Nicecactus, una de las empresas de juegos electrónicos con más proyección a nivel internacional, ha escogido Barcelona como su base en España. El plan de despliegue cuenta con un equipo de 20 personas y un espacio de más de 1.500 metros cuadrados, que se divide en una zona de producción de aproximadamente 450 metros y un estadio de 400 metros cuadrados ubicado en el Passatge d’Aymà 22, en el barrio de Poblenou.
El estadio de juego puede acoger hasta 100 personas de público y permite retransmitir las competiciones por streaming a través de la plataforma NicecactusTV. La plataforma, además de estar especializada en la organización de torneos, también se dedica al entrenamiento de jugadores y seguimiento de datos para formar profesionalmente a los gamers con mayor prestigio del continente.
Fundada en la ciudad de Niza, la empresa del sur de Francia ha conseguido importantes acuerdos con marcas de gran reconocimiento en el mundo del gaming en los últimos meses como G2 Esports, NBA-Magic Gaming, GamersOrigin o el club de fútbol AS Mónaco. “Buscamos convertirnos en el Netflix de los deportes electrónicos a través de la aplicación NicecactusTV, que adquiere un formato completamente nuevo de información temática sobre el sector”, explica Mike M. Hessabi, CEO y fundador de la empresa. Con el objetivo de convertirse en el nuevo medio de información del sector para los Millennials, los usuarios podrán acceder a un amplio catálogo de programas de noticias innovadores sobre el videojuego internacional, así como a retratos, informes y transmisiones de estudio.
Según recoge el Libro Blanco del Desarrollo de los videojuegos en España de 2019, Catalunya es la comunidad autónoma con más estudios de videojuegos, con una cuota de mercado del 28%, una producción que supone el 53% de la facturación de todo el país (429 millones de euros en 2019) y el 47% del empleo dedicado al gaming. Barcelona, por su parte, concentra el 92% de las 223 empresas relacionadas con los juegos electrónicos censadas en Catalunya. Entre ellas, se identifican algunas de las más importantes del panorama internacional, como Ubisoft, Gameloft, King o Riot Games, y clubes de gran notoriedad como Gbots, S2V y BCN Squad. Además, la capital catalana también es anfitriona de dos de las ferias de videojuegos más importantes: Niceone y Gamelab.
A pesar del crecimiento exponencial que está viviendo el sector en Barcelona, todavía está lejos de adquirir el nivel que tienen algunas ciudades europeas y estadounidenses. “Desde fuera puede parecer que somos uno de los motores más importantes, pero todavía queda mucho recorrido por hacer. Países como los Estados Unidos, Corea del Sur, Dinamarca o Alemania nos llevan años de ventaja”, explica Adrià Gispert, CEO y fundador de Gbots, uno de los clubes más laureados del país en el Counter Strike, el shooter más popular desde hace más de 21 años. “Encontrar financiación todavía sigue siendo muy complicado, y la diferencia de la cuantía de los patrocinios con otros países continúa siendo abismal”, apunta.
La estructura de este tipo de clubes es muy similar a la de los deportivos: están formados por varios integrantes especializados en distintos juegos y modalidades y liderados por un entrenador. Algunos, incluso, cuentan con psicólogos y fisioterapeutas.
Un negocio que no deja de crecer
Con una facturación total que superará los 1.000 millones de euros en España este 2020, y la previsión de llegar a los 1.300 millones en 2022, el sector del gaming ha sido uno de los menos perjudicados por la crisis generada por la pandemia. Ante esta situación, empresas de sectores muy distintos han decidido empezar a invertir en este sector, como es el caso del FC Barcelona, que hace apenas un par de meses anunció el cierre de un acuerdo con Tencent, uno de los pesos pesados del sector de telecomunicaciones de origen chino y propietario de League of Legends, el juego de deportes electrónicos más popular del mundo. De esta importante colaboración se desprende una clara intención de estrechar lazos entre el deporte tradicional y el deporte electrónico, especialmente en lo que se refiere a los intereses comerciales de las dos empresas.
El proyecto más importante en estos momentos es la Liga de Videojuegos Profesional, una compañía especializada en la gestión de los derechos audiovisuales. Adquirida por Mediapro por cinco millones de euros en 2016, se trata del mayor organizador de videojuegos en España tanto de forma principiante como profesional, y se encuentra en plena expansión en países de Centroamérica y Sudamérica. En el campo de la formación, todavía no existen escuelas o academias oficiales, y los pocos centros que hay tienen un coste demasiado elevado para que los jugadores puedan hacerles frente. “Los espacios de formación en estos momentos lo están ocupando los propios clubes, que es donde los jugadores profesionales tienen las mayores posibilidades de progresar”, concluye Gispert.