Raíces, talento, oficio y fair play. “No todos los negocios van siempre bien, pero hay que tener mirada larga y jugar limpio tanto en la vida como en la empresa”, aseguraba el fundador y director general del Grup Bon Preu, Joan Font, en un coloquio organizado por Comertia en las instalaciones de Ocine en las Gavarres (Tarragona). “Los empresarios nos explicamos poco, tenemos que hablar más de valores y de modelo. Alguien tendría que hacer el discurso de los derechos y de los deberes y tenemos que identificar también en qué podemos ser mejores y diferentes de la competencia”, añadía en una nueva lluvia de reflexiones compartidas para pensar sobre el arte de hacer empresa y trabajar con derechos pero también con deberes.

Pero vayamos, como siempre, partido a partido intentando poner foco y mirada larga en la Catalunya más económica. Hace 35 años que la Fórmula 1 saca humo, acelera, gira y hace adelantos para recordar en el Circuito de Barcelona-Catalunya. Al histórico contrato de Liberty con Montmeló le queda —de momento— solo una curva hasta 2026, mientras que desde Madrid ya se frotan las manos por la década de automovilismo dorado que a priori tienen por delante. Los expertos de la automoción dicen que la edición de este año en España ha sido un éxito por la modernización de las instalaciones, por la seguridad o por la gran afluencia de público, a la vez que el presidente de Fira Circuit, Pau Relat, ya ha avanzado que la F1 en Montmeló llevará un nuevo nombre distintivo al Grand Prix de España. Todo apunta, mediterráneamente, a Barcelona o Catalunya.
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha viajado a finales de este mes de mayo a Japón y Corea del Sur para “regar” las relaciones económicas e institucionales y “sembrar” buenas cosechas inversoras. Una misión empresarial organizada con la Cámara de Comercio de Barcelona y de España, que ha contado con NTT Data, Desigual, Grífols, BonÀrea, Ficosa o Werfen y que ha pasado por el Nikkei, el Kobe Biomedical Innovation Cluster, el Riken Center for Computational Science o la Manufacturing R&D Accelerator de Apple, entre otros. No ha faltado el arte de Joan Miró o la gastronomía de la Ruscalleda y los hermanos Roca. Quién sabe si de todo ello se derivará una conexión aeroportuaria directa de altos vuelos entre Barcelona y Tokyo. En este tipo de decisiones nos jugamos el sentido de la internacionalización, potenciales inversiones y la proyección de Catalunya en el mundo.
Spoiler: China será el próximo destino internacional de la Generalitat en misión empresarial e institucional.
Por cierto, el profesor de Harvard Michael E. Portero visitó Japón años atrás a petición del expresidente norteamericano Ronald Reagan para explorar sus políticas de clústeres. Así lo recordaba el director de la Unidad de Clústeres de Acció, Joan Martí Estévez, durante la celebración del acto final del eje sobre la musculatura del sistema empresarial catalán del IV Congreso de Economía y Empresa de Catalunya. Según Harvard, la política de clústeres de Catalunya es una referencia internacional por su evolución continua y su carácter pionero. Actualmente, la política de clústeres de la Generalitat desplegada por Acció tiene una participación activa de 3.000 empresas que generan una facturación agregada de 90.000 millones de euros. El profesor Porter asegura que la competitividad de un país no es una cuestión de herencia, sino de creación e innovación a través de la política de clústeres, es decir, la concentración de ventajas competitivas. Y definitivamente, no hay estrategia sin fijar prioridades y asumir renuncias.

Sin noticias de última hora sobre la OPA del BBVA al Banco Sabadell. Tal como era previsible y después de la famosa consulta pública, la pelota ya se encuentra en la mesa del Consejo de Ministros, que tiene aproximadamente un mes para decidir qué hace o qué deja de hacer para el buen funcionamiento del interés general más allá de competencia. El veredicto ministerial llegará después de San Juan, y a buen seguro que será una traca que hará ruido aquí y en Bruselas, que ya ha entonado su particular “laissez faire, laissez passer”. La última nota de opinión del Círculo de Economía dice no al desequilibrio territorial y a la concentración de poder en Madrid, a la vez que reivindica que, en caso de seguir adelante, habría que imponer “el mantenimiento de Banco Sabadell como una entidad con personalidad jurídica propia con forma de SA cotizada, con una gobernanza basada en órganos de supervisión y dirección independiente de cualquier otra entidad bancaria, una efectiva sede de dirección en Catalunya, una estrategia propia aprobada y desarrollada por el consejo de Administración y una estructura organizativa autónoma”. Resumiendo: se quiere garantizar que el Banco Sabadell siga siendo catalán e independiente en la medida de lo posible.
En clave de mercado inmobiliario, el empresario Amancio Ortega (Inditex) ha comprado la sede barcelonesa de Planeta al fondo Blackstone por una cantidad próxima a los 250 millones de euros. La antigua sede de Banca Catalana o el BBVA es ahora propiedad del family office Pontegadea Inversiones. También merece la pena destacar la compra y la rehabilitación del histórico Cine Comedia de Barcelona a manos del fondo hispano-suizo Stoneweg por un valor superior a los 100 millones de euros. Dicho de otro modo, el antiguo Palacio Marcet pasará a ser el nuevo Museo Thyssen.
En cuanto a la mirada larga de Catalunya, podríamos hablar de raíces, gente de oficio o talento, del arte de trabajar y hacer empresa, de la automoción, de las misiones empresariales y la internacionalización, de estrategia, ventajas competitivas y política de clústeres, de poder bancario y financiación o de mercado inmobiliario. No podría faltar tampoco el ingrediente secreto del bienestar y la felicidad.
Dicen que Copenhague es la ciudad más feliz del mundo, según un ranking elaborado por el Instituto de Calidad de Vida de Londres. Incluso, tienen un concepto propio que se llama hygge para hacer referencia a una actitud positiva, a la proximidad o al bienestar en su sentido más amplio.

No escuché nunca a un estoico como Pepe Mujica hablante de hygge, pero seguramente fue una de las personas que mejor entendió y predicó que la felicidad nace de lo más simple: “Me dicen que soy el presidente más pobre, pero yo no me siento pobre. Pobre es aquel que trabaja para mantener un estilo de vida caro y quiere más y más. Es una cuestión de libertad. Si no tienes muchas posesiones, no tienes que trabajar toda una vida como un esclavo para mantenerlas, y entonces tienes más tiempo para ti mismo”. Tiempo.
El expresidente de Uruguay era sobrio a ojos de quienes lo conocían, solo gastaba en sueños y le gustaba ir siempre ligero de equipaje para ganar libertad. Una libertad por la que Mujica luchó de forma incansable en vida y con el tiempo suficiente para dar un sentido auténtico a su existencia. Así lo aconsejó: “Dadle un sentido, un contenido a vuestra existencia, porque si no lo hacéis conscientemente, el sentido acabará siendo la cuota que tendréis que pagar cada final de mes por el nuevo trasto que tenéis que comprar, y así sucesivamente hasta el final de vuestros días, hasta que un día los huesos ya no se levanten y no quede ni el recuerdo ni el aliento de vosotros.” Esto del sentido valga también para Catalunya.
El aliento de Pepe Mujica se ha apagado, pero se va como buen maestro con la lección bien aprendida: “Triunfar en vida no es ganar, es levantarse y volver a empezar cada vez que se cae”.