Nacido en Barcelona, de Sabadell y vivido en todo el mundo. De 1981. Xavier Asensi es el presidente de negocio del Inter de Miami, que es un club privado propiedad de los hermanos Mas y de David Beckham. Fue distinguido como director comercial del año en la Mayor League Soccer. Antiguo jugador de balonmano de la Masía de Can Barça. Muy mediterráneo, con mentalidad alemana y una gran curiosidad por el porqué de las cosas. Le gustaba la filosofía, pero decidió estudiar Negocios Internacionales.
Emprendedor por definición entre China y Estados Unidos. Trabajó durante casi una década en el Barça, poniendo en marcha la sección de rugby, abriendo la primera oficina del club en Hong Kong o ejerciendo de Chief Commercial Officer (CCO), entre otros. Era el hombre de los ingresos del club y se negó a aceptar y pagar las facturas de I3 Venturas. Un buen día recibió una llamada de Estados Unidos para ir a vivir y trabajar en Miami. Dicen que fue uno de los grandes artífices del mediático fichaje de Leo Messi por el Inter de Miami. Un romántico del arte deportivo que vive al ritmo de Manel y de Lluís Llach. ¿Un sueño? “Que la buena gente no deje de soñar nunca”.
— Era jugador de balonmano.
— Jugaba a balonmano y acabé en el Barça. Mis padres no son empresarios, ni de clase alta. ¿Ser o no ser profesional? Soy muy mediterráneo, pero también muy alemán. Me habría gustado estudiar filosofía, pero escogí Económicas.
— Estudió International Business en ESCI-UPF.
— Iba a la escuela Sant Nicolau de Sabadell y me repartieron un flyer sobre la Escuela Superior de Comercio Internacional (ESCI) de la UPF. Recuerdo que las clases eran en inglés y escogí el chino mandarín, a pesar de que en verdad quería estudiar ruso. Me gustaba entender cómo funciona la economía y el sistema capitalista.
— ¿Qué recuerda de su primera experiencia laboral en China?
— Siempre he sido muy emprendedor. Mi experiencia en China empezó porque mi primer compañero de viaje hizo unas prácticas en Astral —ahora propiedad de Fluidra— y empezó a importar productos chinos a principios de los 2000. Fui a vivir a Shangái y trabajé en una empresa de capital riesgo, así que ya te puedes imaginar cuáles son mis recuerdos… ¡Muy intensos! No me arrepiento de nada, pero no se lo aconsejaría a nadie.
“Me habría gustado estudiar filosofía, pero escogí Económicas para entender cómo funciona la economía y el sistema capitalista”
— ¿Cómo era China a principios de siglo?
— Nada de llamadas, redes sociales o whatsapps… Toda la tecnología estaba muy controlada. Recuerdo una sensación bastante pintoresca de aislamiento y de gente haciéndose fotos conmigo, ya que no se veían casi extranjeros.
— Estuvo una década trabajando en el Barça.
— Volví a Catalunya después de mi periplo por China y trabajé en un proyecto llamado Connecting Dreams, con cargadores inalámbricos para eliminar los cables. Fue entonces cuando conocí a Dídac Lee, Jaume López y Enric Ordóñez, que me propusieron que ayudara al Barça.
— ¡Una buena melé!
— Exacto, me gustaba mucho el rugby, y propuse hacer un partido del USAP de Perpiñán en el Camp Nou. Pere Gratacós y Jordi Córdoba me dieron todo su apoyo. Sandro Rosell ganó las elecciones del Barça y Antoni Rosich y los hermanos Cierco me contactaron para hacer lo que habían prometido en campaña electoral.
— Lo prometido es deuda… ¿Y qué hicieron?
— Homologamos el Camp Nou para jugar partidos de rugby con la Federación Internacional y la Federación francesa, acogimos la final del TOP14 y celebramos la fiesta del rugby catalán con Lluís Llach cantando L’Estaca. Fue entonces cuando Antoni Rosich me preguntó qué haría con el Barça en China, y le propuse un proyecto con un gran potencial de crecimiento en todo Asia Pacífico.
“El Barça necesitaba unos headquarters en Asia Pacífico y estar presente en Hong Kong, Tokyo o Singapur”
— Crecer haciendo crecer, dice el consultor Xavier Marcet.
— Hablábamos del 60% de la población mundial, economías emergentes, idiosincrasias diferentes entre países… El Barça necesitaba unos headquarters en Asia Pacífico y estar presente en Hong Kong, Tokyo o Singapur, que era un buen mercado de capitales muy bien conectado con el Sudeste asiático. Toni Rosich aceptó mi propuesta, pero con una condición: que fuera yo quien la ejecutara.
— ¡Y de vuelta a China!
— Volví a China desde 2012 hasta 2017. Primero, como responsable comercial global del Barça y, después, como Chief Commercial Officer (CCO). Y me convertí en el encargado de todos los ingresos del club.
— ¿Qué balance hace de su década en Can Barça?
— Fue una época maravillosa con Guardiola, Vilanova, Luis Enrique y Valverde. Era la época de Messi, Xavi, Iniesta, Puyol, Piqué, Valdés, Villa, Pedro, Busquets, Abidal… ¡Espectacular! Soy un afortunado por haber podido vivir el mejor equipo de fútbol de la historia desde dentro, pero también fue muy intenso.
— ¿Intenso?
— Soy muy fan de los Philadelphia Eagles, pero no sé si trabajaría allí, porque me gustan demasiado. Lo mismo con el Barça, que tiene un funcionamiento político muy descarado sobre el qué dirán, y esto tiene mucho que ver con la cultura catalana.
— De hecho, define el Barça como “una institución política” y “el ejército no armado de Catalunya”.
— Fue una etapa maravillosa como catalán y culé coincidiendo con el procés de 2010 hasta 2017. Nos guste o no, el estado de ánimo depende a menudo de cosas fútiles.
“Fui fiel a mi forma de hacer y dije que no a las facturas de I3 Ventures porque no lo entendía, porque las respuestas no me satisfacían y porque quería ceñirme al máximo a mi presupuesto”
— ¿Qué quiere decir?
— Si el Barça va bien, parece que todo va bien. Es decir, el Barça determina el estado de ánimo de muchos catalanes y catalanas.
— Usted se negó a aceptar y pagar las facturas de I3 Ventures.
— ¡Aquello fue un gran aprendizaje! Tengo una curiosidad casi enfermiza y necesito entender el porqué de las cosas. Yo tenía un presupuesto asignado y me dijeron que tenía que gastarme cerca de un 5% del presupuesto en estas facturas. Dije que no.
— ¿Por qué?
— Porque no lo entendía, porque pregunté y las respuestas no me satisfacían, y porque quería ceñirme al máximo a mi presupuesto. No me lo expliques, enséñamelo.
— Show, don’t tell.
— ¿Hemos conseguido los objetivos? Pues lo mismo. Aquellas facturas no están en mi presupuesto, yo no las he pedido y por tanto, no lo ejecuto porque no lo entiendo. Tan simple como esto, con todo lo que esto podía implicar. Fui fiel a mi forma de hacer: si no lo entiendo, no lo hago.
— ¿Y qué pasó después?
— Recibí una llamada de los Mossos d’Esquadra citándome como testigo para declarar de forma voluntaria. Se filtraron unos correos donde yo le decía al CEO del club que no pagaría las facturas de I3 Ventures. Una cadena es tan fuerte como el más débil de los eslabones.
— ¿Cómo ve ahora mismo el Barça?
— Hay muchas cosas que no entiendo, pero le deseo al club que esté lo más fuerte posible dentro y fuera del terreno de juego.
— ¿Por qué dejó el club?
— Vi las costuras del Barça y pensé que quizás ya había pasado mi etapa en el club. La gente se va por sus jefes, pero no por las empresas donde trabaja si el proyecto es alentador. Vi demasiado el acento de institución política, la lucha de ismos, y también me frustré por el escrutinio público de disclosure (revelación) y el chup-chup del día a día. Dicen que en la vida tienes que estar en el lugar adecuado en el momento adecuado.
“Vi las costuras del Barça, el acento de institución política o la lucha de ismos y pensé que quizás ya había pasado mi etapa en el club”
— Le llamaron desde Miami.
— Estados Unidos siempre me había fascinado, pero me preguntaba qué podía aportar allí teniendo en cuenta que la NFL o la NBA están llenas de abogados. En el béisbol tampoco puedo aportar demasiado y la FIFA es muy política. La pandemia puso el mundo en pausa, pero un headhunter de Estados Unidos me propuso un proyecto interesante en Miami con David Beckham.
— Pronto hará cinco años que trabaja en el Inter de Miami: copresidente y Chief Business Officer.
— Le dije al headhunter que no quería encasillarme como directivo comercial y que prefería una posición de presidente o CEO dentro de un club. Me dijo que Jorge Mas, propietario del Inter de Miami, quería hablar conmigo. ¿Conoces su historia?
— La verdad es que todavía no demasiado…
— Es el reflejo del sueño norteamericano. Su padre huyó de la Cuba de Castro y se exilió en Miami para vender leche y hacer arreglos con el cable del teléfono. Fundó MasTec, que es una empresa cotizada que factura 14 billones de dólares, tiene miles de trabajadores y forma parte del Fortune 500. Con Jorge Mas nos entendimos al momento, pasé un fin de semana en Miami para hacer un esquema de todo y lo hablé con mi mujer.
“Jorge Mas es el reflejo del sueño norteamericano”
— Solo le faltó la firma en la servilleta de papel.
— [Ríe]. Presenté mi dimisión en el Barça, nos despedimos y esta es la quinta temporada que estamos aquí en Miami.
— ¿Qué supuso el fichaje de Leo Messi para el Inter de Miami?
— Los datos son fríos, pero a menudo dicen mucho. Leo Messi es un antes y un después para el Inter de Miami, porque es el intangible que posiciona el club en el mundo. ¡Cuando la gente piensa en fútbol en Estados Unidos, piensa en el Inter de Miami! Faltan referentes y genios como Messi en un mundo de tanta tecnología y gratificación constante. Messi es aquí y ahora.
— Aquí y ahora.
— ¡Es la tormenta perfecta! La explosión de un genio muy bien rodeado coincidiendo con el crecimiento de las redes sociales, con su némesis jugando en la capital del Estado, lo gana absolutamente todo y se convierte en campeón del mundo. Podríamos hablar también del golfista Rory Mcllroy.
— ¡Un buen swing!
— Sí, cuesta mucho encontrar historias así.
“Leo Messi es un antes y un después para el Inter de Miami porque es el intangible que posiciona el club en el mundo después de la tormenta perfecta”
— La valoración del Inter de Miami roza los 2.000 millones de dólares.
— Messi es un genio más allá de duplicar la valoración del club, triplicar la facturación o convertirse en un referente de retail en venta de camisetas. También potencia la marca del club y la ciudad de Miami.
— Se habla también del turismo de Messi.
— Venimos de una época de Woods, Jordan, Phelps o Bolt, pero la leyenda de Messi es la número 1 del deporte porque no hay ninguna persona que haya sido tan determinando haciendo arte durante tanto tiempo. Somos contemporáneos de un genio que no tiene ninguna comparación posible.
— ¡Larga vida al genio!
— Soy un romántico, y cuando veo entrenar a Messi pienso que estamos viendo a un artista. Es historia de este deporte, de este país, y allí donde jugamos batimos el récord de gente viendo un partido de fútbol. ¡Una barbaridad!
— ¿Cuáles son los objetivos principales, el propósito y la visión del Inter de Miami?
— Un club de fútbol tiene tres vías ordinarias de ingreso: los derechos de televisión, el dinero generado durante el día de partido (entradas, comida, bebidas o aparcamiento, entre otros) y los ingresos comerciales (patrocinios, retail, etc.). Desgraciadamente, nuestra liga se basa sobre todo en ingresos de Game Day. Facturamos 200 millones, pero no tenemos ni un 2% de broadcasting y esto hace el milagro todavía más bestia.
— Sin derechos de televisión es difícil jugar el partido.
— El dinero de la NBA o la Mayor League de Baseball viene sobre todo de la televisión, pero nosotros no recibimos casi nada. En Estados Unidos hay una cultura muy arraigada al deporte y por tanto, los ingresos de Game Day sí que son, de media, más elevados que en Europa. También estamos limitados a nivel comercial, porque no podemos elegir qué marca nos viste y tampoco ingresamos royalties por vender camisetas. La vida te da cartas y tú las tienes que jugar.
— Las famosas cartas del filósofo Arthur Schopenhauer.
— No me gusta quejarme de las cartas, prefiero jugar la mejor partida posible y salir adelante.
— ¿Qué impacto tiene el nuevo estadio para un club como el vuestro?
— El estadio actual es temporal, tiene una capacidad de 21.550 personas y no tiene los servicios acabados de un estadio moderno. Jorge Mas dice que el estadio por sí mismo es un elefante, porque solo juegas 40 partidos cada año y te quedan 325 días libres. Por eso, hemos creado un distrito alrededor del nuevo estadio con edificios de oficinas, hoteles, restaurantes, tiendas y una especie de Sant Jordi para hacer conciertos. Esto transciende la marca del Inter de Miami.
— ¿Hasta dónde llega esta marca?
— El estadio tiene que ser el epicentro que le dé sentido y también razón al distrito. Messi nos ha ayudado a salir del agujero de la estructura de liga cerrada porque es la única persona que lo puede hacer y a la vez es un momento perfecto para nosotros. Cambiamos de estadio y tenemos a Messi.
“Barcelona y Miami pueden tener muchas sinergias, pero esto depende de las personas, de la políticas, de las relaciones empresariales, de las ganas de hacer cosas y de hacer que las cosas pasen”
— ¿Cómo ve a Barcelona desde el otro lado del Atlántico?
— Barcelona es la capital de Catalunya, un lugar de referencia y también una marca fundamental. Sin embargo, he desconectado bastante de forma orgánica y por voluntad del día a día de Barcelona. Seguramente, también por salud mental. Robin Sharma impartió una conferencia y me aconsejó no leer diarios ni ver telediarios. Me lo intento aplicar tanto como puedo.
— ¿Hay buenas oportunidades entre Barcelona y Miami?
— Una marca no es nada por sí misma, porque es sobre todo una cuestión de valores. Barcelona y Miami pueden tener muchas sinergias, pero esto depende mucho de las personas, de la política, de las relaciones empresariales, de las ganas de hacer cosas y de hacer que las cosas pasen.
— El anterior entrevistado de Persona a Persona, Antoni Esteve, le hace las siguientes preguntas:
— ¿Cómo ve el modelo Más que un club en un entorno donde la cultura, los valores compartidos y la historia tienen menos arraigo?
— El Más que un club aplica y aplicará siempre, porque es así como yo percibo el club. El Barça representa algo más allá que un club de fútbol, por temas políticos, nacionales, propiedad, la Masía, los valores… Partiendo de la base que la cultura, los valores compartidos y la historia tengan de verdad menos arraigo, esto dependerá sobre todo de las personas que los socios y socias votemos para que lideren y representen el club, y también del carácter que estos le quieran dar a la institución.
— De acuerdo con tu experiencia en Estados Unidos, Miami en concreto, ¿qué desearías que intentáramos importar desde Barcelona? ¡Sin aranceles, por supuesto!
— Lo que, en parte, me gusta de Estados Unidos es la mentalidad y los pocos complejos de inferioridad. Lo digo de forma bien entendida y no arrogante. Dudo que esto se pueda importar, dado que son cosas del carácter, la educación o la tradición… Pero, por probarlo, no pasaría nada. Si, como dice Lluís Llach, cuando nos vayamos, nos hacemos contrabandistas de sentimientos, ciertamente también podríamos probar de importar cosas así.
SIETE DE VIDA
1. Referente: Cualquier persona que haya conseguido sus objetivos, haya luchado y esté en paz consigo misma. No vale todo.
2. Libro: Sapiens de Yuval Noah Harari.
3. Película: Cadena Perpetua de Frank Darabont.
4. Canción: La cançó del Soldadet de Manel o cualquiera de Lluís Llach.
5. Rincón preferido: El camino de Éller a Meranges (Cerdaña).
6. Lema de vida: La vida es muy corta, ¡aprovechémosla!
7. Sueño: Que la buena gente no deje de soñar nunca.
