Andersen apuesta fuerte por Barcelona. La firma internacional de servicios legales, heredera de la desaparecida Athur Andersen, acaba de estrenar unas nuevas oficinas de 1.000 metros cuadrados en la Avenida Diagonal, desde donde prevé liderar un ambicioso proyecto de crecimiento que podría llevarle a cuadruplicar su tamaño en solo dos años.
La nueva sede de la oficina barcelonesa ocupa íntegramente la octava planta del edificio Beethoven, en el número 618 de la Diagonal, un inmueble recientemente remodelado para adaptarse a los nuevos estándares de eficiencia y de calidad que exige el sector del alquiler inmobiliario empresarial. Para Andersen la elección no es baladí, ya que en este mismo edificio se encontraba la sede catalana de la antigua Arthur Andersen, que desapareció en 2002 a raíz del escándalo Enron.
Hace unos años, un grupo de antiguos socios estadounidenses de la firma decidió relanzar la marca, pero solo como despacho de abogados y operando como Andersen. A raíz de esta decisión, Arturos —como se les conoce en el sector— de todo el mundo empezaron a abrir también oficinas en diversas ciudades para volver a crear una firma de ámbito global, por lo que la marca también volvió a España en 2017. En una primera fase, Andersen se estableció en Catalunya mediante una alianza con el despacho Global Abogados, mientras que en Madrid y Valencia la firma reinició su andadura de la mano de Olleros Abogados.
Con el tiempo, el bufete consideró que era una anomalía operar en un mismo país con la misma marca, pero a través de dos organizaciones distintas que se repartían territorios. Se intentó una fusión, que no prosperó, lo que supuso que los 50 profesionales de Andersen Global en Barcelona acabaran dejando la firma para incorporarse al despacho valenciano Broseta Abogados, que pudo establecerse así en la capital catalana.
Tras esta operación, Andersen, ya como una única sociedad, inició desde cero sus operaciones en Barcelona a comienzos de 2022, primero en una oficina en la calle Muntaner y ahora en la nueva sede de Diagonal, que le permitirá hacer frente a su crecimiento y al reto que supone haber ganado el contrato para ofrecer en exclusiva todos los servicios legales que va a necesitar la organización de la Copa América en 2024.
“Estamos tremendamente contentos e ilusionados con el proyecto catalán”, destacan los socios directores de Andersen en España y Portugal, José Vicente Morote e Íñigo Rodríguez-Sastre. “Nuestro objetivo es posicionarnos como un actor fundamental en el mercado legal catalán”, señalan, enfatizando también la enorme oportunidad que supone el contrato con la Copa América. “Ya tenemos a un equipo de 30 abogados en las oficinas de Barcelona, Madrid, Valencia, Málaga y Sevilla trabajando en este proyecto”, destacan.
Tras haber fichado en el último año profesionales en distintos despachos de abogados nacionales e internacionales, la oficina de Barcelona ya cuenta con un equipo de 25 personas lideradas por Juan Ignacio Alonso Dregi, que anteriormente había trabajado en firmas como Garrigues, Dentons y Ceca Magan. Según Alonso, que es cónsul honorario de Malta en Catalunya, el objetivo es duplicar el número de profesionales este año, es decir, prevé elevar la plantilla de la sede barcelonesa hasta las 40 o 50 personas.
Los planes de Andersen, sin embargo, son más ambiciosos y se prevé volver a duplicar el tamaño el próximo año, hasta contar con a finales de 2024 con un equipo de entre 80 y 100 profesionales, lo que supone incorporar a hasta 75 personas en año y medio. El bufete se centrará en derecho mercantil, fiscal, laboral, procesal, público, fusiones y adquisiciones y capital riesgo, y prevé tener un perfil de clientes diverso, desde empresas del Ibex a compañías catalanas que se están internacionalizando aunque, fundamentalmente, el grueso serán pymes. “Los empresarios catalanes siempre han sido pioneros en la internacionalización de sus empresas. Nuestra apuesta por Catalunya es indiscutible, es una tierra en la que queremos estar, seguir y crecer”, ha aseverado José Vicente Morote.
La apuesta por Barcelona se inscribe dentro del plan estratégico de crecimiento de Andersen en España, que contempla también fuertes crecimientos. El despacho renació en 2017 con un presupuesto de 13 millones de euros y 150 profesionales y el ejercicio de 2022 se ha cerrado ya con una facturación de 40,2 millones, un 24% más, y un equipo de 350 personas. El objetivo es alcanzar los 50 millones de euros este año, avanzan los socios. En una primera fase, Andersen se ha marcado que la oficina de Barcelona genere el 5% del volumen de negocio en España.
Otro de sus retos es seguir ampliando la presencia geográfica, con dos iniciativas en el punto de mira: abrir oficinas en Bilbao y en Oporto: “nos gustaría que fuera este mismo año”, admiten. En Portugal, Andersen opera desde Lisboa. A nivel internacional, la nueva Andersen está presente en 174 países, con más de 400 oficinas, 71 de ellas en Europa.
“Barcelona tiene que aportar mucho know how a la evolución de Andersen”, ha apuntado Morote, tras señalar que la plaza barcelonesa “es fundamental no solo para el despacho, sino para la economía en España”. El socio director destaca la importancia de iniciativas “que son un motor económico” para Barcelona como la Copa América. Andersen calcula que solo en el ámbito laboral tienen por delante una “tarea ingente”, ya que tendrán que supervisar más de 7.500 permisos de trabajo durante el próximo año y medio de todas las personas involucradas en la competición. Sus abogados también han trabajado en las normativas legales que han permitido que la regata haya sido declarada Acontecimiento de Excepcional Interés Público, lo que se traduce en incentivos fiscales para las empresas. Andersen también supervisará la redacción de todo tipo de contratos, concursos de adjudicación, patrocinios e incluso los contratos de alquiler de las viviendas que sean necesarias para alojar a la organización e integrantes de los equipos.
En el acto de inauguración de la nueva sede barcelonesa, celebrado este jueves, ha participado el presidente de Repsol, Antoni Brufau, que es un ex Arthur Andersen y fue uno de los socios directores de Barcelona más destacados en su época.
