Pide un zumo de naranja. “Soy abstemia, con los problemas que entraña con amigos y colegas el hecho de no beber alcohol”, explica con una sonrisa amplia y una mirada azul que está medio aquí y medio en algún otro sitio, y remata su confesión: “tampoco soy fumadora, otro de mis defectos insoportables”.
Historietista e ilustradora de reconocido prestigio internacional, cuesta imaginarse a Laura Pérez Vernetti con tiempo para otra cosa que no sea dibujar, ilustrar, desafiar constantemente los límites de lo gráfico atreviéndose siempre a dar ese ulterior paso que lleva al cómic hacia otros registros, otras posibilidades, sin perder no obstante su esencia.
“Comencé a publicar cómics a los veintiún años en la revista Moda1, y aterricé en El Víbora a los veintitrés —sorbe su bebida—, publiqué en la mejor época de esta revista, en los 80”.
Algunos críticos consideran a esta barcelonesa como una de las mejores autoras españolas de cómic erótico, pero su aportación va mucho más allá: “En mi carrera he tratado todo tipo de temas: la mitología, el erotismo, la literatura en el cómic, el cómic experimental y, en los últimos años, la poesía gráfica, vertiente en el cómic de la que soy una de las pioneras. Siempre me ha interesado investigar nuevos caminos”.
No en vano, justo acaba de publicar el cómic de poesía gráfica La cólera de Baudelaire (Luces de Gálibo), “sobre este poeta francés, fundador de la poesía moderna, con un primer capítulo abordando su biografía y un segundo de poemas de su libro Las flores del mal. ¡Además, sin darme cuenta, resulta que este 2021 es el aniversario de su nacimiento!”.
— Y después, ¿qué vendrá?
— En septiembre entra en imprenta Arrabal, también para la editorial Luces de Gálibo del poeta Ferran Fernández, con diez de los mejores poemas de Fernando Arrabal, un creador importante que ha participado de movimientos artísticos relevantes como el Surrealismo, el Grupo Pánico, el Teatro del Absurdo o la Patafísica.
En hablar de este proyecto, la pupila se le dilata a la artista de pura ilusión: “Arrabal siempre ha sido un creador, un espíritu libre, que dice lo que piensa caiga quien caiga, como Baudelaire, y me interesaba particularmente dibujar su poesía en la que aparece gran parte de los temas que trata también en otras disciplinas artísticas. Varios de mis amigos poetas me aconsejaron su obra poética y me lo pasé pipa colaborando con él y dibujándole durante un año”.
Sobrevivir a la travesía del desierto
Laura pilló momentos hermosos, pero también momentos muy complicados para la práctica del cómic en España.
“Los 90 fueron muy duros para los historietistas en este país, porque cerraron casi todas las revistas de cómic y desaparecieron diversas editoriales. Pero atravesé el desierto, perseveré, y con la recuperación del sector en el 2000 aparecieron editores, sobre todo Edicions de Ponent que me publicaron álbumes, incluso cómics que había dibujado en soledad en la década pretérita. Desde hace diez años me publica con entusiasmo Ferran Fernández cómics de poesía gráfica dedicados a Pessoa, Rilke, Maiakovski o Baudelaire”.
De su producción poética, la artista no quiere dejar de recordar “un volumen que publiqué en Reino de Cordelia titulado Viñetas de plata, con poemas de Luis Alberto de Cuenca y otro editado por el Centro Cultural Generación del 27, Ocho poemas, novela gráfica, con obras de poetas contemporáneos como Jesús Aguado, Miriam Reyes, Luis Alberto de Cuenca, José Ángel Cilleruelo, Isabel Bono, Julia Otxoa, Menchu Gutiérrez y José Luis Piquero”.
Todo este trabajo ha sido premiado en distintas ocasiones, aunque Laura habla con especial orgullo del Gran Premio a una Trayectoria que le otorgaba, en 2018, el Salón Internacional del Cómic de Barcelona, “resaltando mi apuesta durante cuarenta años por la investigación en nuevas formas narrativas en la historieta. Ya sabes lo difícil que es, para cualquier autor de cualquier arte, dedicarse a la investigación, sin proyectos altamente comerciales, siguiendo un discurso propio y caminando al margen de modas y gurús intelectuales”.
Es muy difícil dedicarse a la investigación, sin proyectos altamente comerciales, siguiendo un discurso propio y caminando al margen de modas y gurús intelectuales
Una ciudad para narrar
Francamente asqueada por “las horrorosas y monstruosas esculturas que han hecho para continuar la construcción de la Sagrada Familia”, y partidaria de que hubieran dejado solo la obra de Gaudí, aunque estuviera inacabada, Laura se siente muy identificada con Barcelona.
“A nivel personal y creativo tengo una sensibilidad muy mediterránea, muy portuaria y hedonista. Me gusta mucho ser bilingüe y dominar catalán y castellano sin problemas, y me encanta que esta ciudad trate con naturalidad, con alegría y comprensión, temas peliagudos actualmente en las artes, o en otros lugares, como el erotismo”.
Y luego, incapaz de contener el manantial de proyectos que se agita, como la llama de un fuego fatuo, en su alma, Laura regala otra primicia: “El próximo año comenzaré una novela gráfica con el escritor Javier Pérez Andújar ambientada en Barcelona, y me encanta cómo este describe, de forma nueva y muy original, la vida, los habitantes, los bares y la ciudad”.
Me encanta que Barcelona trate con naturalidad, alegría y comprensión, temas peliagudos en las artes, como el erotismo
Y se queda, entonces, mirando algún punto impreciso, el vaso con un último sorbo de zumo en la mano, la sonrisa dibujándose, la cabeza imaginando, paladeando el nuevo proyecto por llegar.