Puede que uno haya pasado por delante una infinidad de veces, pero es poco probable que sea consciente de lo que hay debajo. En el Raval, la Plaza Terenci Moix, detrás del CCCB y popular por su pista de básquet, guarda un secreto a 15 metros de profundidad. En una de sus esquinas, una puerta muy discreta, escondida entre grafitis, da entrada a la subestación eléctrica que Endesa está construyendo en pleno centro de la ciudad, con la previsión de dar servicio a unos 150.000 clientes.
La subestación eléctrica ubicada debajo de la pista de básquet de la Plaza Terenci Moix es una de las cuatro subterráneas que hay en la ciudad. En este caso, se ha tenido que excavar a una profundidad de 30 metros para poder encajar la infraestructura en la trama urbana respetando todas las medidas de seguridad. También ha sido necesario dar a la instalación el tamaño suficiente para ubicar tres transformadores eléctricos de grandes dimensiones, encargados de adaptar la electricidad a la potencia con la que se envía a hogares y locales.
Actualmente, las obras en esta subestación en pleno Raval están a punto de dar por finalizada una primera etapa que permitirá empezar a utilizarla. Después de la obra civil y la instalación de las cabinas de media tensión, falta por conectar los cables necesarios para poder hacer llegar la electricidad a los clientes. Según explica el responsable de Endesa en el Barcelonès, Marcos Lalueza, estos trabajos se prevé que acaben en junio. Esto representará la puesta en marcha parcial de la subestación eléctrica, a la espera de que se instalen los tres transformadores, para lo que será necesario volver a abrir la pista de básquet, y se conecte a la red de Red Eléctrica. Para esta segunda etapa, con la que pasará a operar con toda su capacidad, no hay fecha de finalización.
La subestación de Valdonzella no será la única que sumará Endesa en Barcelona en los próximos años. La eléctrica está construyendo otra en el barrio de la Marina del Prat Vermell, donde ahora se está acabando la obra civil y contará con dos transformadores. Se prevé que esté a pleno rendimiento en 2024, antes que la del Raval. “Acompañamos a la ciudad en las zonas en las que está creciendo”, expone Lalueza. Por ello, se ubicará otra subestación en la Sagrera.
Con todo, la compañía suma, hoy por hoy, un total de 24 subestaciones eléctricas para dar servicio a toda Barcelona, algunas de ellas en ciudades metropolitanas como L’Hospitalet de Llobregat, El Prat de Llobregat y Badalona. La más grande es la de la Mata, en el Poble Sec, dando servicio a 90.000 puntos de conexión. Medianas como la de Valldonzella llegan a entre 50.000 y 70.000 puntos de conexión. Según remarca Lalueza, añadir una instalación en pleno Raval servirá para esponjar la red, sumando un punto a medio camino entre las que hay en Arc de Triomf, la Escuela Industrial y Poble Sec, lo que permite mejorar la respuesta cuando se producen averías, pasando a cubrir la zona afectada desde otra fuente.
Para hacer llegar la electricidad a los clientes, de las subestaciones eléctricas, salen las líneas de media tensión, con 3.500 kilómetros en la capital catalana. Estas son las que se conectan con los 7.000 pequeños centros de transformación repartidos a pie de calle por toda la ciudad —las cajas—. Aquí se convierte la electricidad a baja tensión, distribuida a los clientes a través de 4.000 kilómetros de cables.
La nueva subestación forma parte del paquete de inversiones que Endesa está desembolsando en la capital catalana para poner al día la red, así como mejorar el servicio con nuevas infraestructuras y la adopción de nuevos tecnologías. La eléctrica invertirá 46 millones de euros este 2023 en el Plan Ciudad, acordado con el Ayuntamiento de Barcelona, una cifra similar a la de los dos años anteriores y un 40% superior a la de periodos anteriores.