El tráfico de mercancías marca el ritmo de la recuperación en el Port de Barcelona. Por el contrario, la desaparición total de la industria de los cruceros, penaliza el volumen de pasaje, con un total de 50.020 pasajeros entre los meses de enero y febrero, un 82% menos que en el mismo periodo de 2020, antes de que estallara la pandemia. Mucho mejor es la situación respecto a los contenedores que pasan por el puerto de la capital catalana, donde se ha registrado un crecimiento del 18% en estos dos primeros meses que confirma la tendencia al alza iniciada a finales de 2020. En total, el movimiento de contenedores ha sido de 595.073 TEUS, la unidad de medida utilizada en el ámbito portuario.
Según la infraestructura que preside Mercè Conesa, se ha crecido tanto en contenedores de exportación e importación, es decir, los que tienen origen o destino en la capital catalana, como en contenedores de transbordo o que sólo están de paso y que harán ruta hacia otros puertos. Concretamente, en el primer caso —el de más valor cualitativo— el crecimiento en los meses de enero y febrero fue del 9,3%. Más importante ha sido el alza de los contenedores de transbordo, que han crecido un 30,8%. Destaca el dinamismo de las exportaciones que han salido de Barcelona con destino a los Emiratos Árabes (+ 77%) y a China (+ 58%). También avanzan a doble dígito los tráficos hacia India y Marruecos.
Si se tiene en cuenta el tráfico de todo tipo de mercancías, no sólo las que viajan en contenedor, el Port de Barcelona ha crecido un 3,4%, con un total de 10,5 millones de toneladas. Este crecimiento es inferior al de los contenedores, ya que tanto las mercancías a granel como la importación y exportación de vehículos siguen en negativo. Por ejemplo, los líquidos a granel caen un 23% y los sólidos retroceden un 9%. La caída en el transporte marítimo de vehículos es del 26,4%, con un movimiento de 81.041 unidades.