A la fresca. Gran expresión que representa de forma gráfica ese momento en el que cae la tarde, se levanta algo de aire refrescante y el sol no atosiga. Da paso al atardecer, a pausar revoluciones y disfrutar de ocio gastronómico con amigos, pareja o familia.
Este “tardeo” que se convierte en una buena cena es posible en Barcelona, concretamente en numerosas terrazas y patios de restaurantes por todos los barrios de la ciudad. Son muchos y variados y recogemos algunos de ellos en esta crónica.
Bodega La Puntual
Que en Bodega La Puntual se come de lujo cuando se busca un restaurante en el Born, es un secreto a voces: buena cocina de mercado con unos fuera de carta que deparan sabrosas sorpresas y vinos a precio de tienda con servicio de descorche.
A esta promesa de buena gastronomía se le suma un patio interior coqueto, bien iluminado, que crea ambientes íntimos en un espacio arquitectónico de carácter. Un escenario ideal para degustar productos ibéricos premium, ostras y guisos muy bien ejecutados servidos por un personal que cuida mucho la atención al cliente.
Asador de Aranda
En lo más alto de la zona alta de Barcelona, y más concretamente en la icónica Avenida Tibidabo, se esconde un jardín lleno de olorosas esencias, brisa y tardeo delicioso: el del restaurante Asador de Aranda. El establecimiento más conocido de Asador de Aranda, en su espectacular casa modernista, tiene un jardín donde al caer la tarde se ofrecen sets de Dj’s para amenizar copas y picoteo al más puro estilo de la gastronomía castellana renovada. Si se desea la experiencia gastronómica que tan conocido ha hecho a Asador de Aranda en la ciudad, la amplia y cómoda terraza del primer piso acogerá a estos entusiastas. Un imprescindible para descubrir una ubicación privilegiada e histórica.
Superclàssic
El nombre de este local lo escogió su chef y propietario Stefano Mazza (Last Monkey) de forma premonitoria: aunque su intención es rendir tributo al vermuteo y al tapeo clásico, su amplia terraza situada en los Jardines del Dr. Fleming (en el Raval) está tan codiciada cuando cae el sol que ya es un clásico donde tardear. En Superclàssic se encuentran buenos vermús (algunos de ellos macerados por ellos mismos), una caña bien tirada al estilo madrileño y unos vinos interesantes que resultan el complemento perfecto para sus tapas elevadas elaboradas con producto del vecino Mercat de la Boqueria.
Terraza Martínez
Terraza Martínez es un clásico de Barcelona, con más de una década ofreciendo arroces y buena cocina marinera en su establecimiento-atalaya con una de las mejores vistas de la ciudad: al mar y a Montjuïc. Aquí se encuentran pescados de lonja cocinados al carbón quebracho, carnes de alta calidad y suculentos arroces que compiten con la excelencia de las vistas. Los domingos tienen encendidos sus fogones, y sus puertas abiertas, desde mediodía a medianoche, en horario ininterrumpido. Este “hijo” del restaurador José Maria Parrado, lejos de hacerse mayor, parece que siempre está en plena forma.
Denassus
De Denassus es importante decir que sus propietarios son dos sumilleres, pues este dato indica que la parte líquida se cuida tanto como la sólida. Se ubica en plena calle Blai, la zona peatonal más conocida en Poble-Sec y goza de una terraza que constituye una apertura del pequeño local hacia el exterior. Su terraza está frecuentada por chefs, sumilleres y gente de sala que acuden buscando un buen lugar donde disfrutar un lunes, el día clásico de cierre para muchos restaurantes. Una carta corta y bien pensada, con producto selecto, recoge tanto tapas como platos de temporada con justa elaboración. Y por supuesto, una amplísima carta de vinos: Alejo Mailan y Sergio Ruiz seleccionan referencias de pequeños productores que realizan vinos únicos de añadas curiosas y pequeñas producciones.
Madre Taberna Moderna
¿Y cenar con vistas a la monumental Sagrada Familia? En Avinguda Gaudí, desde hace poca más de un año, Madre Taberna Moderna pone sabor a esta avenida peatonal con platillos tradicionales suculentos donde el producto brilla, así como tapas para compartir con maridaje de cócteles clásicos y de autor, si se desea. Su terraza es amplia, cómoda y animada y cuenta con otro maridaje inesperado: alternar sabrosos bocados con la visión de la basílica iluminada por la noche.
Bistró Mató
El encanto de Bistró Mató cuando llega el buen tiempo es, sin lugar a dudas, el de su terraza. Bajo los plataneros, con la brisa que desciende de Collserola, este lugar de encuentro en Pedralbes es un paraíso par dejar que la tarde corra al encuentro de la noche, amenizado por platillos de esencia mediterránea con producto de temporada y local, además de una interesante selección de vinos, entre ellos, naturales. Una ubicación que, si se desea alargar la experiencia allá, puede continuar con una visita a su contigua pizzería Mattone.
Les Filles
La cocina de consciencia, de temporada y absoluta proximidad que se practica en Les Filles se degusta mejor en su bonito patio. Aquí el tiempo se detiene para abrazar unos platos que aúnan en sabor lo mejor del producto cuando más sabroso está. Ese patio es, además, protagonista del afterwork entre semana, con una carta especial de 16:00 a 18:00 horas que puede complementar ese inicio de la tarde-noche con cócteles, con preeminencia de los refrescantes Spritz. Donde el barrio de Gràcia confluye con el Eixample se encuentra un jardín donde pararse a disfrutar.
Casa Luz
Casa Luz permite disfrutar de otro tipo de fresca: el de las alturas. Desde el último piso del hotel con el mismo nombre, emplazado en Ronda Universitat (encima del mítico Bar Estudiantil), Tomás Abellán ofrece una gastronomía basada en el producto sin muchas complicaciones, dejando que éste muestre su brillo y sabor en una carta corta y simple bien enfocada. Los brindis también serán de altura, la selección de su carta de vinos está firmada por la brillante sumiller Ximena Arce.
Món Viêt
No tendrán la terraza más chic, pero Món Viêt ofrece auténtica comida vietnamita que, en pleno verano, es de lo más refrescante. Con fuerte arraigo en una cocina con poco frito, mucha verdura fresca, carnes y pescados es un excelente opción para una cena con platillos para compartir divertidos y sorprendentes. Goza además, de una excelente relación calidad-precio, un servicio informal y amable y unas limonadas caseras tan ricas y heladas que serán lo primero que apetecerá, nada más sentarse. Para los amantes del café, es aconsejable acabar la velada con un tradicional café vietnamita, dulce y goloso.
Rooster & Bubbles
En Pla de Palau, en el Born, la terraza de Rooster & Bubbles ofrece cobijo, brisa, un entorno sin demasiado tráfico y algo aún más interesante: una solvente oferta de carnes hechas a l’ast con cava, vinos selectos y cócteles. Esta propuesta gastronómica no solo se refleja en el nombre, de hecho lo lleva en el ADN: el propietario es la tercera generación de la mítica rosticería Kikiriki, que en 1962 deslumbró a Barcelona desde Hostafrancs con la novedad de los pollos a l’ast combinados con cava servidos en copas Pompadour. Recogiendo esa herencia de forma actualizada, ese sistema de cocción se usa para ofrecer sabrosos platos con cordero y pollo, sea al plato o en elaborados sándwiches.
Varela
Un recién llegado a Sant Gervasi con una terraza cómoda, bonita y apetecible en todo momento del día. En Varela, son tan o más apetecibles las tapas de corte clásico como las croquetas de jamón o las bravas, como un buen arroz de butifarra o un entrecot de vaca premium fileteado. Buena ubicación, excelente propuesta de tapeo para compartir y una imbatible selección de vinos a precio de tienda que incluyen el precio del descorche. Las veladas aquí prometen ser muy disfrutonas… y para todos los bolsillos.
Dr. Zhang
En esta casa los dumplings son una delicia. Quien disfrute de esta receta tradicional china, que consiste en hatillos de pasta de arroz o trigo con rellenos sabrosos, encontrará aquí su nuevo restaurante favorito. Dr. Zhang tiene una amplia selección, con versiones hervidas, fritas o a la plancha, ¡incluso como postre! Su coqueta terraza es pequeña, e incluye una barra que permite ver cómo la minúscula cocina trajina con estas exquisiteces. Su propietaria Èlia Caralt se pasó dos años en Shangai probando a diario diferentes dumplings y al regresar a Barcelona se llevó consigo esas recetas para ofrecer estos bocados sabrosos que, además, resultan ser beneficiosos para la salud.
Benzina
Un buen plato de pasta apetece siempre. Reza un dicho inglés que, traducido, viene a decir que un plato de pasta al día mantiene al doctor alejado. En Benzina más que alejar, se atrae: sus platos de corte italiano ofrecen una visión más amplia del vasto y rico mundo de la cocina con pasta artesana. A esta propuesta se le suman platos de carne y pescado que valen la pena probar, sea con cócteles o con sus vinos de importación italianos. Su terraza está en un pasaje peatonal de cómodo acceso y está iluminada de forma muy elegante: el único inconveniente que tiene es que no permite disfrutar de la fantástica selección de clásicos del rock que ambienta el local interior.