Mario Rubert
Mario Rubert, director de Promoción de la Ciudad, Ajuntament de Barcelona. ©Irene Vilà

Nuestro momento Hamilton

Estamos a las puertas de una nueva era económica y social en Barcelona tras la pandemia. Este es, para quién lo sepa ver, un momento trascendental para decidir qué tipo de ciudad queremos ser en un futuro. ¿Lo aprovecharemos?

En 2019 el mundo, tal y como lo conocíamos, cambió. El causante fue, como saben, el Coronavirus. Una pandemia mortal que nos tocó a todos, de una forma u otra, y que impregnó todos los sectores habidos y por haber. No hace falta que radiografíe la situación. La conocen bien. Con la pandemia se perdieron vidas, empleos, tiempo… Fue (y sigue siendo) un periodo histórico por la magnitud de lo que sucedió y las consecuencias que aún arrastramos.

En un momento así es inevitable ser negativos. Pero tras haberlo (casi) superado o, al menos, observándolo con algo más de distancia, no nos queda más remedio que afrontar la situación. Ahora tenemos delante una hoja en blanco. Y para quién lo sepa ver, una oportunidad tremenda para replantearnos el mundo que queremos. La Europa que queremos. La Barcelona que queremos. Suena a tópico, pero es que es así. Después de una crisis como esta, que lo ha cambiado todo, tenemos en las manos un mundo que debe reconstruirse para volver a funcionar.

Sobre el sector económico, la buena noticia es que desde Barcelona afrontamos este momento desde un muy buen punto de partida. Para el director de Promoción de la Ciudad del Ayuntamiento, Mario Rubert, uno de los motores que nos ayudará a impulsar la nueva economía es el talento extranjero.

Rubert ha asistido al Barcelona Talent-Ed Summit de este martes y ha explicado qué activos tiene la capital catalana para captar este talento. He aquí sus 4 argumentos: 1) Somos una ciudad pequeña, sin embargo, ofrecemos (casi) todos los recursos de una gran ciudad. Además, a diferencia de París o Londres, nuestra metrópolis tiene múltiples ventajas. Una de ellas es que estés donde estés, el aeropuerto siempre te queda cerca.  2) Estamos muy bien posicionados geográficamente. 3) La economía está muy diversificada en distintos sectores. Y 4) La calidad de vida. Rubert considera que en Barcelona ofrecemos un “proyecto de vida. Es una ciudad en la que puedes criar a tus hijos, desarrollar tu carrera y retirarte. ¿Qué otros lugares pueden decir lo mismo?”, ha explicado, convencido, frente a un auditorio formado por un centenar de personas.

Es una oportunidad tremenda para replantearnos el mundo que queremos. La Barcelona que queremos. Después de una crisis como esta, que lo ha cambiado todo, tenemos en las manos un mundo que debe reconstruirse para volver a funcionar

La otra cara de la moneda es que aún nos queda un largo camino por recorrer para llegar a competir a nuestro máximo nivel. ¿En qué nos falta mejorar? En primer lugar, necesitamos formar a más profesionales en el sector de las nuevas tecnologías. Es esencial saber qué necesitan las startups para poder ofrecérselo. Lo han dicho Tim Ougeot (Yego) y Marcos Morea (Amenitiz) en el Summit: las mismas empresas emergentes pueden —y de hecho algunas quieren— ofrecerse como laboratorio de experimentación, un lugar donde formar a los profesionales del futuro. En ese sentido, aparte de ofrecer una formación más especializada en las escuelas y universidades barcelonesas, también es bueno saber que nos podemos apoyar en las propias startups. Sobre el nuevo talento también se ha mojado el director general de la UPF Barcelona School of Management (UPF-BSM), José M. Martínez Sierra. En su ponencia ha puesto énfasis en la necesidad de que parte de esos profesionales sean mujeres para mitigar la brecha de género en el sector.

José M. Martínez-Sierra, director de la UPF Barcelona School of Management (UPF-BSM). © Irene Vilà

Otro reto para el futuro es la escalabilidad. Tenemos que hacer de nuestra capital un sitio donde las empresas emergentes puedan hacerse grandes sin necesidad de emigrar. Para ello, será esencial que el talento nacional e internacional trabajen en red. No nos olvidemos, ha recomendado Martínez Sierra, de los países emergentes. Ellos también son una oportunidad para hacer crecer la economía. Para atraerlos, es positivo que nazcan iniciativas como el Welcome Desk, un nuevo servicio que ha diseñado el consistorio para talentos y compañías internacionales que quieran establecerse en nuestra ciudad.

“Barcelona tiene los recursos de una gran ciudad. Está muy bien posicionada geográficamente. La economía está muy diversificada y ofrece un proyecto de vida al talento extranjero. ¿Qué otros lugares pueden decir lo mismo?”

Y, finalmente, tenemos el Barcelona Talent-ed Summit. Otra posible ventana para captar talento. En la primera edición de este encuentro se han dado cita empresas, profesionales y expertos con Barcelona como vínculo en común. Este puede ser un espacio para conocer a personas interesantes de la ciudad, construir comunidad e impulsar la economía local. Aprovechémoslo.

“La batalla por el talento entre las ciudades y compañías será muy importante en los próximos años. Ganará quién consiga retener más”, ha sentenciado Rubert. Es evidente que la capital catalana ofrece elementos tangibles e intangibles para captarlo, la cuestión es si será capaz de mejorar y hacerlo. “Quiero disfrutar de la vida española”, ha dicho sonriente la senior manager de Michael Page, Gizem Baykal. Este es nuestro momento Hamilton para diseñar una nueva economía que vaya más allá de la seducción y ofrezca el plan completo. Nos jugamos el futuro.

Momento para el networking en el Barcelona Talent-ed Summit. © Irene Vilà
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