El río Besòs ha alimentado el agua que beben (y que utilizan para regar jardines y bañarse) los barceloneses desde los tiempos de los romanos, desde una mina de Montcada que alimentaba un acueducto que tenía más de 11 kilómetros de largo y salvaba un desnivel de 18 metros. Por ese mismo trazado, en época medieval, discurrió el Rec Comtal y, más tarde, el ferrocarril de Granollers. Ahora se está construyendo la estación de la Sagrera, que los usuarios de la alta velocidad disfrutamos desde una perspectiva privilegiada. Pronto se detendrán los trenes, y el este de la ciudad notará el impacto que genera una estación de estas características.
Mientras se retomaban las obras de la Sagrera, en los despachos del Sector de Urbanismo de Barcelona se han aprobado dos planes urbanísticos importantes que quizás han pasado algo desapercibidos (la gente no prevé que habrá construcciones hasta que ven las grúas) pero que cambiarán la densidad en el extremo este de la ciudad.
Por una parte, en 2023 se aprobaron la Modificación del Plan General y Plan de Mejora Urbana para los terrenos de enfrente del centro comercial de La Maquinista. Donde ahora hay un aparcamiento enorme en superficie, con fachada a la calle Ferran Junoy (industrial metalúrgico y director de la Maquinista Terrestre y Marítima y de Electrometalúrgica del Ebro), en pocos años se verán bloques en altura de hasta 14 y 16 plantas, es decir edificios de 54 y 60 metros de altura. Esta es la altura que tienen las torres exentas de la Diagonal, como la de Mediapro, la de RBA, el edificio de Cuatrecasas (entre 16 y 18 plantas) o la del Sabadell (23 plantas).
Será clave garantizar que la vivienda asequible a la que les da derecho al plan se edifique en los plazos que determina el planeamiento urbanístico
En este solar se ha concentrado una edificabilidad muy alta (65.000 m2 destinados a vivienda), con capacidad para 812 pisos nuevos (518 libres y 294 protegidos). Que un operador comercial como Unibail-Rodamco-Westfield se convierta en promotor de viviendas, también para la vivienda protegida, es buena noticia, y cabe esperar que seleccione equipos de arquitectos capaces de convertir esa volumetría única que la ciudad les ha concedido en una obra de arquitectura excelente. Lo han hecho en otras ciudades con resultados excelentes, pero requiere participar del reto de hacer ciudad, como siempre se ha hecho en Barcelona, con resultados excelentes: contratando diferentes equipos de arquitectura para cada edificio, contribuyendo a generar un paisaje urbano diverso, pero cohesionado por el planeamiento. Será clave garantizar que la vivienda asequible a la que les da derecho al plan se edifique en los plazos que determina el planeamiento urbanístico.
La otra gran operación urbana es la Modificación del Plan General del Sector Prim, que también tiene edificaciones en altura (10 y 12 plantas, con alguna torre de 16 o 18 plantas), con unas plantas bajas muy diáfanas, abiertas a la ciudad, y mucho suelo destinado a equipamiento. Esta operación es aún más interesante que la anterior, en el sentido de que está más cerca de la estación de la Sagrera, y tiene una ordenación que es fruto de un concurso que ganaron Forgas Arquitectes, que creará espacios interiores de manzana muy públicos, con usos de equipamiento, y tendrá un aspecto muy diferente en las manzanas del Eixample central a las que estamos acostumbrados. El nuevo barrio tiene la forma de un triángulo con el perímetro construido con edificios altos, pero con un interior muy abierto y diáfano que está llamado a tener muchos usos públicos y de utilidad para los residentes de la Verneda y la Pau, además de los nuevos que vengan.
Estas operaciones demuestran que no es necesario consumir nuevo suelo en el exterior de las ciudades, ni transformar campos en urbanizaciones
Este, además, es un sector importante, porque parte de la propiedad del suelo es del Ayuntamiento de Barcelona, y esto permitirá que la ciudad disponga de un techo municipal importante para hacer vivienda protegida. Los costes de urbanización en este sector ascendían a 26 millones de euros (según el planeamiento aprobado), y poder ejecutar las obras de estas calles lo antes posible es crítico para obtener los solares donde edificar todas las viviendas libres y asequibles que prevé el plan: 1.624 viviendas libres, y 1.725 viviendas protegidas.
Estas operaciones demuestran que no es necesario consumir nuevo suelo en el exterior de las ciudades, ni transformar campos en urbanizaciones. Lo que realizan estas operaciones es redensificar los tejidos existentes y concentrar los usos para hacer barrios con mayor vitalidad, cerca de las grandes estaciones de conexión con el territorio. Los 55.000 pisos prometidos por Salvador Illa necesitan que el urbanismo avance regenerando las ciudades existentes, con buenos planes urbanísticos, para que las grúas empiecen a levantar las paredes. No es suficiente con la aprobación de los planes. Ahora hay que garantizar que la ciudad obtiene sus pisos protegidos, con los que contó cuando los imaginó.