Cecilia Ricciarelli a Le Nuvole, en Gràcia.
Cecilia Ricciarelli en la librería Le Nuvole.
CARAS DESCONOCIDAS

La librera romana

En medio de novedades y clásicos de escritoras y escritores de su país, Cecilia Ricciarelli ha ido tejiendo una comunidad lectora en lengua italiana. Lo ha hecho desde su librería Le Nuvole, en esta Gràcia hecha de comercios así, con personalidad propia

Entre las más de cuarenta lenguas a las que ha sido traducida La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón, está el italiano. L’ombra del vento ha llevado miles de lectores en lengua italiana a adentrarse en la Barcelona de la primera mitad del siglo XX.
Son este tipo de viajes los que propicia la lectura de un libro. Viajes de un país a otro y de una época a otra. Las palabras son la gasolina, el motor y el transporte de escapadas sin límites, porque trazan caminos desde la imaginación de quien crea novelas, poesía, ensayos o cualquier otro dominio literario. Por eso, cuando entramos en una librería somos, sobre todo, aspirantes a transitar hacia cualquier destino imaginable, real o ficticio, lejos o próximo.

En el número 11 de la calle de Sant Lluís, un silloncito y una jardinera con flores sobre una silla de esparto, frente al escaparate de una librería, nos anuncian que hemos llegado a un establecimiento especial. Dentro, lo constatamos. Miremos donde miremos, libros. Estamos en la librería Le Nuvole, la única librería de Barcelona especializada en literatura italiana que, además, compagina la venta de libros con la organización de presentaciones de las obras con los autores, presencial o virtualmente. Pero también se cuecen allí interesantes charlas de temáticas diversas y muy actuales. Este viernes, por ejemplo, tendrá lugar una charla con Fabrizio Acanfora, músico, escritor y activista italiano.

Desde que fue diagnosticado con un trastorno autista, ya en la edad adulta, Acanfora se ha dedicado a promover una visión crítica de la concepción dominante en nuestra sociedad sobre la discapacidad. Preside la asociación Neuropeculiar, que propone un nuevo paradigma social y cultural que valore la neurodivergencia, no para concederle inclusión, sino para poner el foco en la convivencia de las diferencias, y ha coordinado durante unos años el máster de Musicoterapia de la Universitat de Barcelona, donde imparte clases sobre el Trastorno del Espectro Autista. Por su ensayo autobiográfico sobre el autismo, Eccentrico, recibió el premio Nacional de Divulgación Científica Giancarlo Dosis, que otorga la Asociación Italiana del Libro.

¿Cuál es el rol de la protesta y la resistencia en un mundo dominado por un sistema que parece no dejar alternativa a la sumisión? Esta cuestión es uno de los puntos de partida del último libro de Acanfora, Rompere il gioco. El attivismo nel ventunesimo secolo, que se presentará en la librería. Porque, aparte de hacernos viajar, los libros son pequeñas escuelas donde el descubrimiento conduce al aprendizaje, a la sensibilización y a la toma de conciencia. Y las presentaciones de libros lo demuestran, porque abren debates que, a medida que se enriquecen, se abren más.

Clases, conversación y charlas en italiano

En la librería Le Nuvole, todo esto pasa muy a menudo, y siempre en italiano. Y el alma que hace posible que tanta cultura italiana coexista con varios formatos es Cecilia Ricciarelli. Es natural de Roma, donde se licenció en Literatura, antes de vivir en diferentes ciudades, como París. En la Universidad de la Sorbona, se doctoró en cine.

En la trastienda de su librería en Gràcia, un acogedor espacio que podría ser parte de cualquier hogar, ella misma imparte clases de italiano. Precisamente, fue la enseñanza del italiano en el Istituto Italiano di Cultura, de cuando esta romana licenciada en literatura se estableció en Barcelona, que la llevó a darse cuenta de que no era fácil en esta ciudad encontrar literatura en lengua italiana.

Librería La Nuvole de Gràcia.
Espacios de la librería, repleta de libros y rincones.

Una amiga la animó a que fuera ella quien abriera una librería italiana. Y lo hizo. Fue en 2011, cuando hacía ya tres años que vivía y trabajaba aquí. Con la perspectiva del tiempo, hoy se da cuenta del valor que tuvo emprendiendo a solas este negocio. Pero su propuesta cultural, su librería, que es un gran puente de conexión con Italia, no solo ha resistido, sino que ha echado raíces, siendo hoy un punto de referencia, sea para los italianos residentes en Barcelona, que son muchísimos, como para todos los otros que están de paso, que todavía son más, y para los catalanes y españoles que aprecian y sienten interés por la cultura italiana.

“Con orgullo formo parte de los libreros de Barcelona”, expresa Cecilia, que es la presidenta de los Llibreters de Gràcia. Unas treinta tiendas de libros hacen piña con esta mujer de letras al frente. Cecilia destaca algunos de estos comercios: “Tenemos la librería japonesa Haiku, la inglesa, Hibernian Books, La Memoria, de libros de historia, y Casa Anita, especializada en libro infantil”. Es decir, en poca distancia, las temáticas concretas se muestran en estos oasis de cultura como si fueran, cada uno de ellos, el estante de una gran librería en el barrio de Gracia. “Todas somos pequeñas librerías, independientes, que organizamos actividades conjuntamente, como la Diada de Sant Jordi”, explica.

Librería La Nuvole de Gràcia de Barcelona.
Entrar en Le Nuvole es adentrarse en un mundo de libros.

Los libros que venden estas librerías invitan a transitar entre culturas, y este es otro orgullo que puede sentir la propietaria de Le Nuvole, como conexión con Italia. Recuerda que, cuando su amiga le dijo que abriera ella una librería italiana porque no había ninguna, lo primero que pensó fue: “No soy experta en literatura catalana, pero lo que yo sí que puedo aportar está vinculado a mi cultura”.

Leer más de cien libros al año

Cecilia es librera, librera. “Me siento mal cuando no sé de qué va un libro que tengo en la tienda”, confiesa. Así es que cada noche dedica unas buenas tres horas a leer. “Para mí, es una manera de descansar, porque, si no, continúo pensando en el trabajo. Leyendo, descargo la mente, es como mi meditación”, explica. Lee más de cien libros cada año.

Leyendo, también va mesurando el nivel de dificultad de la lectura, y así sabe a quién la puede recomendar y a quien no. “Veo lo que puede ser difícil para un catalán”, expone. Así puede ser una verdadera librera, aconsejando lecturas a cada cliente. En su tienda hay, sobre todo, libros en italiano, porque los de autores italianos traducidos al español o al catalán ya se pueden encontrar en cualquier otra librería. “Nuestros clientes quieren leer en la lengua original. Antes de aconsejarles un título, hablamos un poco, para que yo pueda hacerme una idea del nivel que tienen de italiano o de los autores que puedan ser más apropiados, clásicos o contemporáneos”. Hay —dice— muchas personas que, aunque no hablen italiano, pueden leer libros en esta lengua.

Librería de Gràcia Le Nuvole.
Detalles de Le Nuvole, con su bicicleta colgante.

Toda la clientela de Le Nuvole, pasa por debajo de una estupenda bicicleta que cuelga del techo de la librería, en el primer espacio al entrar, y de este medio de transporte, cuelgan libros. Los estantes de color azul dan mucha vida a esta librería en la que pasan tantas cosas. Las actividades que Cecilia organiza las va dando a conocer a través de su cuenta en Facebook, en Instagram y, acabado de estrenar esta semana, en un canal de Whatsaap.

Muy a menudo, Cecilia viaja a Italia. Cada año visita el salón del libro de Turín y la feria del libro infantil de Bolonia. Y, durante todo el año, sigue a un centenar de libreros italianos que, como ella, regentan pequeñas librerías independientes en diferentes ciudades italianas. Los autores italianos a los cuales invita a presentar sus libros a Le Nuvole también proponen lecturas hechas por otros autores.

“Yo estoy fuera del circuito industrial; es una situación más arriesgada, más frágil incluso, pero las librerías independientes tenemos este espacio de libertad”

Cecilia es una embajadora de la literatura italiana en Barcelona y, en Italia, la difusión que ha hecho de nuestra Diada de Sant Jordi ha cuajado bien. Muchos libreros que ella conoce se han apuntado a la tradición de la rosa acompañando a un libro. “Si Halloween nos ha hecho llegar las calabazas, ¿por qué no teníamos que llevar nosotros rosas y libros y exportar la celebración de Sant Jordi?”, dice quién, además de estar delante de la librería, imparte clases de Semiótica en el Instituto Europeo del Diseño, también en Gràcia.

La importancia de confiar

Una de las grandes satisfacciones de Cecilia es cuando los clientes le dicen que acertó recomendándoles un determinado libro. Y explica que “los autores más conocidos por el público no italiano son, sobre todo, clásicos como Italo Calvino, Natalia Ginzburg, Elsa Morante, Alessandro Baricco, Erres De Luca, Melania Mazzucco, Andrea Camilleri, o Antonio Manzini, para citar algunos. Pero “la experiencia me ha enseñado que las personas que vienen a mi librería son gente curiosa que se deja aconsejar, y que alterna novedades editoriales y clásicos de la literatura italiana”. Y esto, “para una librera es un verdadero placer”.

Le Nuvole de Gràcia.
La cuidada entrada a Le Nuvole invita a pasar.

En los circuitos comerciales más habituales, Cecilia sabe que el libro tiene una vida breve, pero en su librería, no hay edades ni caducidades del producto. “Los pensamientos no tienen fecha de caducidad. Yo estoy fuera del circuito industrial, es una situación más arriesgada, más frágil incluso, porque, si me equivoco, el error es todo mío. Pero las librerías independientes tenemos este espacio de libertad”, afirma.

“Oigo explicar que italianos, catalanes y españoles no son grandes lectores, y seguramente es cierto, pero es gracias a ellos que Le Nuvole está abierta todavía. Los catalanes son muy curiosos y les interesa la cultura italiana, y lo mismo pasa con los italianos y la cultura catalana. Yo vendo muchísimo la selección de libros sobre Barcelona, en italiano, de Mercè Rodoreda, Juan Marsé, Manuel Vázquez Montalbán, Alicia Giménez Bartlett, Carlos Ruiz Zafón, Enrique Vila-Matas, Eduardo Medoza… que es otra manera de conocer esta ciudad”, concluye.

Librería La Nuvole de Gràcia.
Ricciarelli en Le Nuvole.