Potenciar la reutilización de envases de plástico a través del arte y la creatividad. Este ha sido el objetivo de Recicl-Art, impulsada por la unidad de cuidado personal de Unilever junto al Ayuntamiento de Viladecans. La iniciativa ha animado a más de 200 alumnos de Secundaria de cuatro escuelas de la ciudad a crear esculturas con envases reciclados, coincidiendo con la Semana Europea de la Prevención de Residuos. La primera edición de la propuesta ha tenido como colofón un concurso entre las figuras diseñadas por las cuatro escuelas. Todo con el objetivo de potenciar la circularidad de los envases y la sostenibilidad, fomentando a la vez la creatividad de los jóvenes.
Garrafas, tapones, envases y bolsas de plástico dan forma a esculturas de una ballena, una tortuga, una medusa, un paisaje marino y el mamut símbolo de Viladecans. Las figuras dan la bienvenida al espacio ferial Cúbic. La sala se desborda, repleta de alumnos de los cuatro centros participantes: la Escola Teide, autora del mamut; la Goar, que ha creado la ballena y la tortuga como símbolos del mar; el Col·legi Sagrada Família, que también hace referencia al océano con la medusa, y el Col·legi Sant Gabriel, que ha optado por diseñar diversos objetos y maquetas, incluyendo un paisaje marítimo. Los alumnos esperan emocionados e impacientes que se revelen los ganadores, sentados sobre unas gradas, cómo no, reutilizadas. Lo explica el alcalde, Carles Ruiz: hasta ahora se ubicaban en un polideportivo y, en lugar de desecharlas, se trasladaron al espacio ferial del municipio. “Vamos hacia una sociedad en la que tenemos que pensar más cómo podemos reutilizar lo que utilizamos”, proclama. Viladecans, donde se ubica la filial española de Unilever, tiene por meta convertirse en un municipio de emisiones neutras en 2030.
El concurso forma parte del propósito de negocio de cuidado personal de la empresa We make it personal, que promueve la reutilización de envases, entre otras iniciativas. Unilever se ha fijado como objetivo que los envases de plástico de sus productos sean 100% reciclables, reutilizables o compostables en 2025, detalla la directora de comunicación y sostenibilidad de Unilever, Ana Palencia. Lo explica ante una audiencia ansiosa por conocer el veredicto del jurado. “Hemos dejado que la mente creativa se despertara en los alumnos y que, mientras estaban construyendo sus esculturas, tomaran conciencia de la importancia de reciclar y de dar un segundo uso a los envases”, señala Palencia. Ha avanzado la intención de la compañía de que esta sea la primera edición de muchas, respondiendo a la voluntad de Unilever de involucrarse en la comunidad de las ciudades que acogen sus instalaciones.
Los cuatro premios del concurso suman en total 6.500 euros, que las escuelas invertirán en iniciativas de sostenibilidad
Para llevar a cabo sus creaciones, las escuelas participantes han impulsado en septiembre y octubre una recogida de envases de plástico para reconvertirlos en material escultórico. Así, la iniciativa ha llegado no sólo a los alumnos, sino también a sus familias. Lo explican estudiantes de los cuatro centros, desde el escenario y ante sus compañeros y contrincantes. “Todo el plástico que podría haber acabado en el mar, lo hemos convertido en obras de arte”, celebra uno de ellos. Otra de los participantes recalca lo sencillo que fue recoger los envases suficientes: de hecho, “sobraron muchos”, lo que evidencia la cantidad de envases que se utilizan en el ámbito doméstico y la magnitud del problema.
Y es que, “el mejor residuo es el que no se genera”. Convertir envases en arte es “lo mejor que se puede hacer para acercar el problema a los jóvenes, pero ojalá no fuera necesario”, sentencia ante los alumnos el divulgador medioambiental José Luis Gallego. Captar la atención de un público enérgico e inquieto desde el atril es una complicada tarea, pero se hace el silencio cuando el periodista nombra la Isla de Plástico del Pacífico y ríos de Asia y África ahogados en plástico. “La única respuesta que tenemos ante esto está en nuestro día a día, y no sólo reciclando”; se requiere un compromiso integral que englobe la reducción de residuos, avisa Gallego, que ha formado parte del jurado del concurso.
El concurso y su resolución: eso es lo que esperan los alumnos. El silencio por el que han penetrado las palabras de Gallego se transmuta en un estallido de emoción en la entrega de los premios, de la que salen galardonadas las cuatro escuelas. Tres de ellas, con premios del jurado y, la cuarta, con el Premio Unilever al grupo que ha utilizado más envases de la empresa. En concreto, la ballena y la tortuga han hecho a la Escola Goar merecedora del primer premio; la medusa del Col·legi Sagrada Família ha obtenido el segundo; la Escola Teide y su mamut de garrafas han logrado el tercero, y las creaciones del Col·legi Sant Gabriel han obtenido el galardón especial Unilever.
Los cuatro premios suman en total 6.500 euros —2.000 para el primer premio y 1.500 para los otros tres—, que las escuelas invertirán en iniciativas de sostenibilidad. Así, de cerrar círculos se trata: un concurso sobre sostenibilidad con un premio para promover proyectos sostenibles, en una sociedad que debe avanzar en la reutilización de los residuos y reducirlos hasta el mínimo. Lo advierte Gallego: ya es “un tema de salud”, y no sólo de medio ambiente.
