Encontrar locales de grandes dimensiones en pleno centro de Barcelona donde poder instalar un supermercado ha sido siempre un reto difícil para las grandes cadenas de distribución. En los últimos años, se han multiplicado, por ejemplo las aperturas de supermercados en espacios donde tradicionalmente había habido un parking, ya que los propietarios de estos inmuebles han visto que, con este tipo de inquilinos, las rentabilidades podían ser superiores. También se han acabado transformando en supermercados muchas de las galerías comerciales que había en la ciudad e, incluso, algunos cines. La transformación del Cine Urgell —la sala más grande que había en Barcelona— en un establecimiento de la cadena Bonpreu es el mejor ejemplo, pero no el único.
El grupo de distribución alemán Aldi ultima la apertura de un supermercado de grandes dimensiones en el edificio que ocupaban los antiguos cines Petit Pelayo, en la calle Tallers número 74. Después de meses de obras, Aldi prevé inaugurar esta nueva tienda en mayo , según avanza Jordi Filiberto, responsable de expansión de la cadena. El ejecutivo no quiere dar aún detalles de las características del establecimiento, pero se prevé que tenga dos plantas, subterráneo y una superficie de unos 2.000 metros cuadrados.
“En el marco del plan de expansión en centros y núcleos urbanos, algunos de los nuevos establecimientos que abrimos se encuentran ubicados en edificios que no se utilizaban desde hacía tiempo y que podían estar incluso en estado de abandono durante varios años. Con las nuevas aperturas ayudamos a rehabilitar la imagen de la zona y creamos nuevos puestos de trabajo”, explica el directivo de Aldi en una entrevista con The New Barcelona Post.
El nuevo supermercado de la calle Tallers ocupará un edificio situado junto a la Plaza Castilla caracterizado por no tener ventanas, pero sí unas grandes vidrieras. Se trata del antiguo cine Petit Pelayo, que era una extensión del antiguo Cine Pelayo, que en los años 90 se reconvirtió en los Lauren Universitat. El Petit Pelayo se inauguró en 1962 para proyectar películas menos comerciales que las que se exhibían en la sala principal; tenía una entrada diferenciada y funcionó con una cartelera propia hasta 1985, cuando pasó a ser una sala más (la sala Pelayo 3) de los Cines Pelayo, según explica el blog Barcelofília. En 1993, todo el complejo se remodeló y transformó en un cine de cinco salas, el también ya desaparecido Lauren Universitat.
El Petit Pelayo proyectó la primera película en la víspera del día de Navidad del año 1962, en una Barcelona cubierta de nieve. Para el estreno se eligió el western de John Ford Dos cabalgan juntos, con James Stewart y Richard Widmark.
La transformación del Petit Pelayo en un Aldi no es la única reconversión de un espacio singular realizada recientemente en Barcelona por esta multinacional. El pasado día 10 de marzo, levantó la persiana de un nuevo supermercado de 1.100 metros cuadrados ubicado en la Gran Via 691, junto a Plaza Tetuán, en un local que hasta hace dos años ocupaba el Mercat Gran Via, que no era de titularidad municipal, sino privado.
Con estos dos nuevos establecimientos, Aldi pasará a tener diez supermercados en Barcelona ciudad, el doble de los cinco que tenía hace sólo un año y medio. En los últimos meses, la marca ha abierto tiendas en el Eixample (en la calle Muntaner), Sants (Plaza de Joan Pelegrí) y en la zona de Maragall (calle Ramón Albó) y “el objetivo es poder seguir creciendo en la capital en el corto plazo para acercarnos a diferentes zonas y barrios de la ciudad “, destaca Filiberto.
La búsqueda permanente de espacios con posibilidades de reconversión dentro de la trama urbana responde, según el directivo, a la voluntad de acercarse al cliente y facilitarle el proceso de compra. Esta apuesta por “situarse donde están los clientes” supone un giro en la estrategia original con la que Aldi entró en 2002 en el mercado español, ya que durante sus primeros años hizo toda la implantación instalando tiendas aisladas tipo chalet en los parques comerciales situados en las afueras de las ciudades. Según el director de expansión de Aldi, ahora se compatibilizan las dos fórmulas: el crecimiento en los núcleos urbanos de las grandes ciudades y las aperturas en los accesos de las poblaciones más pequeñas.
Esta semana, Aldi ha abierto un nuevo supermercado en Tarragona y ahora ya suma 74 puntos de venta en el mercado catalán, 46 en la provincia de Barcelona. La empresa no quiere cuantificar el número de nuevas tiendas que prevé abrir en Barcelona en los próximos años, pero destaca que Catalunya es una zona prioritaria de crecimiento. “Catalunya es una de nuestras zonas estratégicas; nuestro compromiso es seguir invirtiendo y trabajando en el plan de expansión”, explica Filiberto.
Creación de cien puestos de trabajo este semestre
En el conjunto de España, donde ya tiene más de 330 puntos de venta, Aldi prevé abrir este 2021 cerca de 40 tiendas —el doble que en 2020—, de las cuales el 23% estarán en Catalunya, la comunidad donde habrá más inauguraciones junto con Andalucía. Este plan de expansión hará que sólo en este primer semestre, la empresa cree un centenar de puestos de trabajo en las comarcas catalanas. En toda España, el año pasado se contrataron un millar de trabajadores y hoy la plantilla total se eleva a 5.500 personas.
En paralelo a los 74 puntos de venta, en Catalunya Aldi tiene la sede central de su filial española. Concretamente, las oficinas desde las que dirige este ambicioso plan de expansión están situadas en Sant Cugat del Vallès. Además, el grupo dispone de una plataforma logística de 29.000 metros cuadrados en Masquefa desde la que suministra a las tiendas que tiene en las comarcas catalanas y en las islas Baleares. En total, entre las oficinas corporativas, el almacén y las tiendas, Aldi da trabajo en Catalunya a 1.300 personas.
La filial española de Aldi pertenece al denominado Aldi Nord Group, que opera también en Alemania, Bélgica, Dinamarca, Francia, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia y Portugal. El modelo de negocio de la empresa fundada por los hermanos Albrecht, que no facilita cifras de facturación, está englobado en el denominado hard discount, un concepto que ha ido suavizando con los años, pero que se basa en ofrecer productos básicos con precios muy competitivos y con marcas propias de la cadena de supermercado, las también denominadas marcas blancas. Concretamente, en Aldi 86% del surtido es de productos de marca propia y el 14% restante son artículos de grandes marcas a los que los clientes no están dispuestos a renunciar.
Con el objetivo de adaptarse a los gustos locales, Aldi, como también ha hecho su gran rival, Lidl, compra el 80% de los artículos que comercializa en sus tiendas en España a 400 proveedores españoles, de los que un 26% son empresas catalanas. Según Kantar Worldpanel, Aldi tiene ahora una cuota de mercado de 1,3% y el año pasado fue la cadena que más incrementó el número de clientes, con un aumento del 6,1% que implica llegar a un 30% de los hogares españoles. Según Kantar, Aldi es también la cadena de ámbito nacional con un surtido de productos ecológicos más amplio, lo que se traduce en el hecho de que un 24% de sus clientes incorporen a su cesta de la compra algún producto eco.