La startup barcelonesa Methinks acaba de recibir la aprobación europea para comercializar su software que utiliza la inteligencia artificial (IA) en la detección de cualquier tipo de ictus con tan solo un TAC simple, convirtiéndose en la primera compañía que consigue llevar al mercado comunitario su tecnología. Con sede en el Pier 01, la digital health se prepara ahora para dar el salto a Estados Unidos con la aprobación para su comercialización por parte de la FDA y encarar el crecimiento con una ronda de serie A.
Methinks recurre a la IA para ver si un paciente ha sufrido un ictus, una enfermedad que afecta aproximadamente a 17 millones de personas en todo el mundo. El sistema de diagnóstico de la startup sirve independientemente de si se trata de un derrame cerebral —se rompe una arteria y se produce una hemorragia— o un infarto cerebral —un trombo impide el flujo sanguíneo—, el más grave y hasta ahora solo detectable con un TAC con contraste para el que no todos los hospitales están capacitados, especialmente los más pequeños. El software que ha creado la empresa emergente ha sido desarrollado entrenándolo con miles de imágenes de TAC simples y con contraste, haciendo que aprenda a leer cuándo hay un trombo. Además, permite identificarlo ya sea un trombo denso, el más común, o hiperdenso.
Una vez analizado si hay un trombo, el programa envía una notificación a los profesionales médicos para que deriven a los pacientes a los hospitales de referencia que están dotados de herramientas necesarias para extraerlo. El TAC simple permite ganar tiempo en el diagnóstico, esencial para acotar las secuelas que provoca esta enfermedad, así como un traslado más rápido a los centros que disponen de los equipos preparados para parar el golpe. “Con nuestra tecnología, cualquier hospital del mundo podrá transferir los pacientes a centros más grandes para que los traten si hay sospecha de ictus”, explica Pau Rodriguez, consejero delegado de Methinks, “democratizamos el proceso, pero lo hacemos sin sustituir al radiólogo, ya que lo complementamos alertándolo”.
Hasta el momento, la tecnología de Methinks se ha probado en diferentes hospitales catalanes para verificar su viabilidad, constatando su funcionamiento en casi 4.000 casos. Aunque con la aprobación europea los centros podrán pasar a usarlo de manera más general, la prioridad ahora se centra en consolidar la evidencia clínica a la espera de recibir la luz verde para poder comercializarlo también en Estados Unidos. La empresa prevé pedir la aprobación de la FDA de cara a verano y captar financiación para ejecutar su expansión a principios del año que viene, con el objetivo de empezar a facturar y crecer con entre 10 y 20 empleados. Actualmente, la plantilla se sitúa en los 12 trabajadores.
La compañía ya ha levantado 7,5 millones de euros, respaldada tanto por business angels nacionales e internacionales como por 300 pequeños inversores que participaron en una ronda en Capital Cell. También ha recibido una beca EIC Accelerator, dotada con 2,5 millones de euros y hasta 15 millones de euros de coinversión en la próxima ronda de serie A.
Methinks forma parte del portfolio de Nina Capital. De hecho, Rodríguez colaboraba con el fondo de inversión con sede en Barcelona cuando conoció a su fundador, Cristian Marti, emprendedor que hace años había creado Coordina, compañía especializada en la gestión de flotas y que fue comprada por Tomtom. Hace seis años, Marti quiso entrar en el sector de la IA aplicada a la salud y así nació Methinks. Cuando Marti y Rodríguez se encontraron, pasaron a repartirse las tareas, con el primero centrado en la pata más científica y el segundo en la empresarial.
La compañía está centrada en los ictus, no solo con el software que acaba de ser validado y resulta innovador para las embolias, sino también con otro programa que permite detectarlas siguiendo el método tradicional —TAC con contraste—. Además, aplica la IA para diagnosticar las hemorragias cerebrales. Los tres ya están validados por la Comisión Europea. En un futuro, se plantea incidir en otras enfermedades graves.