“La mujer debe estar en las cúpulas y también en cargos intermedios, tanto en trabajos más convencionales como en las vertientes tecnológicas”. La consejera de Empresa y Conocimiento, Àngels Chacón, tiene una cuestión especialmente subrayada en su agenda: la mujer debe alcanzar la misma presencia que el hombre en el campo empresarial, pero especialmente en el ámbito científico y tecnológico. En una época donde nadie puede dudar que pueden tocar todas las teclas, ha llegado el momento que sus manos lleguen al teclado.
Su objetivo se alinea con el de La Asamblea General de Naciones Unidas en la resolución “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”. De entre los 17 objetivos y 169 metas globales a alcanzar en el horizonte del año 2030 presentes en este documento, uno de los puntos destacados es el reto de velar por la participación plena y efectiva de las mujeres. Esto significa alcanzar la igualdad de oportunidades de liderazgo en todos los ámbitos de toma de decisiones en la vida política, económica y pública.
El Departamento de Empresa y Conocimiento, liderado por la consejera Àngels Chacón, la primera mujer que ocupa el cargo, se suma a este objetivo y ya trabaja para lograrlo. En este sentido, la presencia femenina en un vector como el científico y tecnológico es relevante para revertir una brecha demasiado acusada, tal como ocurre también en el sector industrial.
LAS MUJERES, INFRAREPRESENTADAS
Las cifras no contradicen las sensaciones: todavía queda un largo camino por recorrer, especialmente en algunos de los sectores con más peso en la economía catalana como es el industrial. Según el informe “La mujer en el sector industrial en Cataluña”, impulsado en el marco del Pacto Nacional para la Industria y elaborado por Carmen Poveda del Observatorio Mujer Empresa y Economía de la Cámara de Comercio de Barcelona, existe una fuerte masculinización del sector industrial en Cataluña. Solo el 28% de los puestos de trabajo en este ámbito están ocupados por mujeres y la brecha salarial de género es superior a la del conjunto de la economía, del 17,3% contra el 15,3%.
La consejera de Empresa y Conocimiento considera que “la sobrecualificación y los problemas que tienen para ascender y llegar a los puestos de responsabilidad, a raíz de las dificultades para conciliar pero también por el techo de cristal, frenan su promoción interna y tienen importantes efectos económicos”.
Otro dato significativo que concluye el estudio es que el nivel de formación medio de las mujeres en la industria es superior a la de los hombres, pero esto no se traduce en una mayor presencia femenina en los puestos de decisión que es del 22,4 %.
“Hay un problema de base, que es la falta de vocaciones industriales, sobre todo de perfil técnico, tanto entre hombres como mujeres, porque cuando hablamos de este sector aún dibujamos chimeneas con humo cuando es la rama que más innova”, explica Chacón. Pero en el caso de las mujeres la situación es aún más complicada por la masculinización del entorno laboral y la falta de referentes femeninos. Esta circunstancia también obliga a las mujeres a esforzarse más para ser reconocidas, a estar sobre-cualificadas, a tener una mayor dosis de autoconfianza y un mayor apoyo por parte de la familia. Muchas veces la presencia femenina en la industria se explica por lazos familiares o de conocidos. Un ejemplo: el 75% de las mujeres ingenieras son hijas de padres ingenieros. La mayor parte de las mujeres que trabajan o quieren trabajar en una industria es porque tienen familiares que trabajan o han trabajado allí.
El estudio también destaca que una de las principales razones por las que hay una escasa presencia femenina en el sector industrial es la falta de orientación profesional desde la infancia, ya que está demostrado que a partir de los seis años las niñas ya rechazan las opciones tecnológicas porque creen que son estudios más difíciles y “es cosa de hombres”.
VISIBILIZAR A LAS MUJERES REFERENTES EN CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Ante esta situación y con el objetivo de alcanzar el reto del 50-50 el año 2030, el Departamento de Empresa y Conocimiento ya se ha puesto a trabajar para impulsar un plan de actuaciones. Este debe ser transversal, empezando desde primaria para desarrollar las competencias femeninas, hacer visibles mujeres referentes en ámbitos como la ciencia y la tecnología, implantar asignaturas de tecnología obligatorias en las escuelas, explicar el cambio medioambiental que ha hecho la industria y también las oportunidades laborales que ofrece. “Ya se hacen visitas a empresas, pero a veces no pasa de ser una simple excursión; hay que preparar material pedagógico que trabaje todos estos conceptos”, remarca Chacón.
Uno de los retos que tiene la sociedad es retener y potenciar el talento femenino, y por este motivo las líneas estratégicas a seguir se centran en conseguir una verdadera flexibilidad horaria y adaptación al ciclo de vida; promover la conciliación entre las mujeres y los hombres; apostar por el trabajo por objetivos en lugar del presencialismo; y potenciar la promoción interna del talento femenino.
Para conseguir una igualdad efectiva, se debe promover el acceso de las mujeres a los niveles de responsabilidad superior. En este sentido, la consejera de Empresa y Conocimiento explica que hay que impulsar “programas de mentoring, grupos de mujeres, y promover su participación en la formación externa”.
