su consejero delegado, descartando entrar a nuevos mercados.
Una mejoría en la facturación que no consiguió subsanar las pérdidas, muy influidas por la disminución del valor del negocio en Austria, vendido el verano pasado por unos 800 millones de euros, así como las amortizaciones y los costes financieros derivados del intenso programa de inversiones realizado en el pasado, con el que ejecutó más de 40 adquisiciones. Desde 2017, la torrera no registra beneficios. La deuda de la multinacional se situó en 17.100 millones el ejercicio pasado, con un 80% a tipo fijo. El ebitda creció en 2024, con un 8% más hasta los 3.250 millones de euros. En los últimos tres años, según remarca Patuano, la relación entre la deuda y el ebitda ha pasado de casi 8 veces hasta las 6,4 veces, lo que permite que la compañía tenga una estructura de capital “mucho más segura y adecuada”.
En plena reestructuración del negocio, hace unas semanas, Cellnex anunció un expediente de regulación de empleo (ERE) después de que hayan terminado y no se hayan renovado dos grandes contratos de mantenimiento de redes a terceros. Se calcula que afectará a 250 personas de sus filiales españolas Tradia y Retevisión, cifra que representa un 9% de la plantilla. Para su consejero delegado, se enmarca en la automatización de los procesos: “Todo el mundo ve la parte positiva pero también viene con reducción de plantilla”.
Además de centrarse en el crecimiento orgánico y la reducción de la deuda, Cellnex pone el foco en la remuneración a los accionistas, quienes han desembolsado más de 15.000 millones de euros en diferentes ampliaciones de capital desde su fundación en 2015. Cuando se complete en los próximos días la venta del negocio en Irlanda por 971 millones de euros, la empresa llevará a cabo una recompra de acciones por valor de 800 millones de euros para aprovechar el nivel actual de la cotización de la acción y reducir el capital social. En 2026, prevé repartir 500 millones de euros en dividendos, con 300 millones de euros adicionales que podrán ser dividendos o recompra de acciones según las condiciones del mercado. Anteriormente, el operador de infraestructuras de telecomunicaciones repartía una cifra mucho menor, alrededor de 40 millones de euros de dividendos.
De cara a este 2025, la torrera prevé invertir más de 2.000 millones de euros, después de los 4.400 millones desembolsados entre 2023 y 2024, y pondrá el foco en las oportunidades de crecimiento en Noruega y Suecia. “Somos un sector intenso en capital”, remarca Trias. Los ingresos calcula que se situarán entre los 3.950 y 4.050 millones de euros. Todo esto, con la previsión de que el consumo de datos se dispare con la aplicación comercial de la inteligencia artificial (IA). Por el momento, la compañía no prevé retornar su sede social a Barcelona, donde tiene su cuartel general, en el barrio de la Marina, con una plantilla de 260 trabajadores.