La aviación comercial tiene únicamente dos estaciones anuales. El domingo 29 empezó la de invierno y este mismo lunes 30, Barcelona estrena una nueva ruta intercontinental: Kuwait City. La aerolínea estatal de Kuwait, país del golfo arábigo, ha apostado por el Aeropuerto de Barcelona dentro de un plan de expansión que en Europa incluye desde este invierno las capitales de Alemania y Catalunya.
Con el aterrizaje del vuelo KU135, Kuwait Airways arranca operaciones de manera regular en El Prat. Su llegada la convierte en la cuarta aerolínea de la región en volar a este aeropuerto tras Emirates, Qatar Airways y Etihad. Con sus vuelos, estas compañías permiten conectar a través de sus hubs en Dubai, Doha y Abu Dhabi, no tan solo con sus propios países, sino con un buen número de destinos en Asia, Oceanía e incluso África. La intención de la compañía que se estrena hoy en la capital catalana es similar.
Con el enlace de Barcelona al aeropuerto internacional de Kuwait, esta aerolínea no solo quiere unir las dos ciudades, algo que ya de por sí es interesante, pues los kuwaitíes están entre los más viajeros de los países árabes, sino que también se quiere aprovechar la conectividad y alimentar sus propios vuelos. Desde la propia compañía ya se ha estudiado y definido claramente que una de las demandas más importantes en Barcelona son los enlaces desde y hacia India y Pakistán, además de Tailandia, Filipinas y Malasia.
Barcelona se convierte desde hoy en el tercer destino que Kuwait Airways opera en España y este se convierte a su vez en el estado europeo con más presencia de la aerolínea. En 2022 la compañía empezó a volar a Madrid tras varias décadas de ausencia y los vuelos de verano entre Málaga y Kuwait City son ya una tradición desde hace años por la importante presencia de turismo y otros intereses árabes en el área de la Costa del Sol. Barcelona estuvo desde hace tiempo en el foco de la compañía y, finalmente, ha sido en 2023 cuando se ha decidido abrir este destino, vigésimo en Europa, prácticamente al mismo tiempo que en la capital de Alemania.
Tres frecuencias semanales
La operativa en El Prat arranca de manera prudente. Inicialmente, serán tres frecuencias semanales y el avión usado para la línea será un A320neo, la última generación de aviones de pasillo único de Airbus. Este modelo es gemelo a los que vuelan Lufthansa, Iberia o Vueling en sus servicios con Barcelona, aunque en el caso de la árabe, la diferencia está en la configuración interior de la aeronave. Por establecer una comparativa, si los A320neo de las europeas llevan entre 180 y 186 butacas, los Airbus de este tipo que opera Kuwait tienen 134 asientos, de los cuales doce son de auténtica clase business, con las tres primeras filas en configuración 2-2 y las 20 restantes con seis butacas por fila y un más que razonable espacio entre asientos, algo a agradecer en vuelos que estarán entre las seis y siete horas, dependiendo si se vuela hacia el este o el oeste.
En primavera de 2024, la compañía al-Khuṭūṭ al-Jawiyyah al-Kuwaītiyyah cumplirá 70 años. Como tantos negocios de principios y mediados del siglo XX en Asia y oriente medio, este tenía una importante presencia británica en su capital y de hecho una filial de la BOAC, compañía inglesa predecesora de la actual British Airways, fue clave para el arranque de la aviación en el país de los Al Sabah, la dinastía que gobierna Kuwait desde la mitad del siglo XVIII. Tras una década operando, la compañía pasó a ser completamente estatal y empezó a volar con aviones a reacción como el británico Comet 4, el primer jet comercial de la historia, aunque después optó por operar Boeings, como los 707, 727 y 747, siendo luego también cliente de la europea Airbus con sus primeros modelos. Con esa flota se convirtió en un importante actor de la aviación en la región y consiguió tener una red de vuelos considerable.
Kuwait quiere maximizar las actividades no relacionadas con el petróleo, involucrar más al sector privado e identificar los aeropuertos como catalizadores del crecimiento económico en general
La invasión de Kuwait por parte del ejército Irak, dirigido por Sadam Husein Abdulmayid al Tikriti en verano de 1990, afectó de lleno a esta compañía aérea: perdió 15 aparatos y su centro de operaciones quedó destrozado por diferentes bombardeos y ataques. La anexión de este país a Irak creó un brevísimo estado que duró tan solo unas semanas: la República de Kuwait, transformada luego en la gobernación de Kuwait, que en este caso duró unos meses. El final de la ya lejana primera guerra del golfo restituyó el gobierno anterior a la invasión y a partir de 1991 se empezaron a recomponer en un largo proceso las estructuras de ese estado, incluida la aerolínea que hoy se estrena en Barcelona.
Actualmente, Kuwait Airways tiene 32 aviones: una decena de Boeing 777, siete Airbus A330 y 15 Airbus A320. En los últimos años, se ha conseguido bajar la edad media de la flota a 5,7 años. Todo ello ha ido en paralelo a una mejora sustancial en los servicios a bordo y en tierra, cambios asumidos para afrontar la fuerte competencia de otras compañías que operan en los mismos mercados y para estar a la altura de un aeropuerto que quiere volver a ser uno de los más importantes de la región. El año pasado 14,5 millones de pasajeros usaron el Kuwait International, este año se aspira a llegar a un millón más y las obras de ampliación de pistas y nuevas terminales van por el camino de un crecimiento generalizado. Como en el caso de Baréin, el gobierno kuwaití comparte una visión económica con ese país del golfo: maximizar las actividades no relacionadas con el petróleo, involucrar más al sector privado e identificar los aeropuertos como catalizadores del crecimiento económico en general. Y en ese importante plan de estado ha entrado tener incluso un enlace directo con Barcelona.
Una historia poco recordada
La llegada de Kuwait Airways a Barcelona no significa que sea la primera vez que haya vuelos directos entre El Prat y Kuwait City. Hace casi 45 años, Iberia inició una campaña hacia el este muy centrada en volar hacia países productores de petróleo. Fue un plan que se diseñó en tiempos en los que el diplomático Manuel Prado y Colón de Carvajal presidió la aerolínea española y fueron ejecutados por el equipo de su sucesor, el ingeniero aeronáutico Enrique de Guzmán Ozámiz. Entre 1979 y principios de los 80 Iberia llegó a volar a Trípoli, Abu Dhabi, Jeddah e incluso Kuwait. Por entonces los vuelos tenían origen en Madrid, aunque siempre realizaban escala en Barcelona, tanto a la ida como al regreso.
Desde hoy, Barcelona y Kuwait vuelven a tener vuelo directo.