Ya no queda ni rastro de la antigua sede de Banco Popular en Barcelona. El edificio ubicado en el Passeig de Gràcia número 17, junto a la Bolsa, fue adquirido hace tres años por la inmobiliaria estadounidense Hines, que pagó 90 millones de euros al banco, hoy integrado en Santander. Se trata de un inmueble de siete plantas y 4.000 metros cuadrados que se construyó en los años 60 del pasado siglo y que albergaba la oficina principal de Popular en la ciudad y la dirección territorial de Catalunya.
Hines ha sometido el edificio a una profunda rehabilitación y lo ha alquilado a dos marcas. El gigante estadounidense del coworking We Work ocupará todas las plantas superiores para ofrecer espacios flexibles de trabajo a empresas interesadas en ubicarse en pleno centro de la ciudad. En paralelo, Nike ganó la puja para quedarse con el local comercial, que dispone de cerca de 2.000 metros cuadrados, ya que Hines apostó por construir una macrotienda en lugar de trocear el espacio en diversos establecimientos. La marca de ropa y calzado deportivo logró hacerse con el alquiler tras imponerse a Victoria’s Secret, firma que también estaba interesada en implantarse en el Passeig de Gràcia.
La nueva flagship de Nike cuenta con tres plantas y está operada por el grupo italiano Percassi, dueño de la cadena Kiko Milano y que explota también las tiendas de Lego, entre otras marcas comerciales. Nike ya contaba hasta ahora con un establecimiento en la arteria comercial barcelonesa situado solo unos metros más arriba, en un local entre Diputació y Consell de Cent, que ahora ha cerrado y se encuentra disponible.
Según Nike, la macrotienda ha sido diseñada exclusivamente para Barcelona y se divide en cuatro grandes áreas (conectar, aprender, crear y mejorar) para realizar un guiño a los cuatro pétalos de la Flor de Barcelona, es decir, a las icónicas baldosas de las aceras de la ciudad. “La tienda quiere ser una intersección entre el deporte y el mundo digital”, señala Nike, que también ha puesto el énfasis en la sostenibilidad.
Concretamente, la apertura quiere contribuir al programa Move to Zero, diseñado por Nike para lograr ser una empresa neutra en términos de emisiones y residuos. Así, el suelo de la tienda se ha construido con 80.000 kilos de material reciclado equivalente a 188.000 balones de fútbol. Los expositores también se han hecho con piezas recicladas y en la propia tienda hay unos contenedores para incentivar el reciclaje de zapatillas.
En plena pandemia y en un momento en el que se multiplican los cierres, Nike se suma a las recientes aperturas de Moncler, Balenciaga, Week Day, Nylstar, Golden Goose y Messika, también en Passeig de Gràcia. Otras marcas han anunciado ya su intención de abrir también un local en el paseo, como Sephora y Tiffany’s.