Yoko Art Gallery
Pequeño callejón en el que se encuentra la Yoko Art Gallery.

Un taller se transforma en una galería de arte

La Yoko Art Gallery quiere dinamizar la vida cultural de la ciudad, apostando por arte "fresco y honesto", sin descartar nada

En un pequeño pasaje de la calle Villarroel, entre Mallorca y València, acaba de estrenarse una galería de arte contemporáneo, la Yoko Art Gallery. Comandada por Xavi Sellés, esta nueva apuesta artística nace con las ideas claras. “Creemos que el arte puede transformar la realidad o por lo menos explicarla. Por ello, aparte de promocionar obras y artistas, queremos ser parte del motor cultural de la ciudad”, defiende en su carta de presentación.

Yoko Art Gallery
Primera exposición en la Yoko Art Gallery, con el barcelonés Felipe Almendros.

No es la primera vez que este espacio medio escondido en la Esquerra de l’Eixample dinamiza la vida cultural de Barcelona. Hace tiempo que Sellés lo habita. Durante los últimos cuatro años, este local de 100 metros cuadrados acogió Parking Art, un lugar donde se enseñaba a pintar, con formación y talleres, pero también se organizaban actividades extraescolares para los más pequeños. El cambio de rumbo se produjo durante la pandemia y Sellés, simplemente, razona que le apetecía impulsar una galería. “Pensé: ahora es el momento”, señala, sin hacer caso a las predicciones fatalistas de la nueva crisis.

Después de una inversión de 16.000 euros, Sellés, autodidacta y “amante del arte”, ha puesto en marcha la Yoko Art Gallery, donde “se podrá ver de todo”. “No nos situamos en ninguna disciplina o estilo concreto, en ningún territorio específico, en ningún rango de edad… Pero, ojo, tampoco nos gusta todo, somos exigentes y nos gusta lo auténtico”, expone la carta de presentación. Sellés lo define como un criterio “honesto y fresco”. “No estamos cerrados a nada, pero no vale todo”, remarca. El primer artista expuesto ha sido el barcelonés Felipe Almendros (1976), realista y underground.

Yoko Art Gallery
El interior de la Yoko Art Gallery.

Más allá de su criterio, la Yoko Art Gallery quiere ser diferente al resto de galerías, siempre pintadas de blanco y sobrias. El local se ha reformado rescatando sus paredes originales y respetando la característica bóveda catalana, manteniendo así su aire industrial. Y es que este espacio había sido un antiguo almacén de pescado, aislado del ruido de la ciudad en un pasaje que cuesta ver si se pasa por delante.