Todo empezó cuando un grupo de aficionados a la música organizó un conjunto de baile para amenizar la fiesta mayor de 1915 de Amposta. Más de un siglo después, esta propuesta de aficionados se ha transformado en la Lira Ampostina, banda y escuela de música que forma a centenares de alumnos cada año, muchos de los cuales emprenden una carrera musical profesional que incluso traspasa fronteras.
Y es que ese grupo de aficionados que en 1915 se lanzó a actuar en las fiestas ampostinas siguió haciéndolo de forma puntual, hasta que su director empezó a impartir clases de solfeo. Esa fue la semilla de lo que acabaría siendo la escuela de música actual, puesta en marcha para formar a alumnos para la banda, como explica el presidente de la Societat Musical la Lira Ampostina, Francesc Solà.
Pese a que fortalecer la banda es su principal objetivo, el nivel y la calidad de la formación de su escuela de grado medio han llevado a muchos alumnos a dedicarse de forma profesional a la música, y a hacer carrera más allá de Amposta, e incluso más allá de Catalunya. “Tenemos músicos por toda Europa”, destaca Solà. Para potenciar la escuela, la entidad ha contado con el apoyo del Institut Català de Finances (ICF). Lo ha hecho con 100.000 euros enmarcados en el acuerdo entre el ICF y el Fondo Europeo de Inversiones (FEI), que ha otorgado una garantía de cartera limitada a la banca pública catalana para movilizar 64 millones de euros para apoyar a empresas sociales y entidades del sector cultural y creativo en Catalunya.
Con la financiación facilitada por el ICF, la entidad aspira a consolidar su proyecto y a seguir creciendo y acompañando a más alumnos de la escuela de música, que cuenta con 26 profesores especializados y se ubica en un centro que dispone de un gran teatro de 520 plazas, un auditorio de cámara para 120 personas y una sala polivalente, entre otras instalaciones.
La actividad de la escuela complementa la originaria de la Lira: su banda de música, que cuenta con más de 120 músicos censados, “aunque casi nunca coincidimos todos”. Y es que varios están repartidos por Europa y también por las principales instituciones musicales catalanas, como el Liceu y la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC). Solà destaca la importancia de las integrantes femeninas en la banda, a la que pudieron acceder a partir de 1964; ahora, representan más de la mitad de sus miembros.
De los Juegos Olímpicos a la Creu de Sant Jordi
La centenaria actividad de la Lira Ampostina, interrumpida por la Guerra Civil hasta 1942, despegó especialmente con su director Octavi Ruiz, que asumió su dirección entre 1982 y 2020, y que da nombre al auditorio de la entidad. Durante esta etapa, la Lira participó en sus primeros intercambios culturales con otras bandas de Europa, se estrenó en espacios como el Festival Grec en 1989 y participó en la grabación de piezas que se interpretarían en la inauguración de los Juegos Olímpicos. De hecho, la Lira Ampostina encabezó el desfile de bandas durante la ceremonia.
Estos logros y su trayectoria, que incluye múltiples conciertos en el Palau de la Música, le valieron en 1995 la Creu de Sant Jordi de la Generalitat, convirtiéndola en la primera banda de música reconocida con esta distinción. Desde entonces, la entidad ha puesto en marcha iniciativas como Amposta de Banda a Banda, para llevar a la ciudad bandas de primera división del panorama musical, actuó en el Fòrum de les Cultures, y ha colaborado con músicos como Joan Manuel Serrat.
Ahora, la Lira continúa su labor con la mirada puesta en el empuje de su escuela y en próximas citas y proyectos de la banda. Y lo hace con las buenas perspectivas que siempre llegan con el verano, cuando los profesionales que tiene repartidos por el resto de Catalunya y Europa suelen regresar a Amposta. Entonces, los músicos vuelven a sumarse a la banda, que protagoniza conciertos con la Lira luciendo en pleno y en su máximo esplendor.