Joan Múrria lleva más de 50 años detrás del mostrador del emblemático colmado. ©Marc Guillén

El Colmado Múrria empieza nueva etapa apostando por la restauración

Mantendrá la venta de embutidos y quesos, pero la acompañará de una oferta gastronómica de la mano de Jordi Vilà (Alkimia) que irá desde tapas hasta menús de degustación y de alta gastronomía

Cada vez quedan menos colmados en Barcelona, pero uno de ellos, el Múrria, de los más antiguos de Barcelona, inaugurado en 1898, empieza una nueva etapa esta semana. “No nos planteábamos cerrar, pero no sabíamos cuál era nuestro futuro”, cuenta Joan Múrria, detrás de su mostrador desde que tenía 19 años, ahora ya hace más de 50 años. Su familia es la propietaria del establecimiento desde 1943, donde llegaron después de abrir otro colmado, el Quílez, también de los pocos supervivientes en la ciudad.

Desde hace un tiempo, Múrria había ido recibiendo diferentes propuestas de interesados en su negocio, ubicado en Roger de Llúria con València, pero no le gustó ninguna y seguía sin tener claro qué hacer hasta que llegó Ernest Pérez-Mas, consejero delegado de Parlem Telecom. Vecino del Eixample, el empresario era uno de los clientes del colmado y le propuso darle una vuelta al local sin perder la esencia.

La fórmula pasa por sumarle a la emblemática charcutería una oferta de restauración, de la mano del chef Jordi Vilà, de Alkimia y Al Kostat. Y para todos los gustos. Cuando los clientes entren al colmado Múrria, se encontrarán con la tienda de siempre, con sus embutidos, quesos, aceites, conservas, cafés y vinos, pero también verán que hay dos barras, con capacidad para 25 comensales, donde se servirán tapas. Para los que prefieran sentarse a comer en mesa, se servirán menús de degustación en el antiguo almacén, ahora reconvertido en una sala con espacio para ocho comensales. Por si fuera poco, se ha incorporado un reservado en el altillo, donde se ofrecerán menús de alta gastronomía a grupos de hasta 10 personas.

Joan Murria con el empresario Ernest Pérez Mas y el chef Jordi Vilà. ©Marc Guillén

Con esa poliédrica oferta, se servirán desayunos, vermuts, comidas y cenas. El horario irá desde las 10 de la mañana hasta las 12 de la noche, con la cocina abierta hasta una hora antes. Para ir abriendo el apetito, algunas de las propuestas gastronómicas que tiene en mente el chef serán tortilla a la florentina; diferentes versiones de ensaladilla rusa, acompañándola con bonito, bogavante, caviar o salmón, y pastelería salada. Se dará la opción de hacer pedidos para llevar.

“Es una oportunidad”, resume Múrria, quien valora de Pérez-Mas que es un empresario local y de Vilà su prestigio. En esta nueva etapa, el consejero delegado de Parlem, también al frente de la bodega Heretat Mascorrubí, se ha convertido en el socio mayoritario del negocio y ha sido el que ha inyectado los recursos necesarios para adaptar el colmado a los nuevos usos, por una cantidad que no ha trascendido. Las obras en el local empezaron en agosto, manteniendo la estructura y el mobiliario, pero añadiendo una cocina y habilitando los diferentes espacios de restauración.

Colmado Murria
Interior del histórico comercio barcelonés. ©Marc Guillén