cantant Queralt Lahoz
La cantante y compositora de Santa Coloma de Gramenet, Queralt Lahoz. ©josepxq
ENTREVISTA A QUERALT LAHOZ

“No podría hacer la música que hago si no fuera de Barcelona”

La música de la cantante y compositora de Santa Coloma de Gramanet es una mezcla de sonidos latinos y urbanos que incorporan soul, hip hop, trap y dancehall. El Festival Cruïlla cuenta con ella para un concierto en el que repasará temas de sus discos Pureza (2021) y 1917 (2019).

Conocí a Queralt Lahoz la Nit de Santa Llúcia del año 2020, en Santa Coloma de Gramenet, donde interpretó unas espectaculares versiones de Al Alba, de Aute, y Asumiras la voz de un pueblo, del poeta valenciano Vicent Andrés i Estellés.

Es imposible hablar de Lahoz y no hablar de mezcla, pero la mezcla puede ser selectiva y el resultado puede ser un disco más selecto: en este caso, Pureza, que estrena este año y que se presenta en el Festival Cruïlla. En Santako, donde nació, el flamenco se le instaló en las venas: pero, después, por las venas hacemos correr lo que queremos, asegura la cantante.

— O sea que ahora eres purista.

— Nunca (ríe). De hecho, el título del disco viene a decir que en la mezcla está la pureza. No ha sido intencionadamente, planificadamente, sino que ha salido así de forma natural. La especie humana es una mezcla, un gazpacho, no hemos nacido de la mano de Dios como hechos de barro sino que somos nómadas, y mestizos, y toda la raza humana es así. Como toda la música.

— ¿Pero y las raíces, Queralt? ¡Qué actúas en el Cruïlla!

— Evidentemente existe una raíz principal, que en mi caso es el flamenco, y de hecho toda la canción de raíz es el ingrediente que llevo dentro. Ahora bien, lo que a mí me gusta es descubrir cosas nuevas y aprender. Estar viva.

— Has hecho un disco breve, pero intensísimo.

— Yo digo que Pureza es un disco más orgánico que 1917, más hecho a fuego lento, como si hiciera chup-chup. Mucho más yo, ya que el primero era una presentación con guiños a las versiones, a Las Grecas, a Silvio Rodríguez, a Morente… Aunque entonces ya mezclaba con el trap, el r&b-latin, el afrobeat o el house, ahora se nota más que mi mensaje es: ‘soy joven, tengo todos estos bagajes y sé hacer esto’. Es más profundo, y se nota que si quiero atreverme de repente con el hip-hop pues lo hago y punto. Porque tengo ganas, porque sí.

“Mi raíz es el flamenco, pero me gusta descubrir cosas nuevas y aprender”

— Porque sí y por alguna otra razón, tal vez, ¿no?

— Recuerdo a los chicos mayores del barrio, que nos acogían muy bien; allí en Santa Coloma somos mucho de hacer colectivo. Y yo me sentía suficientemente cómoda con ellos como para jugar con los botones de sus aparatos, que activaban los sonidos sampleados, y de ahí sacábamos una base y en medio de la calle nos poníamos a flipar. De hecho, escribí unas primeras letras de hip hop a los 15 años.

— Y tanta mezcla, ¿cómo casa con un festival que quiere reivindicar la música con identidad fuerte?

— Actuar en el Cruïlla el mismo día que actúan Juan Luis Guerra, o Ruben Blades, o las Tanxugueiras, aparte de ser un honor, ya nos indica que las raíces también significan mezcla. Es un festival que busca la identidad, sí, pero no es identitario en ningún sentido excluyente: cualquier raíz tiene su origen en una mezcla, y eso no la hace menos raíz sino todo lo contrario. Lo fortalece. Y debo decir que, por desgracia, en música no siempre se busca la raíz. Ahora mismo la música de habla hispana está en auge, pero es muy diversa y es injusto clasificarla bajo una misma etiqueta sólo por el idioma. Hemos crecido escuchando mucha música en inglés, pero ahora por ejemplo existe una gran moda de música argentina como Duki, Nicki Nicole… Y eso tiene identidad propia, no se puede llamar ‘música latina’ y quedarnos tan anchos. Y también está ocurriendo que Christina Aguilera ha decidido volver al español, con Nathy Peluso, y está diciendo que volvamos a la raíz. Volvemos a ser latinos, pero a nuestro modo. Cada uno el suyo.

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La cantante actuará en el Festival Cruïlla el próximo 9 de julio, con un concierto en el que interpretará temas de su último disco Pureza. ©josepxq

— ¿Y un disco con pocas canciones es un disco más puro?

— Ahora lo de los discos cortos lo hacemos todos, porque de lo que se trata es de que sea natural y honesto: quería decir esto y basta, y ya es mucho, o en todo caso es lo que es. En ese caso he querido llegar a las texturas que realmente quería tocar, hacer casar perfectamente la letra con el sonido, que el mensaje sea uno y auténtico. Con El Tiroteo, por ejemplo, hablo de algo muy profundo y grave y por eso utilizo una batería agresiva. Como si estallara el mundo.

Palabras al aire, cayendo como balas en tierra de nadie.

— La atmósfera es de guerra, de conflicto, de pesadilla. He querido que todo sea muy natural y personal.

— ¿Y Barcelona? ¿Cuál es la personalidad de Barcelona?

— Yo, si no fuera de Barcelona (ponemos Santa Coloma dentro del concepto, por supuesto), no haría esta música. Lo tengo clarísimo. No podría hacerla si fuese de Madrid, o de Albacete. Barcelona es una cocina multicultural clarísima, yo he crecido rodeada de gente de todas partes y compartiendo muchas culturas. También he querido ir siempre a centros culturales o de actividad creativa, allí donde haya diversidad, donde se hagan jam sessions, allí donde haya vida. Y dónde pueda aprender.

— ¿Y la identidad catalana sería eso también?

— Catalunya y Barcelona tienen un tema central muy interesante, que es el respeto. Debemos promoverlo, porque los tiempos están cambiando muy rápidamente y ese capitalismo tan fuerte, donde todo se puede pagar con dinero, nos obliga a estar mucho más vivos para saber manifestarnos desde el respeto. Ahora bien, tener respeto también implica hacerse respetar. Se han comportado muy mal con nosotros, los catalanes, pero a nosotros nos define ‘el aguante’. Currárnoslo. Aguantar, pase lo que pase.

“Los catalanes se han comportado mal con nosotros, pero tenemos ‘aguante'”

— Para terminar… ¿feedback del disco?

— Me están pasando cosas muy interesantes. Se me abren mucho los medios, e intento que mi mensaje no tenga que pasar tanto por la estética. Creo que hemos olvidado un poco el oficio del artista, todavía tenemos que reivindicarnos demasiado a través de la estética. Yo la cuido mucho, la estética, soy muy detallista en el vestuario o en la disposición de los músicos e intérpretes. Vengo de familia costurera, y el escenario es para mí un lugar sagrado en el que toca defender el imaginario. Sin embargo, el mensaje es lo más importante. Debemos pensar más en el mensaje que en la estética.

— Escenario más que estudio, pues.

— Ay, es que mi fuerza está en el escenario. Soy alma de escenario, los discos creo que no me hacen justicia. El perfeccionismo para el estudio sí, pero la emoción y la vida para el directo. Por alguna razón lo llaman live.

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“Mi fuerza está en el escenario, en el directo”, explica Queralt Lahoz. ©josepxq