Mucho ha cambiado desde que el barcelonés de a pie se acercaba a una tienda de telas para comprarla a metros para revestir sus paredes, muebles y accesorios, cuando Gancedo abrió en Rambla Catalunya hace cerca de 80 años. Esa cotidianidad ha pasado a ser anecdótica, y ha dado paso a la labor de profesionales del interiorismo y la decoración, en un mercado que se ha abierto a establecimientos que van de hoteles y restaurantes a sedes de empresas e instituciones.
Ante las nuevas tendencias y dinámicas del sector, la histórica compañía familiar barcelonesa de telas de calidad ha redirigido su estrategia y ha renovado su concepto en la capital catalana. Empezó con el cierre del local en otoño, y lo ha culminado con la apertura de un nuevo showroom diseñado a medida en el número 115 de la calle Pau Claris. Así, bajar las persianas del casi centenario local “no fue un cierre, sino un cambio y una modernización”, reivindica Beatriz Gancedo, tercera generación en una empresa familiar con vocación internacional que fabrica todo sus sofisticados productos desde Valencia.
La ubicación del local de Rambla Catalunya y la afluencia de visitantes atraídos por su antigüedad y autenticidad dificultaban prestar un servicio adecuado e individualizado precisamente a los profesionales del sector, explica conversando con The New Barcelona Post. Así, dejaron atrás el local en el que el abuelo de la actual generación de Gancedo abrió la primera tienda de la empresa en 1945.
La firma acumula proyectos que han vestido lugares tan variados y relevantes como el Congreso, el Palacio de la Zarzuela y aviones de Iberia, además de decenas de hoteles y restaurantes
Su expansión empezó cinco años después, cuando Pepe Gancedo, hijo del fundador y padre de los actuales dirigentes de la empresa, abrió en la renombrada calle Recoletos de Madrid. Esa apertura fue la primera de una red que cuenta con cuatro establecimientos en España y dos en México, a los que se suman distribuidores sobre todo en Latinoamérica, pero también en Europa, Estados Unidos, India, Japón, China, Dubai y Nueva Zelanda, entre otras ubicaciones.
El showroom de Barcelona se autoexcluye de la lista de comercios de venta al público: “Esto no es una tienda”, ha proclamado el nuevo CEO de la empresa, Julián Lázaro, que se estrenó en el cargo hace tres meses. En la presentación del nuevo espacio, ha remarcado que se trata de un local enfocado al profesional. “Renovamos mucho más que un espacio”, y es que la marca no se ha limitado a trasladar su establecimiento, sino que el cambio de local y concepto refleja un cambio de visión, en un cambio de era.
El modelo por el que se rige el showroom, que atenderá con cita previa, sigue el ya vigente en el sector en otros mercados, como el francés y el británico. En el retrovisor, la marca acumula proyectos que han vestido lugares tan variados y relevantes como el Congreso, el Palacio de la Zarzuela y aviones de Iberia, además de decenas de hoteles y restaurantes. Para el futuro, se concentra en mantener esta línea y potenciar la internacionalización.
Con el cambio del local, se han trasladado el 80% de las referencias vigentes con las que cuenta la marca, que en total dispone de más de 10.000
En el marco de esta transformación, la icónica tienda de Rambla Catalunya ha quedado sustituida por un espacio que aspira a proporcionar una experiencia sensorial que inspire y propulse la creatividad de los profesionales. El antiguo mobiliario de madera y las características estanterías diseñadas por el arquitecto Curro Inza, que se mantendrán en el local por parte del nuevo inquilino, han dado paso a un espacio ligero y luminoso con muebles multifuncionales, ubicado en lo que fue un estudio de arquitectura y un garaje. El equipo de arquitectos Acto, que ha diseñado el proyecto, ha dado liviandad y dinamismo a un producto tupido y pesado como son las telas y alfombras, mediante un sistema de exposición pensado ad hoc e inspirado en el original de Rambla Catalunya. Con el cambio del local, se han trasladado el 80% de las referencias vigentes con las que cuenta la marca, que en total dispone de más de 10.000.
No es casual que los arquitectos conocieran a fondo las necesidades de la empresa. El equipo está formado por Maria Figueras, Cristina Marcos y Alejandro Sanjuan, y este último forma parte de la cuarta generación de la empresa familiar. Ahora la gestionan cinco de los seis hermanos de la tercera, y miembros de la cuarta han participado puntualmente en determinados aspectos y proyectos de la compañía. En este sentido, la continuidad familiar está garantizada, como comenta Beatriz Gancedo.
La apertura del nuevo showroom tras el cierre de la tienda de Rambla Catalunya ha culminado un 2023 en el que Gancedo incrementó su facturación en un 20%, según la empresa, que descarta revelar el total facturado. De cara a 2024, se centrará en la internacionalización priorizando Estados Unidos y el Caribe, según Gancedo. Lo hará teniendo en cuenta que el 20% de su negocio parte de las exportaciones, mientras que el 25% corresponde a clientes y profesionales del interiorismo y la decoración, y el 15% proviene de ventas on-line.
El mayoritario peso del 40% restante recae en proyectos para organismos, instituciones y establecimientos como restaurantes y hoteles. Precisamente Gancedo ha trabajado en los últimos meses en hoteles no sólo de Barcelona, sino también a nivel internacional, en ciudades como Venecia, Florencia y Ámsterdam. La empresa familiar lo hace desde su afán por colaborar con artistas, creadores y diseñadores influyentes, algo que empezó en la década de los 70 aliándose con artistas como Aurèlia Muñoz, Modesto Cuixart y Gustavo Torner. Así, la tercera generación de Gancedo transforma la empresa manteniendo la esencia y ADN que la crearon, en la misma ciudad desde la que ahora renace su concepto y visión.
