2020 pasará a la historia como el año de la pandemia. Un año en el que hemos podido ver cómo el freno a nuestra actividad minimizaba considerablemente el impacto sobre el planeta, y nos permitía reflexionar sobre cómo podemos seguir avanzando para volver a equilibrar la relación que tenemos con el entorno, fijando objetivos que cumplir. Uno de nuestros grandes retos como sociedad tiene que ver directamente con la alimentación y el consumo responsable. Es por eso que grandes capitales como Barcelona pueden marcar la diferencia y sentar precedente para ser un valor ejemplo del cambio.
En este sentido, Barcelona se erige en 2021 como la Capital Mundial de la Alimentación Sostenible, un proyecto para impulsar una transición alimentaria hacia la sostenibilidad con la que se consiga fortalecer las economías locales y mejorar la salud de las personas, así como la del conjunto del planeta, con una propuesta que gira en torno a toda una serie de eventos y actividades sobre alimentación sana, justa y sostenible, además del desarrollo de más de noventa proyectos y políticas alimentarias con el objetivo puesto en 2030. Una programación que se extenderá hasta el mes de diciembre.
Además de la capitalidad, el próximo mes de octubre la ciudad será la sede de la séptima edición del Foro Global del Pacto de Milán de Políticas Alimentarias Urbanas, el primer tratado internacional firmado por 210 de ciudades que se comprometen a impulsar sistemas agroalimentarios sostenibles, inclusivos, resilientes, seguros y diversificados, para asegurar comida saludable y accesible a todas las personas, con el objetivo de reducir el desperdicio alimentario, preservar la biodiversidad y, a su vez, mitigar los efectos de la crisis climática y adaptarse a ella. Será una buena oportunidad para calentar motores poco antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que se celebrará la primera quincena de noviembre en Glasgow.
Se desarrollarán más de noventa proyectos y políticas alimentarias con el objetivo puesto en 2030
Barcelona ya cuenta con algunas infraestructuras en marcha, como son la red de mercados municipales, que recibe unos 65 millones de visitas al año, y su conexión con la región metropolitana donde se producen los cultivos de proximidad que consumimos. Pero, también, ha perdido desde 1956 un 80% de los terrenos agrícolas de producción local, así que ésta es una buena oportunidad para poner de manifiesto los vínculos que hay entre el mundo urbano y el mundo rural.
A finales de 2020 se inauguró en Mercabarna el primer mercado mayorista del estado y el segundo de Europa especializado en productos ecológicos: Biomarket. Con esta infraestructura en funcionamiento, las empresas que comercializan alimentos ecológicos se concentran en un único espacio de 8.900 m2, lo que facilita la distribución de estos productos a los minoristas de la ciudad.
Además, se está trabajando en la próxima apertura de un espacio destinado a la venta directa de parte de esta producción ecológica de proximidad, y otros proyectos en desarrollo como el Centro de Intercambio Agroalimentario de Proximidad (CIAP), una plataforma logística y comercial de servicios para pequeños productores, no sólo de la región metropolitana sino extensible a toda Catalunya, para que estos puedan distribuir también a todos los sectores implicados.
Biomarket es el primer mercado mayorista del estado y el segundo de Europa especializado en productos ecológicos
Aunque iniciativas como Biomarket son parte de las actividades por las que apuesta Barcelona como ciudad perteneciente al Pacto de Milán, la administración catalana tiene una propuesta para la capitalidad que se basa en cuatro grandes ejes:
– Impulsar dietas más saludables y sostenibles, y que todo el mundo pueda acceder a ellas.
– Generar más oportunidades económicas para los sectores de proximidad, potenciando e impulsando los comercios de barrio, los mercados municipales o el tejido agroecológico local.
– Combatir la emergencia climática en la metrópolis de Barcelona, dando empuje a los espacios verdes, como son los huertos urbanos, y protegiendo la agricultura periurbana.
– Generar resiliencia ante los riesgos globales y las desigualdades sociales.
El ‘Menú de las estaciones’
Una de las iniciativas más transversales lanzadas desde el Ayuntamiento es el Menú de las Estaciones, un proyecto que cuenta con la colaboración de profesionales relacionados con el mundo de la alimentación, la restauración y el diseño, entre otros, que consiste en una serie de propuestas gastronómicas que incorporan algunos principios de la alimentación sostenible, saludable y de temporada, y que incluyen algunos parámetros que sirven de guía a los restaurantes adheridos. Platos e ingredientes que cada centro adaptará a su propio estilo.
Más de 150 restaurantes se han sumado a la iniciativa
En el espacio dedicado al Menú de las Estaciones en el web del consistorio, podemos informarnos de cuales son aquellos productos de temporada en cada época, y para los más cocinillas, encontraremos una serie de recetas elaboradas por las escuelas de cocina CETT, HTSI y ESHOB que nos enseñarán a deleitarnos desde nuestras casas. Los productos estrella del actual Menú de Primavera son: la cereza, el mejillón, el guisante, el espárrago, el haba, el fresón, la sardina, la remolacha y la naranja, y veremos que, con ellos, se pueden hacer riquísimas virguerías.
La capitalidad ofrece así la oportunidad de promocionar de nuevo la restauración y el turismo de la ciudad, y ayudar a fortalecerla tras los duros meses de cierres sufridos por este sector durante la pandemia. Más de 150 restaurantes se han sumado a la campaña y no sólo se pueden encontrar en el listado disponible en la web oficial, sino que se identifican con un distintivo de la campaña ubicado en sus puertas junto al logo del Menú de las Estaciones, que también aparece en sus cartas. De este modo, se pretende que los barceloneses y los visitantes conozcan los productos de temporada y sean también partícipes de un modo directo de la iniciativa.