Nueva vida para el emblemático Hotel Rey Juan Carlos I de Barcelona. Tras dos años cerrado, el establecimiento renacerá este año transformado en un nuevo hotel de lujo del Grupo Meliá, que, como primera gran decisión, ha optado por un cambio de nombre. El hotel dejará de asociar su marca a la figura del rey emérito, fuertemente desprestigiada y cuestionada socialmente, para adoptar el nombre de Hotel Miranda de Pedralbes, en alusión al exclusivo y próximo barrio residencial barcelonés.
Meliá someterá en los próximos meses al hotel a un “ambicioso” proceso de renovación y actualización de sus instalaciones con el objetivo de convertirlo “en el mejor resort urbano de Barcelona y en uno de los mejores hoteles vacacionales del sur de Europa”. “Queremos crear un auténtico hotel-destino para público de ocio y también para el viajero de negocio o de congresos que desee disfrutar al máximo de su estancia en un oasis urbano sobre la ciudad”, ha explicado el consejero delegado de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer.
Convencido del “potencial” de la ciudad y del “nuevo enfoque de marca” que se dará al establecimiento, el grupo balear ha firmado un contrato de gestión con la propiedad del hotel y, más concretamente, con el fondo inversor Tyrus Capital, que se ha hecho con el control de este activo inmobiliario al ser su principal acreedor. Incapaz de hacer frente a sus compromisos financieros, Barcelona Project’s, la empresa propietaria del Juan Carlos I, suspendió pagos el pasado mes de septiembre, con unas deudas cercanas a los 160 millones de euros. Antes de que pasara a manos de sus acreedores por impago, el hotel pertenecía a una rama de la familia real saudí, concretamente a los descendientes del ya fallecido príncipe Turki Ben Nasser.
Construido con motivo de los Juegos Olímpicos, el Juan Carlos I lleva muchos años contra las cuerdas por su abultada deuda. Con esta crítica situación financiera, heredada de la época en que el establecimiento estuvo gestionado por la cadena Husa, el hotel no pudo hacer frente al impacto que supuso la pandemia en 2020 y ya no volvió a abrir sus puertas. Los alrededor de 400 empleados del establecimiento siguen acogidos a un ERTE y a mediados de este año podrán reincorporarse a su trabajo gracias a la reapertura.
Inaugurado en 1992, el Hotel Juan Carlos I dispone de más de 400 habitaciones y está ubicado en un solar de propiedad municipal, ya que fue construido gracias a una concesión que, a no ser que acabe ampliándose, expira dentro de 17 años, en 2040. Antes de suspender pagos, Barcelona Project‘s ya intentó, sin éxito, que se renovara la concesión 50 años más, pero las negociaciones con el Ayuntamiento fracasaron y la empresa acabó presentando el concurso de acreedores.
Meliá sustituirá como empresa gestora del hotel a la cadena Fairmont, una de las marcas de lujo del grupo francés Accor. El nuevo Miranda de Pedralbes se incorporará a la colección Gran Meliá, que engloba a los hoteles de mayor categoría del grupo, que redobla así su apuesta por Barcelona, donde a finales de 2021 ya inauguró un cinco estrellas, el ME by Melià, en la calle Casp. En la capital catalana, el grupo familiar de Baleares también explota el hotel rascacielos Barcelona Sky, el Meliá Sarrià y los hoteles Condal Mar y Apolo.
“Estamos muy satisfechos del acuerdo alcanzado con la propiedad del hotel y con Tyrus Capital, con el que mantenemos desde hace años una estrecha relación y fuertes vínculos. Queremos agradecer también al Ayuntamiento de Barcelona la voluntad demostrada para recuperar un activo turístico clave para la ciudad, que bajo la gestión experta de nuestro grupo y con el prestigio de una marca como Gran Meliá, podrá seguir contribuyendo a la creación de valor y rentabilidad social y económica en el destino“, ha subrayado Gabriel Escarrer.
El nuevo operador se hará cargo también del Palacio de Congresos de Catalunya, ubicado en el mismo complejo de la parte alta de la Avenida Diagonal, junto al Club de Polo, que reabrirá también en los próximos meses con el reto de afrontar “una nueva etapa de éxito” y la ambición de posicionarse entre los mejores complejos congresuales de Europa. Meliá tiene experiencia en la gestión de equipamientos similares, como el Palacio de Congresos de Palma.
“El nuevo Gran Meliá potenciará la comunicación entre los espacios del hotel y los magníficos jardines románticos de la antigua Torre Melina, que se integrarán en el hotel llevando luz y vida a sus zonas comunes”, explica Meliá, que avanza que la “ambiciosa renovación prevista” incorporará dos grandes atractivos: una “espectacular” terraza (roof top) con las mejores vistas de la ciudad llamada a ser “el nuevo punto de encuentro imprescindible de Barcelona”; y un restaurante gastronómico de autor “del máximo prestigio internacional”.
Otros elementos de la remodelación pasan por la puesta en marcha de un pool club, un nuevo concepto que permitirá disfrutar de la piscina y la zona de jardines y que contará “con los mejores partners de la escena gastronómica y musical”. Además, los huéspedes tendrán la posibilidad de hacer también uso del beach club del Hotel Me Sitges. Finalmente, el Hotel Gran Meliá Miranda de Pedralbes contará con una firma reconocida internacionalmente que se encargará de gestionar el Spa.
Con la llegada del primer Gran Meliá a Barcelona, la ciudad sumará a su planta hotelera una nueva marca de prestigio internacional que se añadirá a otras enseñas de reciente implantación, como Intercontinental, The Hoxton y Sofitel.
Con una facturación de 900 millones de euros en 2021, el grupo Meliá cotiza en Bolsa y tiene presencia en 40 países, con más de 300 hoteles que suman 84.000 habitaciones.
