La última hornada del arte urbano en Barcelona

La nueva generación del street art llena Barcelona de nuevos hotspot, paradas obligatorias donde todos los extranjeros se detienen y, a través de Instagram, las convierten en verdaderos nidos de fotografías

Los que entienden de Big Data explican que las compañías telefónicas disponen de información a tiempo real de todos nuestros movimientos. Debemos imaginarnos millones de puntos moviéndose sobre el mapa de Barcelona, como hormiguitas que van y vienen, que ahora salen de casa y por la tarde entrarán en cuatro tiendas para hacer la compra diaria. Además, este geolocalizador gigantesco discrimina los móviles españoles de los extranjeros y por lo tanto estos datos son una mina para conocer los flujos de los turistas, dónde duermen, dónde comen y qué rutas encuentran más interesantes.

Si esta información fuera pública, podríamos comprobar que el punto situado en la Rambla de Catalunya 22, un poco antes de llegar al Hotel Calderón, es un hotspot, una parada obligatoria donde todos los extranjeros se detienen. Si además cruzáramos los datos con las imágenes que cuelgan en Instagram, nos daríamos cuenta de que estas coordenadas del Eixample son un nido de fotografías. Y que no retratan la perfumería, ni la enésima terraza con paellas cuestionables, sino la obra de arte que cuelga del balcón del primer piso, una sábana blanca con la cara de una criatura que nos mira, estampada en negro y rubricada con la firma Why? (¿Por qué?).

Ya hace cuatro años que vemos caras de niños interpelándonos desde fachadas de todo el país. Rostros de chiquillos que nos miran, sin sonrisa, escrutadores. Este proyecto de arte urbano no es cosa de un Banksy anónimo, ni de algún grafitero que empieza y tiene ansias de notoriedad, sino de la ilustradora barcelonesa Carme Solé Vendrell, toda una institución con más de 1.000 libros en la espalda, que a sus setenta decidió hacerse suyas las calles y reivindicar los derechos de los niños en su serie más cañera. La de Why es una familia numerosa, con más de sesenta niños, y como explica la autora, que actualmente tiene una exposición retrospectiva en el Palau Robert, todos son reales, inspirados en fotografías extraídas de informaciones sobre refugiados o niños de las guerras que solo esboza y presenta de esta manera tan esquemática e impactante.

Hay muchas más maravillas del arte urbano, en Barcelona. Otro clásico de los últimos años es la misteriosa pareja que cuelga frases motivacionales con latas recicladas. No os esperéis citas de Nietzsche, enlatan desde lemas autoayudescos hasta versos de Bola de Dragón, de un addicted to love a Hakuna Matata, estampados en juegos de latas de cerveza, pero también de aceitunas y todo tipo de conservas.

Y entre los artistas de nueva generación, los más conocidos quizás serían Btoy, el apodo de Andrea Michaelsson, que ya hace años que nos maravilla con stencils con Amy Winehouse, Björk o Angela Davis, los Axe Colours, especialistas en murales con personajes de series, como el Walter White de Breaking Bad o el Tyrion Lannister de Juego de Tronos, y el italiano TVBOY, el rey de los besos, que después de estampar morreos entre Messi y Cristiano estos días estampaba en su muro no oficial –delante del Apple Store de plaza Catalunya– un rosco con lengua de Quim Torra y Pedro Sánchez. Y entre las últimas incorporaciones hay las persianas buenrollistas de La Isla Works en algunos lugares de la ciudad, como en Torrent de Vidalet, que también son un desfile constante de turistas.

Los más veteranos recordarán que, durante años, la meca del grafiti de la ciudad era el muro de delante del CCCB, donde las estrellas del espray pintaban maravillas mientras se construía la facultad de Filosofía, Geografía e Historia de la UB. En la actualidad, el lugar de peregrinaje para ver arte urbano está en la Sagrera, en la Nau Bostik, que muestra de manera permanente una veintena de murales de artistas locales e internacionales. Si vais, vuestro Instagram os lo agradecerá.

Imágenes destacadas:
1. Artista pintando un mural en la Nau Bostik de Barcelona.
2. Tela pintada por Carme Solé Vendrell en el Palau Robert.
3. Stencil de la artista urbana Btoy, en el barrio de Gràcia.