Disfrutar de una de las mejores panorámicas de la ciudad de Barcelona es apenas uno de los muchos privilegios de los que disfrutan los exclusivos vecinos del número 10 de Francesc Macià. En esta emblemática y transitada plaza de la ciudad se alza el edificio que durante más de tres décadas albergó las oficinas de la aseguradora Winthertur en la capital catalana y que hoy se ha convertido en una finca de gran lujo donde el precio por metro cuadrado supera los 16.000 euros.
El edificio, proyectado en 1969 por el arquitecto suizo Marc-Joseph Saugey, sigue el estilo de la escuela Bauhaus y se abre de forma inusual sobre la plaza a partir de una fachada acristalada dibujando una línea cóncava que contrasta con el resto de construcciones contiguas que siguen la curvatura de la plaza. La particular forma elíptica de la planta deviene un referente y un motivo muy presente en todo el proyecto de rehabilitación llevado a cabo bajo la dirección del grupo inversor Squircle Capital y desarrollada por Squircle Properties.
El conjunto residencial cuenta con siete viviendas de 600 metros cuadrados, cada una de las cuales ocupa la totalidad de una planta, y un ático dúplex que corona una promoción que se alza sobre una zona comercial de 3.000 metros cuadrados y cuatro plantas subterráneas. El prestigioso arquitecto brasileño Marcio Kogan junto a su equipo de Studio MK27, ha sido el encargado de equipar y darle la singular identidad a un proyecto que, sin dejar de ser un referente para la ciudad, da un paso más allá en las viviendas de gran lujo para brindar una experiencia vital en sí mismo. “La fase de diseño la iniciamos en 2013 y optamos por el equipo de Kogan. El planteamiento de Marcio fue romper con lo existente y para ello abrió el edificio a la plaza y empleó materiales como el aluminio, el latón y el cemento ya presente. Para la parte residencial se mantuvo el aspecto, pero cambiando totalmente las prestaciones en cuanto aislamiento térmico y acústico, aportando gran hermeticidad”, comenta Gonzalo Álvarez, director de Desarrollo de Squircle Properties.
Diseños de autor
Hasta el momento del encargo, Marcio Kogan estaba centrado en arquitectura residencial de casas exentas y este fue su primer proyecto en bloque de altura. “Kogan se enamoró del edificio al ver la panorámica que se genera en las viviendas, las cuales gozan de una marcada horizontalidad dado que no disponen de grandes alturas libres. Nos encantó lo rápido que asumió la geometría del inmueble y cómo supo dar solución a la elipse libre de la planta a la hora de plantear el apartamento. Lo clavó”, explica Gonzalo Álvarez durante una visita que The New Barcelona Post ha realizado a uno de los apartamentos.
Kogan se encargó de la parte arquitectónica de todas las zonas comunes y del piso piloto de la planta 3 donde los amplios ventanales de suelo a techo establecen un fuerte diálogo entre interior y exterior. A partir de ahí se buscó la colaboración de otros profesionales para integrar en el proyecto. Este fue el caso del arquitecto belga Vincent Van Duysen que aportó su talento al diseño interior de alguna de las residencias y del arquitecto y escultor italiano Vincenzo de Cotiis, que se encargó del mobiliario de las zonas comunes del edificio. Junto a ellos, también destaca el trabajo del diseñador del momento, Michael Anastassiades, que proyectó luminarias hechas a medida para algunas zonas comunes como la recepción y para el comedor de la vivienda piloto de FM10.
El arquitecto brasileño Marcio Kogan se enamoró del edificio al ver la panorámica que se genera en las viviendas
A lo largo de todo el proyecto hay tres materiales que se imponen como nexo de unión de los diferentes espacios. Estos son la piedra basaltina romana, la madera de nogal americano y el latón. En base a ellos se articula el proyecto que adquiere un aspecto elegante, tranquilo y atemporal. Todo trata de tener un carácter calmado donde cada detalle está pensado y los materiales están milimétricamente ajustados al espacio para respetar la continuidad y pureza formal en todo momento.
El valor de la sostenibilidad
Dentro del proceso de diseño se planteó una gran línea de actuación basada en la sostenibilidad y la eficiencia energética. Y no solo eso, ya que se quiso ir más allá de la normativa existente, convirtiéndose en el primer edificio residencial en España en conseguir la certificación BREEAM, que impulsa la construcción sostenible y respetuosa con el medioambiente. Entre las medidas adoptadas al respecto está el uso de energías renovables para cubrir el 71,8% del conjunto de necesidades de agua caliente. “El edificio no pierde carga térmica a través de la fachada gracias a su sistema térmico en el que los vidrios llevan intrínseco una capa de control solar. Además, cuenta con un mecanismo centralizado de aportación de agua caliente para calefacción que junto a la aerotermia consigue maximizar la sostenibilidad del inmueble”, revela el director de desarrollo. La iluminación LED dentro y fuera del inmueble, así como los sistemas mecánicos y de gestión sostenible permiten controlar y monitorizar la eficiencia ambiental. El edificio exento se concibe como una isla que cuenta, a su vez, con su edén particular, gracias a una zona ajardinada de 500 metros cuadrados que actúa como un pulmón verde dentro del conjunto.
Actualmente los propietarios, en su mayoría empresarios catalanes consolidados, disponen de dos accesos peatonales, uno desde Diagonal y otro desde Urgell, al que se le suma uno rodado que da acceso a los dos niveles de aparcamiento subterráneo con los que cuenta la propiedad. Cada vivienda dispone de seis plazas de aparcamiento con instalación de puntos de recarga eléctricos. Sobre este nivel se encuentra una zona de reunión para la recepción de visitas y una cava privada. En plantas superiores se encuentra el gimnasio y centro de fitness, provisto de lucernarios que nutren de luz natural el interior, y una espectacular piscina de 20 metros.
Actualmente los propietarios de las viviendas son, en su mayoría, empresarios catalanes consolidados
En total, la zona residencial cuenta con 15.000 metros cuadrados de los cuales dos terceras partes están destinadas a zonas comunes y el resto a viviendas. “Se trata de un edificio que brinda los mismos servicios que un hotel de cinco estrellas, con la máxima seguridad y servicio de conserjería las 24 horas”, apunta David Rolt, director de ventas de Francesc Macià 10. De las siete viviendas con las que cuenta FM10 a día de hoy quedan disponibles solo dos unidades. Está previsto que el ático, con un total de 950 metros cuadrados y 300 metros cuadrados de terraza, salga a la venta en una futura fase e invite, una vez más, a dejarse llevar por unas panorámicas de ensueño.
