Llegar a la gasolinera, repostar y volver a estar en la carretera en menos de cinco minutos. Es una escena habitual que se repite diariamente miles de veces. Es cómodo, rápido y fácil, aunque también suele ser contaminante e insostenible. Porque no hay una alternativa tan sencilla como llenar el depósito de un polucionante y caro combustible. ¿O sí la hay? Cargar un vehículo eléctrico en menos de cinco minutos está pasando de ser una utopía a ser una realidad. El largo camino recorrido hasta ahora para hacer las cargas más rápidas y cómodas se va acortando con contribuciones de diversas compañías. ¿El objetivo? Posicionar el vehículo eléctrico como una alternativa a la combustión tradicional sin que la carga de la batería represente una rémora. Entre estas empresas que avanzan en el camino destaca Floox, marca de L’Hospitalet de Llobregat que ha desarrollado el cargador rápido de vehículo eléctrico más compacto del mercado con 60 kilovatios de potencia.
La spin-off de Premium PSU ha invertido dos años en diseñar y desarrollar este nuevo producto en sus instalaciones de la Zona Franca, con un equipo de 15 ingenieros multicultural y de mayoría barcelonesa. El Lyra 60 permitirá cargar el 80% de una batería en un tiempo estimado de entre 30 y 42 minutos, aportando una autonomía de unos 250 kilómetros.
El nuevo cargador, que saldrá a la venta en 2024, tiene un peso y dimensiones que permiten que se instale no sólo en la habitual versión de peana, sino que ofrece también la posibilidad de anclarse en la pared. En concreto, pesa 80 kilos y mide 1,12 metros por 58,8 centímetros, y dispone de dos conectores para cargar simultáneamente dos vehículos. Ha sido diseñado en las instalaciones metropolitanas de Floox, y se fabrica con montadores de Catalunya.
Así, la producción de Lyra 60 se realizará de forma totalmente localizada en el área de Barcelona, y llega después de dos años de trabajo de Floox. Este proceso ha incluido un acuerdo comercial con un socio de Taiwán experto en cargadores, para testear el mercado, abrir canales de venta y conocer las necesidades del usuario final. Mediante este acuerdo, Floox ha vendido cargadores de esta empresa con modificaciones y bajo su marca. ¿El resultado? Prevén cerrar el año con ventas por 1,5 millones de euros, “muy por encima de las expectativas”, según el fundador y director general de Floox, Jordi Gazo.
La previsión es que la cifra de ventas de este año se doble el año que viene, y que lo haga de nuevo al siguiente. Así, Gazo prevé que la facturación de 2024 sea de tres millones de euros, y que la de 2025 sea de seis. Esta cantidad tiene en cuenta las ventas del nuevo cargador y también las de los productos del socio taiwanés. En concreto, aspiran a que las ventas de Lyra 60 para el próximo año se sitúen en los 500.000 euros.
Floox aspira a lanzar cada año un nuevo cargador con distintas características
Por ahora, la compañía de L’Hospitalet Floox ofrece sus productos a nivel español. Floox trabaja con la previsión de empezar a vender su cargador propio primero en el mercado nacional en 2024, y lanzarse a la internacionalización en 2025, priorizando Europa y Sudamérica, según explica Gazo.
Un cargador al año como meta
El Lyra 60 no es el destino final de la spin-off de Premium PSU, sino que Floox aspira a lanzar cada año un nuevo cargador, con distintas características. Mientras que el anunciado ahora ha primado la relación entre tamaño y potencia, el próximo año prevé presentar un cargador más potente, que ofrezca de 80 a 240 kilovatios.
“Cada año iremos sacando un producto distinto, hasta completar la gama que esperamos”, según Gazo. Ambiciona crear un producto con el que se pueda cargar un vehículo tan rápido como se llena de gasolina, y espera lograrlo en 2025. Así, aspira a competir con empresas a nivel internacional que han logrado cargas en cinco minutos. “Quiero llegar aquí y, si podemos, mejorarlo”.
Infraestructura de carga rápida
Para avanzar en la movilidad eléctrica es clave disponer de una infraestructura amplia de cargadores rápidos. Los usuarios ven con recelo el vehículo eléctrico por la preocupación de tener que repostar en carretera y no encontrar dónde hacerlo. “Este miedo del usuario a la falta de infraestructura rápida es un freno a la hora de hacer la transición a la modalidad eléctrica”, advierte Gazo.
La ampliación de la infraestructura de carga rápida tiene la burocracia y la falta de conexión a la red eléctrica como principales obstáculos
“Estamos empezando a instalar cargadores eléctricos en las gasolineras. Poco a poco, sustituimos surtidores por cargadores”, pese a reticencias de algunos sectores, señala Gazo. También se instalan puntos de carga en espacios como aparcamientos, hoteles y restaurantes. Esta infraestructura de carga rápida no está exenta de obstáculos, que impiden que puntos ya instalados no estén en marcha todavía. Gazo asegura que se debe a dos factores: a la burocracia y documentación que exigen administraciones públicas, y a retrasos en la conexión a la red eléctrica. Si empresas energéticas y administraciones aceleraran estos procesos, centenares de puntos de recarga entrarían en funcionamiento.