La fábrica de Gallo en Granollers.
La fábrica de Gallo en Granollers.

Gallo invierte 15 millones en Granollers para entrar en el mercado del caldo

Pone en marcha una planta "puntera a nivel europeo" que tiene capacidad para producir 140.000 litros al día y que le permitirá competir con Gallina Blanca y Aneto

Gallo acaba de culminar una inversión de 15 millones de euros en su complejo productivo de Granollers (Barcelona) que le permitirá entrar en el negocio de los caldos envasados y competir con otras marcas catalanas de referencia como Gallina Blanca, Aneto y El Pavo. La empresa líder del mercado de la pasta seca da un paso más en su estrategia de diversificación y apuesta por nuevos segmentos que contribuyan al crecimiento del grupo que, desde 2019, pertenece al fondo inversor ProA Capital.

La nueva planta de caldo en tetra brick tiene una capacidad de producción de 140.000 litros de caldo al día y permite culminar el plan industrial que activó ProA Capital tras hacerse con el control de la empresa fundada por la familia Espona y que se ha centrado en especializar cada uno de los cuatro centros de producción del grupo, que, con el nuevo accionista, ha crecido también con la compra de la empresa de platos asiáticos Ta-Tung.

“Con esta inversión, Gallo da un paso decisivo en el objetivo de mantener su rol de compañía referente en innovación industrial”, destaca la empresa, que apunta que entrar en caldos preparados “supone un paso trascendental hacia el concepto de transversalidad que la compañía inició en 2019, uniendo la pasta con nuevas categorías complementarias que incentivaran su consumo: la pasta de tenedor con las salsas y ahora la pasta de sopa con el caldo natural”.

El nuevo caldo se comercializa desde el pasado mes de noviembre con la marca Caldo natural Gallo y ya puede encontrarse en El Corte Inglés y en cadenas de supermercados como Caprabo, Bon Preu, Carrefour y Alcampo. Actualmente, se elaboran cuatro variedades: caldo de pollo, caldo de pollo con jamón, caldo de verduras y cocido.

El proceso de especialización de las fábricas supuso que en el histórico centro de Granollers dejara de producirse pasta seca larga y corta, una actividad que se concentró en la planta andaluza de El Carpio (Córdoba). En la capital del Vallès Oriental se mantuvo la producción de pasta plana, es decir, las placas para hacer canelones y lasañas; y también la división de pasta fresca y de platos preparados. Ahora, el complejo productivo, en el que trabajan un centenar de personas, se amplía con una planta de caldos “puntera a nivel europeo”, que ha adoptado “una tecnología industrial propia y exclusiva, concebida y desarrollada por el equipo de I+D del Grupo Gallo”. “Este proyecto disruptivo supone, además, la apuesta por la digitalización de la compañía”, destaca Gallo, que asegura que con estas instalaciones “transformarán el mercado de los caldos en España”.

“Es una revolución que nos plantea un reto a nivel logístico, tecnológico y humano, a la vez que sitúa la planta de Granollers como punta de lanza dentro de la estrategia de crecimiento de la compañía, liderando su primer proyecto de digitalización”, explica Montserrat Tort, directora de la planta industrial barcelonesa.

Gallo aspira a arañar cuota de mercado a las grandes marcas que actualmente lideran el sector, encabezadas por el grupo familiar GBfoods, dueño de Gallina Blanca y que ha redoblado su apuesta por este negocio con el lanzamiento del caldo envasado El Pavo. El otro gran operador —sin tener en cuenta a las marcas blancas— es Aneto, propiedad del también grupo familiar catalán Adam Foods.

caldo Gallo
Línea de envasado de los nuevos caldos de la marca.

“Gallo tiene la ambición de alcanzar una posición relevante en esta categoría con alto potencial de crecimiento”, subraya el grupo, que asegura que su caldo “es el más natural del mercado” y que se elabora únicamente “con ingredientes frescos y procedentes de productores de proximidad”. El envase es un tetra brick totalmente reciclable, con un 87% del material de origen vegetal y que cuenta con tapón de caña de azúcar y no de plástico.

En Catalunya, Gallo posee otros dos centros de producción situados en Sant Vicenç dels Horts, donde se encuentra la planta de platos preparados asiáticos de Ta-Tung, y en Esparreguera, donde se fabrica pasta sin gluten y también un nuevo tipo de pasta elaborada con legumbres (guisantes, garbanzos y lentejas).

Con una facturación de 184 millones en 2021, Gallo controla una cuota de mercado cercana al 35% en pasta seca, un 29% en salsas y un 16% en harinas.

La nueva fábrica emplea ingredientes frescos y tiene capacidad para 140.000 litros diarios.