Un festival marca Barcelona

Las marcas eligen el festival Cruïlla «porque tenemos un ADN singular. No somos una experiencia que pueda replicarse en otra ciudad; el Cruïlla se organiza en Barcelona y es un festival de Barcelona», según Gorka Niubó, responsable de relaciones institucionales y de patrocinio del festival

Es, cumplidas ya sus ocho ediciones y con sus más de 60.000 visitantes, uno de los festivales de música referentes de la ciudad. El Cruïlla Barcelona se ha convertido en una de las citas ya habituales del verano, y estos días calienta motores y ultima los detalles de su novena edición, que se celebrará en el Parc del Fòrum los próximos 12, 13 y 14 de julio. En este proceso de preparación, la organización del festival cuenta con la ayuda de los que llama sus «colaboradores», un grupo destacado de marcas que acompañan al Cruïlla en su voluntad de ser «un festival de Barcelona y para Barcelona». Así nos lo explica Gorka Niubó, responsable de relaciones institucionales y patrocinio del Cruïlla: «Hemos sabido ir de la mano de las marcas, y evolucionar juntos. Los patrocinadores vienen porque crecemos y a la vez crecemos porque tenemos patrocinadores», destaca. Pero cuando Niubó habla de crecimiento lo hace remarcando muy bien que en el caso de Cruïlla «el objetivo no es disparar las cifras de público a niveles estratosféricos o basarlo todo en el ticketing, sino que en nuestro ADN pesa más un modelo de crecimiento orgánico». Por eso, al Cruïlla Barcelona no le importa que a veces se hable de él como el hermano pequeño de los festivales musicales de la ciudad, a una distancia importante en volumen de público del Primavera Sound y el Sónar, que suman más de 120.000 y 200.000 visitantes cada uno. Como explican sus organizadores, su aspiración es mantener unas «medidas humanas» que permitan disfrutar de una experiencia que va mucho más allá de la oferta musical.

Estrella Damm es el principal colaborador del Cruïlla Barcelona. La marca de cerveza apostó por el festival desde el principio y Niubó explica que buena parte del éxito alcanzado durante estos años ha sido el producto del entendimiento y la complicidad, «de saber ir juntos de la mano». Junto a Estrella Damm se han sumado otras marcas que han visto en este festival una apuesta diferente y una manera de llegar a un público que tampoco encaja en el target habitual de este tipo de eventos culturales. De hecho, el abanico de edades del público del Cruïlla es muy amplio, y va desde jóvenes de 18 años hasta adultos de más de 45, «lo que ya dice mucho del tipo de festival que somos», explica su responsable de relaciones institucionales y patrocinios. El festival huye de las grandes concentraciones de los macrofestivales más orientados a un público básicamente adolescente y joven, y también de las citas de «alfombra roja» con un aforo muy limitado, una apuesta musical muy concreta y una media de edad más elevada.

En el caso de Estrella Damm, no solo provee de cerveza al festival, sino que también asume la escenografía del escenario principal y ha convertido al Cruïlla en el primer festival musical del Estado en contar con vasos biodegradables.

Cruïlla también es singular porque, a diferencia de lo que pasa con otros festivales que se celebran en Barcelona, su público es básicamente local. De hecho, más del 85 % de las personas que asisten son del área metropolitana, una singularidad que también convierte a esta cita en un escaparate privilegiado para las marcas que quieren significarse con la ciudad y que buscan precisamente impacto en el mercado local. Gorka Niubó explica que estas marcas también eligen el festival «porque tenemos un ADN singular. No somos una experiencia que pueda replicarse en otra ciudad; el Cruïlla se organiza en Barcelona y es un festival de Barcelona». Se trata, explica Niubó, de saber transmitir que «tenemos una personalidad propia y que buscamos un impacto más allá de las modas».

En el caso de Estrella Damm, no solo provee de cerveza al festival, sino que también asume la escenografía del escenario principal y ha convertido al Cruïlla en el primer festival musical del Estado en contar con vasos biodegradables. Esta es, de hecho, una de las filosofías que se fijan en la investigación de los patrocinadores. Como destaca Niubó, «se trata de mucho más que de buscar a alguien que ponga dinero y su logo». Los colaboradores también sirven para generar experiencias al público del festival. Así, por ejemplo, con la marca Scoot de motos eléctricas, el Cruïlla da la opción a los visitantes de cargar los móviles con sus baterías. La firma Treatwell ofrece servicios en el ámbito del bienestar, el Racc se ocupa de la asistencia médica y pone a disposición del festival un camión medicalizado, con TRAM se ha negociado la movilidad y un servicio ininterrumpido de transporte en horario de apertura del Cruïlla, y la marca de zapatillas deportivas Munich es la encargada de la zona de chill out. La lista de colaboradores incluye también a Movistar, que no solo aporta servicios tecnológicos y logísticos, sino que también cuenta con una tienda donde han llegado a organizar sus propios conciertos. Torres, Casa Tarradellas, Coca-Cola/Royal Bliss, y Cafès Cornellà asumen servicios gastronómicos y Bonpreu es el encargado de darle a cada visitante un pack de productos revitalizantes a la salida. Brugal, Vueling, Jägermeister o Smoking también están en la lista de patrocinadores y el festival colabora también con la Obra Social de Sant Joan de Déu. Además, este año ha firmado un acuerdo con el Liceu para ofrecer a todos los que visitan el Cruïlla descuentos del 50 % para disfrutar de una de las óperas en cartel. Una muestra de que el público de este festival es heterogéneo y una apuesta, explica Niubó, «para demostrar que se pueden compartir experiencias con otras instituciones culturales de la ciudad, pese a que, aparentemente, seamos tan diferentes».

Para Niubó, la clave del éxito a la hora de plantear los acuerdos con los patrocinadores es que todo el mundo salga ganando, «el festival y las marcas, evidentemente, pero también el público; nuestra alianza debe tener un sentido y aportar algún beneficio a la gente que viene al festival». Esta es la filosofía que se aplica a todo: vender experiencias únicas y que la gente identifique el Cruïlla como una apuesta diferenciada en el calendario de festivales. La oferta musical también tiene mucho que decir. Por eso, este año el festival cuenta con un cartel destacado, con artistas como Jack White, Prophets of Rage, N.E.R.D, Kygo, Justice, The Roots, David Byrne o Bunbury. Una combinación perfecta de música y experiencias para vestir la novena edición de este festival que con pocos años ya se ha convertido en un clásico del verano de Barcelona.

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De izquierda a derecha: Jack White, Bunbury, N.E.R.D, Prophets of rage, Kygo, David Byrne, Roots y Justice.