Ciclistas circulando por el itinerario seguro de Via Laietana. © Martí Petit

Barcelona Global pide un gran pacto por la movilidad sostenible

Barcelona necesita un nuevo modelo de movilidad basado en la sostenibilidad y en la colaboración público-privada. El objetivo es asegurar la salud de los ciudadanos con unos menores niveles de contaminación pero sin perjudicar el desarrollo económico y la accesibilidad, según se desprende del plan de acción presentado por Barcelona Global, que pide la implantación de un peaje urbano.

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l sector privado da un paso al frente para reivindicar a las administraciones un gran pacto metropolitano que garantice un modelo de movilidad que sea sostenible y que permita el desarrollo futuro de la Gran Barcelona. El objetivo es que empresas e instituciones se arremanguen juntas para convertir a Barcelona en un gran laboratorio urbano que sea referencia en el mundo y que esté basado en el uso intensivo de las nuevas tecnologías —como la nueva conectividad 5G y el big data— y en las inversiones en transporte público. El objetivo es lograr tener una ciudad con menos emisiones, más intermodal y que combine el vehículo privado sostenible y conectado, con el transporte colectivo y los nuevos modelos de movilidad personal y compartida.

“No nos podemos permitir, como ciudad, que este tema sea objeto de polémica política ni de dilación de las soluciones largamente planteadas”, advierte la asociación Barcelona Global en un informe en el que han participado más de sesenta expertos y empresas e instituciones como Seat, FGC, Saba, Fundación Repsol, RACC, ISGlobal, Abertis y Renfe.

La principal reivindicación de Barcelona Global es el consenso, la colaboración público-privada  y el compromiso firme de las administraciones públicas para terminar grandes infraestructuras pendientes como la Línea 9 del Metro o la red de cercanías de ferrocarril, claves para un óptimo funcionamiento del transporte público. También se plantea acotar el uso del vehículo privado “con una regulación inteligente de los accesos a Barcelona” mediante la implantación de un peaje urbano en las vías de entrada que permitiría mejorar también la financiación de la red de transporte colectivo y regular los flujos. Este tipo de peajes ya se han implantado en ciudades como Londres y Copenhague.

La nueva presidenta de Barcelona Global, Aurora Catà.

Según la presidenta de Barcelona Global, Aurora Catà —socia de Seeliger y Conde—, “es necesario implantar un nuevo modelo de movilidad para Barcelona basado en una visión a largo plazo y que asegure una movilidad sostenible, segura, eficiente y accesible para todos”. Catà enfatiza que “esta nueva visión debe ser necesariamente metropolitana“, por lo que la herramienta ideal para vehicular este gran pacto es la Autoritat del Transport Metropolità (ATM).

Es necesario implantar un nuevo modelo de movilidad para Barcelona basado en una visión a largo plazo y que asegure una movilidad sostenible, segura, eficiente y accesible para todos

El informe de Barcelona Global, sin embargo, pide dos grandes cambios para la ATM. Por un lado, reclama que se incorpore también en su estructura de gobernanza al Estado, que actualmente está solo como observador. En segundo lugar, reclaman la incorporación del sector privado, que debería tener una  “participación determinante” en la ATM para que ejerza de instrumento público-privado de planificación y gestión de la movilidad metropolitana con visión de conjunto.

Barcelona ha potenciado el uso de la bicicleta para reducir el uso del coche y la contaminación.

La asociación dirigida por Mateu Hernández ha elaborado un plan de acción con quince medidas concretas a las que urge a poner calendario y presupuesto. Barcelona Global considera que para ejecutar este plan, que debe huir de soluciones locales y puntuales, debe tenerse una visión a largo plazo centrada en nueve grandes elementos de consenso: la nueva movilidad debe concebirse desde una perspectiva metropolitana; basada en la colaboración público-privada; en una rápida ejecución de las inversiones pendientes; en un uso intensivo de la tecnología; en la regulación del vehículo privado; en la mejora del sistema de distribución de mercancías; en aprovechar los fondos de la Unión Europea para la transición energética (New Green Deal); en integrar todo tipo de alternativas o nuevas formas de movilidad; y en convertir a Barcelona en un gran laboratorio urbano de referencia.

Sobre estas nueve bases sobre las que debe construirse el consenso, Barcelona Global ha planteado quince propuestas concretas para pasar a la acción.

  1. Incorporación del Estado a la ATM e involucración del sector privado en este ente gestor.
  2. Acelerar las inversiones en transporte público, tanto en metro como en la red de ferrocarril.
  3. Implantar un peaje urbano para regular los accesos y financiar al transporte colectivo.
  4. Crear aparcamientos metropolitanos en estaciones de tren (Park & Ride).
  5. Impulso al teletrabajo y a los planes de desplazamiento a los centros de trabajo.
  6. Avanzar en la reducción de la velocidad en el centro de la ciudad.
  7. Convertir a los parkings y estaciones en hubs de servicios para la movilidad.
  8. Utilizar el big data como herramienta para planificar y gestionar la movilidad.
  9. Lograr que Barcelona sea referente en movilidad compartida.
  10. Desarrollar una plataforma de MaaS (Mobility as a Service) para mejorar la eficiencia, la calidad del servicio y la intermodalidad.
  11. Rejuvenecer el parque de vehículos y avanzar en su descarbonización, tanto los privados como las flotas de servicio público.
  12. Poner al día el servicio de taxi en Barcelona.
  13. Crear una red urbana que facilite y regule la distribución de mercancías de una forma eficiente y no contaminante.
  14. El turismo debe ser una actividad que esté plenamente integrada en este nuevo modelo de movilidad metropolitana.
  15. Convertir a Barcelona en un gran laboratorio urbano de referencia en movilidad global.

 

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