La Boqueria, el mercado por excelencia de Barcelona y el mejor del mundo.

La Boqueria se reformará para mantener su esencia y dignificar su acceso por Gardunya

El Ayuntamiento invertirá más de diez millones de euros en el mercado más popular de la ciudad con el objetivo de mantener el equilibrio entre la oferta de fresco dirigida al vecino y a las propuestas enfocadas al turista

La Boqueria es el mercado barcelonés más universal, y Barcelona está determinada en que su capacidad de atracción no merme su papel como mercado de barrio. Con este objetivo, el Ayuntamiento ha puesto en marcha la maquinaria para reformar el mercado, con unas obras que arrancarán en 2025 y se alargarán hasta 2027, con un coste de entre diez y doce millones.

El objetivo de la reforma es preservar la doble faceta de la Boqueria: la de mercado de barrio y la de lugar de visita imprescindible para los turistas, dos realidades que pueden parecer contradictorias, pero que se quieren hacer compatibles en el mercado. Para ello, se actualizará el espacio y se repensará su modelo, con el propósito de garantizar el equilibrio entre la venta del producto fresco y el preparado, con el primero más dirigido a los vecinos y, el segundo, a los visitantes.

Para avanzar en esta dirección, el mercado ha decidido no sólo mejorar su distribución interior, sino también su acceso, y no precisamente el archifotografiado de La Rambla. El acceso por la plaza Gardunya, al otro extremo del mercado, se dignificará “para que tenga dos entradas, y no como ocurre ahora, que parece que tenga una entrada y una salida”, como ha destacado la concejal de Comercio, Restauración y Mercados, Raquel Gil.

Y es que, con la configuración actual, la Plaza Gardunya se asemeja a un “trastero de La Rambla”, según el concejal de Ciutat Vella, Albert Batlle. El también teniente de alcalde de Seguridad ha apostado por convertir el entorno en un polo de equipamientos, para lo que ha recordado que será necesario “recuperar para su uso público” espacios que están ocupados. La plaza, en la que ya está previsto realizar intervenciones puntuales que se sumarán a otras mejoras del entorno, ganará con la reforma del mercado “una dignísima puerta de entrada a la Boqueria”.

Reconfigurar este acceso forma parte de una transformación del mercado que se erige como un objetivo estratégico de este mandato para el Ayuntamiento. Para llevarla a cabo, se buscará garantizar el equilibrio dentro de su oferta. Aunque “nunca ha dejado de ser un mercado de producto fresco”, como ha reivindicado Gil, se trabajará para que esta vertiente “coja más peso y músculo” para que el producto preparado no le robe terreno.

“Veremos cómo lo regulamos y cómo garantizamos que el equilibrio entre fresco y preparado se mantiene en el tiempo”, ha agregado la también presidenta del Institut Municipal de Mercats, y así lo comparten los paradistas. El presidente de la Boqueria, Jorge Mas, lo ha corroborado, y ha defendido que “el producto fresco no se puede perder, y esto es lo que hay que garantizar de cara al futuro”, en un mercado que el año pasado recibió más de 23 millones de visitas, y que fue además reconocido como el mejor mercado del mundo.

El mercado actualizará la zona central de pescado y sustituirá su cubiertas de fibrocemento

Para lograr y mantener este equilibrio, el mercado se dotará de un reglamento interno que se está abordando con sus paradistas, con los que se ha alcanzado un “mínimo común denominador”, ha destacado Gil. El objetivo es alcanzar un consenso mayoritario entre los comerciantes, “y con 178 paradistas, hay opiniones de todos los colores a día de hoy”, ha resaltado Jorge Mas, que ha precisado que la decisión se tomará en asamblea de todos los comerciales. Precisamente la Boqueria es el mercado con más paradas de la ciudad, y sus 178 establecimientos la sitúan muy por encima de cualquier otro.

Además de buscar un cambio de modelo del mercado para garantizar la continuidad de la venta de producto fresco mientras convive con el preparado, la reforma también implicará destacables cambios físicos en la Boqueria. Entre estos cambios, despunta por su complejidad y envergadura la sustitución del techo del mercado, que continúa siendo de fibrocemento.

La Boqueria se reformará para preservar su esencia como mercado de barrio. © Ethan López / ACN

Retirar el amianto del mercado más internacional de la ciudad no será sencillo. “Intentaremos que la afectación sea mínima, garantizando siempre la seguridad”, ha destacado la concejal, que ha puntualizado que está pendiente que los técnicos y expertos analicen el estado actual de la cubierta y de sus anclajes para concretar cómo se llevará a cabo su retirada.

“No se puede aplicar aquí lo que ocurre en otros mercados hasta que los profesionales indiquen el procedimiento”, ha añadido Gil, en referencia al Mercat de l’Abaceria de Gràcia, que desde 2018 opera desde una carpa provisional en el Passeig de Sant Joan a la espera de que termine una reforma que ha incluido retirar toda su cubierta de amianto. En el caso de la Boqueria, la intención es que la reforma se desarrolle con las mínimas afectaciones y que, “si tiene que haber cierres, sean parciales”.

La sustitución del techo de la Boqueria no será el único cambio físico que conllevará la reforma: también se estudiará oxigenar algunos pasillos y se transformará la zona central de pescado, para dotarlo de las prestaciones “que debe tener un mercado del siglo XXI en Barcelona”. Así, la previsión es mantener la estructura del óvalo central y del pasillo actual, mejorando las condiciones de los paradistas, de modo que “mejore la experiencia no sólo de compra, sino también de venta”.

La reforma del mercado, que mantendrá las paradas actuales, se conjugará con otra de las grandes transformaciones en marcha en la ciudad: la de La Rambla, que estará lista previsiblemente en 2027, por lo que ambos calendarios avanzarán en paralelo con la voluntad de que finalicen al mismo tiempo las obras de la avenida más universal de la ciudad y las de su mercado más antiguo y emblemático.

La Boqueria es el más internacional de los 43 mercados municipales de Barcelona. © Carola López / ACN