Pati Roura, directora de la Fundació Cruyff
Pati Roura dirige la Fundación Cruyff desde hace más de una dècada.
LA ENTREVISTA

Pati Roura: “Johan Cruyff traspasa las fronteras del deporte con mentalidad de país y victoria”

La directora de la Fundación Cruyff alerta de que estamos "muy deshumanizados" y de que habría que explicar a los niños la naturaleza de ayudar a los demás

Pati Roura es la directora de la Fundación Cruyff desde hace más de una década. Estudió relaciones laborales después de un año sabático y empezó a trabajar en el sector de la metalúrgica y la banca. Siempre con espíritu de revolucionaria. Un buen día recibió una llamada de Chantal Cruyff –la hija mayor de los Cruyff— que le cambió la vida. Paseamos por el estadio Johan Cruyff hasta llegar a la sede de la Fundación entre paredes pintadas, fotografías y recuerdos de un jugador y entrenador que marcó un antes y un después en la historia del Barça, de Barcelona y de Catalunya. ¿Su referente? Johan Cruyff, como jefe y persona.

Su Fundación desarrolla proyectos deportivos para niños con necesidades y capacidades diversas en todo el mundo, a la vez que pone el ejercicio en el centro del crecimiento personal. Pati Roura se emociona a media entrevista recordando una reunión con él cuando ya estaba enfermo de cáncer, paramos la grabadora y nos quedamos en silencio. Le damos espacio a la emoción. El silencio nostálgico de aquellos a los que hemos perdido pero que todavía tenemos tan y tan presentes, hoy que es el Día Mundial contra el Cáncer. ¡Que empiece el partido honorífico! “Salid y disfrutad”.

—Estudió Relaciones Laborales.

—Por accidente.

—¿Por accidente?

—Y casualidad. Terminé el COU, hice un año sabático y empecé a trabajar como recepcionista en una empresa metalúrgica. Tenía buena relación con la directora de recursos humanos, que estaba a punto de jubilarse. No sabía dónde quería enfocar mi carrera y estudié relaciones laborales, y más tarde empecé en banca.

—“El dinero debe estar en el campo, no en el banco”.

—Venía de letras y no sabía ni qué era el euríbor. Siempre me ha gustado mucho la relación con las personas. La primera oficina de Banesto donde trabajé estaba junto al Mercado de Sant Antoni. Prefería ayudar a los demás antes que colocar productos o hipotecas.

—¿Cómo empezó su interés por las ONGs?

—Lo llevaba dentro. Me ha gustado siempre preocuparme por los demás, saber cómo están y cómo podemos mejorar las cosas. Tengo ese espíritu de revolucionaria. He sido la pequeña de tres hermanos y he luchado toda mi vida contra las normas. Yo no tenía ninguna relación con el tercer sector hasta que logré que la Fundación Cruyff fuera cliente del banco.

“Estábamos en plena crisis y pensé que podría cumplir rápido los objetivos de la Fundación. Fue un buen batacazo, me di cuenta de que no se puede pedir dinero a cambio de nada tangible”

—Un gol para toda una vida.

—Tuvimos una relación muy directa con Chantal Cruyff, que entonces dirigía la Fundación. El factor diferencial de un banco es el trato con las personas. Chantal me invitó al Open Day y me propuso trabajar en la captación de fondos de la Fundación.

—¿Le gustaba el fútbol?

—En casa éramos del Barça y siempre me había gustado el fútbol. Johan Cruyff era Johan Cruyff. Antes, trabajar en un banco era un seguro de vida, hoy los jóvenes cambian mucho de trabajo. En casa éramos mucho de encontrar un buen trabajo, hacer carrera y ganar un buen sueldo. Una buena amiga me propuso coger una excedencia.

—En verano de 2009 empezó a trabajar en la Fundación Johan Cruyff.

—Estábamos en plena crisis y pensé que podría cumplir rápido los objetivos de la Fundación. Fue un buen batacazo, me di cuenta de que no se puede pedir dinero a cambio de nada tangible. Teníamos un nombre muy potente que eclipsaba el proyecto.

—El nombre no hace la cosa… O sí.

—Nadie sabía lo que era ni lo que hacía la Fundación Cruyff. Pronto hará ocho años que Johan murió y la Fundación despertó un interés que hasta entonces había sido más futbolístico que social.

—Hablemos de liderazgo.

—Parece que los que estamos en el tercer sector somos los buenos y los que están en el mundo empresarial son los malos. Esto no es así. Cada uno tiene un propósito y una misión. La misión del tercer sector es intentar hacer un mundo mejor, entender las carencias de la sociedad y, en nuestro caso, ayudar a los jóvenes a través del deporte.

—Misión: ayudar.

—No todo el mundo tiene por qué hacerlo. Existe un malentendido al pensar que las grandes empresas con beneficios o las personas con mucho dinero deben devolverlo a la sociedad. Ésta es una frase que está muy de moda.

Pati Roura elogia al fundador de la entidad: “Johan Cruyff nos enseñó a ser valientes y a no tener miedo”. ©Àngel Bravo

—Devolver a la sociedad lo que te ha dado.

—Las empresas no nacen para devolver y en cambio, el tercer sector sí que lo hace. Entendí tras el batacazo inicial que debemos explicar muy bien qué hace nuestra Fundación y cuál es el impacto de nuestros proyectos. Johan era Johan y muchos pensaban que ya teníamos mucho dinero. ¿Por qué tenemos que dar dinero a la Fundación Cruyff?

—¿Por qué tenemos que dar dinero a la Fundación Cruyff?

—Las empresas tienen una finalidad y el empresario vive su coyuntura. Entre todos podemos ayudar en esta sociedad. Cuando busco un nuevo colaborador o un nuevo patrocinio, tiene que ser alguien que nos quiera acompañar y sobre todo que crea que está haciendo un bien más allá de la viabilidad económica. En este país, desgraciadamente, no hay demasiadas desgravaciones por hacer donaciones a fundaciones.

—Tienen un nombre que se conoce en todo el mundo.

—Tenemos un nombre muy grande, pero somos una entidad muy pequeña que ha pasado por diferentes etapas. La gente conocía a Johan, pero no sabía a qué se dedicaba su Fundación. Johan estaba muy involucrado en el día a día de la Fundación y participaba en muchas reuniones. Todo el mundo alucinaba con él porque tenía un gran carisma y una capacidad bestial de crear una energía especial.

“Johan conseguía hacer fácil aquello más complicado con pocas palabras. Salías de una reunión con él con ganas de comerte el mundo”

—El método Cruyff.

—Hacer fácil lo complicado con pocas palabras. Johan era un hombre muy avanzado en todo, pero nunca te decía qué tenías que hacer. Salías de una reunión con él con ganas de comerte el mundo. Todo cambió cuando murió.

—Entrenador dentro y fuera del campo.

—Todo el mundo que tiene algún familiar con discapacidad conoce la Fundación Cruyff porque somos referentes en el deporte adaptado. Cualquiera que tenía un problema se lo comentaba a Johan y él nos pedía que le ayudáramos. Al cabo de unos días, volvía y hacía seguimiento de cómo estaba el tema.

—Póngame un caso concreto. 

—Recuerdo el caso de un hombre colombiano que se había quedado sin trabajo durante la crisis inmobiliaria y le pidió a Johan si le podía comprar un billete de avión para volver a su país y estar con su familia. Comprobamos que no fuera fake y le compramos un billete a Colombia.

—Los pequeños detalles marcan la gran diferencia.

—Danny y Johan me pedían que buscara casas tuteladas y orfanatos en Navidad. No compraban sólo lo necesario como sábanas o camas, sino que llevaban juguetes con los nombres de cada niño y niña. Separaban el regalo de la necesidad básica.

—La Fundación Cruyff se creó el 25 de abril de 1997.

—Cuando Johan creó la Fundación no era por casualidad, sino porque tenía los valores de ayudar a los demás. Así lo ha hecho toda su vida. Susila Cruyff —la hija mediana— recuerda a menudo que pasaban muchas Navidades repartiendo comida en comedores sociales.

—La Fundación Cruyff como resultado de la filosofía más solidaria de Johan.

—Exacto. De hecho, Johan decidió crear su Fundación cuando vivía en Estados Unidos y tenía un vecino que era un niño con síndrome de Down. Se lo llevó al entrenamiento del los Washington Diplomats y el niño volvió a su barrio como un héroe. Johan tenía mucha relación y colaboraba con la familia Kennedy, que organizaba los Special Olimpics.

“Johan era carisma, visión, sinceridad y paz interior. Su comunicación no verbal era bastante mejor que su lenguaje verbal. Creaba empatía para hacer entender que hay que hacer el bien”

—Una relación muy poderosa.

—Él quería conseguir que todo el mundo tuviera las mismas oportunidades de hacer deporte y entendía que las barreras eran cosa de los adultos más que de los niños. Creó la Fundación en Barcelona para dar estructura a sus valores.

—Volvamos a ese preciso momento.

—Tenía mucha amistad con Jaume Roures, que explica a menudo que uno de los momentos más felices de la vida de Johan fue cuando creó su Fundación en Barcelona. Dio 6 millones de pesetas (36.000 euros aproximadamente) a “cambio de nada”. Y eso le hizo muy feliz.

—El resto ya es historia.

—Buscar a un patrocinador con Johan era fácil. Él era carisma, visión, sinceridad y paz interior. No le debía nada a nadie y sentía que simplemente tenía que hacerlo. Su comunicación no verbal era bastante mejor que su lenguaje verbal. [Ríe].

—“Si yo hubiera querido que me entendieras, me hubiera explicado mucho mejor”.

—Creaba empatía para hacer entender que debe hacerse el bien. Como un ángel con una energía muy positiva. Nunca vi a Johan desfallecido, ni con el cáncer. Recuerdo un día que venía de una prueba de la Teknon y le acababan de encontrar un tumor en la columna vertebral. Me dijo que era bueno porque ya se lo habían encontrado y, por lo tanto, ya sabían cómo atacarlo. Le daba la vuelta a todo.

Pati Roura de la Fundació Johan Cruyff
Pati Roura dirige la fundació como entitat referente en deporte adaptado. ©Àngel Bravo

—El vaso medio lleno como filosofía de vida.

—Los problemas se quedaban fuera. Aquí en la Fundación siempre decimos…

[Paramos la entrevista. Dejemos espacio a las emociones. Silencio]

—¡Volvamos al ruedo!

—Perdona, me he emocionado. Es fuerte. Somos un equipo pequeño y nos creemos a este hombre y todo lo que hacemos. Johan murió de repente en seis meses. ¿Y ahora qué hacemos? No teníamos una estrategia
planificada. Jaume Giró nos ayudó e hicimos un acuerdo con La Caixa para expandir el proyecto de los Cruyff Courts más allá de Catalunya.

—Pisemos el césped de los Cruyff Courts.

—Los Cruyff Courts son el parque del barrio convertido en un campo de fútbol. Lo mejor de todo no es el campo o la instalación, sino lo que sucede dentro. Es decir, el proyecto de transformación social y la formación que hacemos a los jóvenes del barrio sobre los valores del deporte. Por cierto, somos unos frikis con el 14.

—El 14, mucho más que un dorsal.

—Formamos a 14 jóvenes, hacemos las inauguraciones un día 14, tomamos la fila 14 del teatro… [Ríe]. Todo es 14. Tenemos 300 campos en todo el mundo donde los niños pueden jugar y organizar torneos escolares de ciudad, región, país, Europa y el mundo. De hecho, en 2014 hicimos un Mundial. El año pasado hicimos un Europeo en Martorell que era la ciudad europea del deporte. Tenemos también 450 escuelas con un Patio 14.

—¿Cuál es su estrategia como Fundación?

—Hay un antes y un después de Johan. Focalizamos nuestra estrategia en los Cruyff Courts con deportistas de élite que hacen de altavoz de nuestros proyectos. Johan no está, pero nosotros continuamos su legado y tenemos campos con Carles Puyol, Sergio Busquets, Gerard Piqué, Jordi Alba o Pedrito, y también con Iker Casillas, Raúl Gonzalez, Joaquín Sánchez o Aritz Aduriz, entre otros. Nos han ayudado mucho a tener visibilidad y abrir puertas con patrocinadores.

“La misión del tercer sector es intentar hacer un mundo mejor, entender las carencias de la sociedad y, en nuestro caso, ayudar a los jóvenes a través del deporte”

—¿Cómo es el modelo de negocio?

—Tenemos un acuerdo con la Administración pública, es decir, la Generalitat, los Ayuntamientos y las Diputaciones. Ahora bien, nuestros grandes patrocinios provienen de la empresa privada que tiene
más presupuesto. Creamos alianzas con entidades deportivas para conseguir que un niño con diversidad funcional tenga la oportunidad de hacer deporte como cualquier otro.

—No debe de ser fácil…

—Falta oferta y sobre todo si nos alejamos un poco de la zona metropolitana. Nosotros queremos normalizar y regularizar que todos estos niños puedan realizar sus extraescolares adaptadas. Desafortunadamente, no todas las actividades pueden ser inclusivas y el mundo no es maravilloso. Sin embargo, hemos conseguido que 200.000 niños y niñas hayan tenido la oportunidad y el espacio de deporte.

—El corazón de la Fundación: “Solos no podemos hacerlo, tenemos que hacerlo juntos”.

—Johan jugaba de pequeño en la calle y veía que cada vez había menos espacios para jugar. Era huérfano con 12 años, su madre limpiaba las instalaciones del Ajax y él jugaba allí. De ahí sale el Cruyff Court y la oportunidad de tener un espacio seguro en el que poder jugar cuando se sale de la escuela.

—¿Y el otro pilar de la Fundación?

—Trabajamos con dos pilares: la transformación social y la inclusión del niño desfavorecido y normalizar el deporte en niños que tienen diversidad funcional. Es decir, los Cruyff Courts y los proyectos de deporte adaptado. Así todo el mundo puede probar qué deporte le va mejor de acuerdo con su personalidad o su capacidad.

“La realidad de las dos oficinas de Barcelona y Ámsterdam y de quién es Johan Cruyff en cada país es totalmente diferente”

—La pandemia fue un parón en seco.

—Todo quedó parado con los niños en casa y nosotros sin hacer más campos… Recuperamos la mentalidad de Johan, siempre en positivo, y le dimos más visibilidad a los Cruyff Courts. Nos pusimos a buscar patrocinios para darle continuidad al proyecto. La pandemia nos permitió detenernos, decidir y trabajar más en las formaciones de los jóvenes y las necesidades de cada localidad.

—“Cada desventaja tiene su ventaja”.

—Creamos también el proyecto de deporte adaptado de kilómetro cero para salir del Área Metropolitana y llegar allí donde no hay tantas oportunidades. Nos dedicamos a estructurarnos, a hacer una alianza con la Fundación de Pep Guardiola y un business plan para cada proyecto.

—Supongo que no será lo mismo en Barcelona que en Ámsterdam.

—El presupuesto de la oficina de Barcelona y Ámsterdam es de un millón y medio y siete millones de euros, respectivamente. La realidad de las dos oficinas y de quién es Johan Cruyff en cada país es totalmente distinta. La coyuntura cultural y económica también es distinta. La suerte que tenemos aquí es el poder crear alianzas y darnos la mano. Tenemos muchos sponsors in-kind con servicios y productos.

—¿Por ejemplo?

—Llevamos coches rotulados y son una cesión. No pagamos local y el despacho es también una cesión. El Open Day es una gran fiesta en la que participan casi mil niños con discapacidades que pasan un día de ocio haciendo deporte en la Mar Bella de Barcelona. Todo el mundo llora de felicidad y todo son sonrisas. Los niños tienen su realidad que no es la nuestra y viven con su condición. Hay una energía que parece que Johan todavía esté vivo. Una experiencia así vale más que cualquier programa de dirección.

Pati Roura i Víctor Costa
Pati Roura y Víctor Costa durante la entrevista. ©Àngel Bravo

—Tienen un patronato único: Susila Cruyff, Xavier Arbós, Ramon Agenjo, Josep Guardiola, Xavi Hernández, Joan Laporta, Joan Francesc Pont, Carles Puyol, Jaume Roures, Silvia Martí…

—¡Una maravilla! Cada uno tiene un poco de Johan y se asemeja en alguno de sus rasgos. Es un patronato formado desde el respeto hacia su persona porque todos teníamos muy claro que la Fundación era la niña de sus ojos. El patronato cree en su visión, trabajamos para los niños y por Johan. La gran mayoría de representantes de futbolistas entienden que Johan es Barça y desde el procés hasta ahora hemos vivido también pros y contras.

—¿Pros y contras?

—Se ha roto algún patrocinio por el procés. Recuerdo que un día me dijeron que lo sentían mucho pero que después de lo que había dicho Guardiola… Johan siempre decía que a quién no le guste… También nos pasó con Marta Ferrusola, que era patrona. Un patronato potente también tiene sus pros y sus contras. Lo primero que te dicen todos sobre Johan es que vaya fenómeno, del primero al último dentro y fuera de Catalunya. También está el Cruyff Institute, que es la formación para deportistas. ¿Qué hace un deportista cuando deja el deporte profesional?

—¿Qué hace un deportista cuando se jubila?

—Sabe hacer muchas cosas, pero al mismo tiempo no sabe hacer nada. La gran mayoría tienen la cabeza muy bien puesta. Llevan hablando ante los medios de comunicación desde los 16 años, pero quizás no saben hacer
una raíz cuadrada. Johan ponía el ejemplo de que cuando un deportista pasa seis horas en una piscina para ganar una milésima de segundo a otro, tiene una capacidad única.

—Cuatro años de 60 horas a la semana y 10 horas al día, es decir, 12.500 horas de trabajo para una milésima de segundo, explica la nadadora olímpica Ona Carbonell.

—La diferencia se encuentra en la cabeza de cada deportista. Por ejemplo, Pep Guardiola es de otro planeta y no está dónde está porque sí. Lo que se ve por redes es casi todo fake.

“Johan ha ayudado mucho en la mentalidad de las personas, sobre todo a ser valientes y a no tener miedo. Traspasa fronteras con mentalidad de país y victoria”

—David Carabén (Mishima) dice que “el Barça está lleno de héroes y de estrellas”.

—Viven cosas que otros no han pasado. Veo a muchos padres llevar a sus hijos a la escuela del Barça y las expectativas son muy altas, pero sólo un 0,01% llega a lo más alto. Sin embargo, aquel que llega tiene un talento o una capacidad que no tiene el ciudadano de pie.

—¿Por ejemplo?

—Fernando Torres, por su forma de hablar y profundizar en sus orígenes: “Si tienes un sueño, lo tienes que perseguir, pero sin perderse por el camino”. La gran mayoría de futbolistas vienen de una situación socioeconómica media o baja, sobre todo los que son de fuera. Iker Casillas, Ander Herrera o Artiz Aduritz también son unos fenómenos. Todos me han sorprendido de forma positiva.

—¿Por qué?

—Son deportistas de élite y no es casualidad. Y después también está el famoso entorno del que siempre hablaba Johan y que es muy importante. Ganan unas cantidades astronómicas y el mundo real no es así. Lo difícil es que lleguen a los cuarenta años con los pies en el suelo. El deporte te da disciplina, juego en equipo… La experiencia de la vida te ayuda a ser quien eres.

—¿Cuál es el legado de Johan Cruyff?

—Los que lo vivíamos en su día a día desmitificamos a la persona. Nos sorprendió mucho su impacto en la sociedad. La gente se emociona hablando de Johan y quizás sólo se lo habían cruzado una vez o le habían dado la mano. Su legado va, por supuesto, mucho más allá del fútbol y de su Fundación. Johan ha ayudado mucho en la mentalidad de las personas. ¿Quieres hacer algo?

—¿Quieres hacer algo? Hazla.

—Johan nos ha ayudado a ser valientes y a no tener miedo. El suyo es un legado sin miedo. Johan volaba en vez de andar porque no le pesaba nada. Johan es un antes y un después en la vida de mucha gente. Es un referente y un icono.

—¿Qué hizo Cruyff para el Barça, Barcelona y Catalunya?

—Cambió la mentalidad del socio, del barcelonista, del catalán y de Catalunya. Vino a Catalunya durante la dictadura cuando Franco todavía no había muerto. Johan era un rebelde que le puso Jordi de nombre a su hijo. Proyectó Catalunya al mundo. Durante el procés nos preguntaban qué opinaba Johan.

La directora de la Fundació Cruyff, Pati Roura.
La directora de la Fundación Cruyff durante la entrevista para analizar su labor y trayectoria. ©Àngel Bravo

—¿Y qué opinaba?

—¿Quieres hacer algo? Hazlo. No entendía por qué hablábamos tanto de la independencia y del catalán si el movimiento se hace andando. No lo diré, pero creo que sé qué hubiera votado. El suyo era el espíritu de una persona valiente, con coraje, que seguía adelante, con positivismo… Era el número 1. Es una lástima que muriera, pero tampoco podía imaginarlo como una persona mayor que va perdiendo facultades.

—¿Cruyff de mayor?

—Como si fuera una película. Johan murió de repente y ser joven aún le ha hecho más grande. Fíjate cuántas personas quisieron despedirle. Es una pasada. Murió en Semana Santa, yo tenía que irme con la familia a Cases d’Alcanar y di media vuelta porque sabía que él estaba mal. Sander Waare, que es mi compañero holandés, vino a cenar a casa con su mujer y al día siguiente murió Johan. Pasamos juntos el duelo. Todos los canales hablaban de Johan y fue una semana que todo era Cruyff.

“Para hacer una acción solidaria no hay que donar dinero a una ONG, solo hay que ayudar los vecinos”

—Dice Joan Laporta que “el legado de Johan es tridimensional. Nos hizo ganadores desde la generosidad. Tiene un legado social, solidario y humanista. Creó una corriente de pensamiento tanto en el fútbol como en la vida”.

—La gente lloraba y eso que algunos nunca lo habían visto. Johan ha tenido una influencia en nosotros por su forma de ser, hacer y hablar. Me gusta mucho leer los comentarios de vídeos suyos que circulan por las redes y todo el mundo habla bien. Messi es el mejor jugador de la historia, pero Johan traspasa las fronteras del deporte con mentalidad de país y victoria.

—La anterior entrevistada, Ada Parellada, le hace las siguientes preguntas: La contribución económica y de recursos en el tercer sector debe ser exclusivamente de la Administración pública o es importante que las personas y las empresas sean las garantes que todo el mundo tenga las mismas oportunidades independientemente de la renta, la formación o la situación social?

—Es una responsabilidad de todos como sociedad porque nunca sabes qué puede pasar. Las Administraciones públicas tienen la obligación de ayudar a este nicho de la sociedad pero en general esto nos hace mejores personas. Para realizar una acción no es necesario donar dinero a una ONG, sólo es necesario ayudar a los vecinos. Todos podemos hacer cosas para construir un mundo mejor. Yo me preocupo por el confort de mi casa, de mi barrio, de mi ciudad… Es el efecto cebolla.

—¿El efecto cebolla?

—Estamos muy deshumanizados. La Administración pública tiene el deber y la sociedad debe pensar cómo puede ayudar. ¿No hay recursos económicos? No pasa nada, pero volvamos a los orígenes y pensemos en los demás. ¿Cómo ayudar?

—¿Qué valores aprendemos y aplicamos cuando contribuimos al bienestar social de todas las personas de nuestro entorno? Es decir, ¿devolvemos lo que recibimos?

—Es un aprendizaje natural para los que vienen. Los valores mejoran una sociedad. Habría que explicar a los niños la naturaleza de ayudar a los demás. No eres especial por ayudar, sino que debes hacerlo. Una mentalidad positiva de colaboración global. Los valores contribuyen a una sociedad mejor.


SIETE DE VIDA

  1. Referente: Johan Cruyff.
  2. Libro: El Principito de Saint Exupery.
  3. Película: Algunos hombres buenos de Rob Reiner.
  4. CanciónEl meu país de Lluis Llach.
  5. Rincón preferido: Sant Jeroni en Montserrat.
  6. Lema de vida: “Solos no podemos hacerlo, debemos hacerlo juntos”.
  7. Sueño: Ser madre. Tengo dos hijos.