Este noviembre se convertirá en el mes de la música

Permítanme comenzar mi colaboración en The New Barcelona Post hablando de un fenómeno que, sin que nadie lo haya propuesto, acabará sucediendo así.

Este noviembre terminará siendo el mes de la música en Barcelona y en Catalunya. Un mes que llega con una agenda que muestra cómo este sector se reivindica como motor cultural, económico y social. Es una agenda que parece haber sido cocinada a fuego lento y que refleja cómo en pocos lugares, como aquí (y sería difícil encontrar casos similares a nivel europeo), se puede ver un tejido tan vivo de iniciativas musicales que, más allá del entretenimiento, apuestan por transformar la sociedad a partir de la música.

Comenzamos noviembre con el Foro de la Academia Catalana de la Música, un evento anual que, este año, pone el foco en la sostenibilidad ambiental dentro del sector. Hace tiempo que todo el sector ha entendido que la música, además de ser un lenguaje universal, debe ser un sector que cuide nuestro planeta. Este foro quiere poner sobre la mesa los retos que nos esperan y las estrategias para hacer que la música sea una industria más verde. El evento es un espacio de debate que pretende aportar soluciones para un problema complejo que nos afecta a todos. ¿Alguien se imagina un festival o un concierto sin el desafío logístico que supone hacerlo más sostenible?

Justo después de este foro, la Fundación Barcelona Music Lab lanza su Energy Challenge, un proyecto ambicioso que busca soluciones energéticas innovadoras para hacer que los grandes eventos musicales sean más eficientes. Con este reto, se quiere llamar a la creatividad de profesionales de todas partes para ayudar a resolver retos como la optimización de la energía, el uso de fuentes renovables o la concienciación del público sobre este hecho. Hay pocos sectores tan interconectados como el de la música en directo, y el consumo energético es uno de los factores que más pesan. Con el Energy Challenge, Barcelona no solo demuestra su compromiso con la música, sino con la sostenibilidad en su conjunto.

El 20 de noviembre llega otro de los grandes eventos de este mes, los Premios ARC y la jornada ProARC 2024, organizados por la Asociación de Representantes, Promotores y Mánagers de Catalunya, que se celebrarán en el Teatro La Llotja de Lleida. Los promotores de este país ponen sobre la mesa la necesidad de ampliar la oferta cultural, descentralizarla y garantizar el acceso a la cultura en todo el territorio. Lejos de ser solo una ceremonia de premios, esta es una jornada de reconocimiento y de estrategia para repensar la cultura desde el territorio. Los Premios ARC y la jornada ProARC son también un recordatorio de cómo la música se proyecta más allá de las grandes ciudades, creando conexiones en todos los rincones del país. Esta celebración, pues, pone en valor el trabajo de los profesionales que, a menudo, trabajan desde la sombra pero que son fundamentales para hacer crecer nuestra cultura.

A mediados de noviembre llega también uno de los eventos más esperados: Fonograma Barcelona. Organizado por la Apecat y con cuatro ediciones a sus espaldas, es un espacio de encuentro para reflexionar sobre el papel de las productoras y discográficas en la era digital. Vivimos en un mundo donde el consumo de música ha cambiado radicalmente. Los discos físicos (con permiso de los discos de vinilo) han quedado relegados en favor de las plataformas de streaming, pero Fonograma pone el foco en el trabajo de las discográficas y las productoras como parte esencial de nuestra industria musical. Además, el año pasado, Fonograma añadió una actividad muy especial: las presentaciones de proyectos musicales en tiendas de discos, acercando artistas y público en un entorno más íntimo. Estas tiendas de discos, que en su momento fueron lugares de encuentro, recuperan su protagonismo en una era en la que todo parece digital. Fonograma, pues, es una oda a la proximidad, a la importancia de las personas en un sector que, aunque avanza con la tecnología, no olvida sus raíces.

Es el momento en que el sector musical se reivindica, en que nos hace ver que la música es mucho más que un producto de consumo

Y hablando de tecnología. El noviembre musical en Barcelona y Catalunya llega a su punto culminante con las Jornadas de Música e Inteligencia Artificial, que tendrán lugar los días 27 y 28 de noviembre en El Molino (reabierto este noviembre como espacio musical). Organizadas por la Fundación Barcelona Music Lab, estas jornadas abren la puerta a un debate fascinante: ¿qué implica la inteligencia artificial (IA) para la música? El impacto de la IA no se puede subestimar, y estas jornadas quieren analizar cómo esta tecnología está transformando la industria desde una perspectiva no solo técnica, sino también ética y creativa. Por primera vez, se plantea un evento con esta visión multidimensional, con talleres y actuaciones en directo que mostrarán cómo la IA puede ser una herramienta de inspiración para los artistas y que complementan diversas mesas y ponencias impartidas por especialistas de primer nivel. Lejos de ser una amenaza, la IA se presenta aquí como una oportunidad, un aliado que puede abrir nuevos caminos creativos y dar voz a artistas de estilos y ámbitos diversos. Estas jornadas no solo son una ventana al futuro de la música, sino un espacio para construir puentes entre tecnología y creatividad, para explorar los límites de la inteligencia artificial y del arte humano.

El noviembre musical de Barcelona y Catalunya es, en definitiva, una declaración de intenciones. Es el momento en que el sector musical se reivindica, en que nos hace ver que la música es mucho más que un producto de consumo: es cultura, es cohesión social, es salud mental, es memoria colectiva y es una herramienta de transformación. Este noviembre, la música no solo nos ofrece conciertos y espectáculos, sino una oportunidad para repensar qué papel queremos que tenga en nuestra sociedad y en nuestro futuro. La música es también economía, con un envidiable, cuantioso y diverso ecosistema de festivales, con un sector discográfico independiente fuerte y activo, con dos cátedras sobre música e IA, las únicas en todo el estado y el único territorio europeo que tiene dos y varios centros que pueden situarnos a la vanguardia de la investigación y tecnología musical. La música se presenta como motor de innovación y como capital del futuro.

Este noviembre es el mes en que el sector de la música se empodera, se reivindica y nos demuestra, a todos, que Barcelona, Catalunya, es y será una de las capitales europeas de la música. Este noviembre es, en definitiva, una fiesta para la música y para todos los que creemos en ella.