En un momento en el que los turistas no pasean por las calles de la capital catalana, Barcelona Global quiere reactivar el sector con visitas a algunos de sus espacios emblemáticos de la mano de los directores y gestores de estas instituciones, como las joyas de Gaudí, el Pabellón Mies van der Rohe, la Casa Vicens, el Pueblo Español, el Puerto Olímpico, el Museo de Cera, el Palau de la Música, la Anilla Olímpica, el Cementerio de Montjuic o el Recinto Modernista de Sant Pau.
También tendrán la oportunidad de recorrer instituciones culturales como el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), la Fundación Mapfre, el Museo Picasso, la Fundación Miró, el Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC), la Fundación Vila Casas o la Fundación Antoni Tàpies. Incluso, habrá visitas en destinos más familiares, como el Aquarium, el Zoo y el Tibidabo.
El programa Barcelona en primera persona se celebrará desde este mes de febrero hasta mayo, con visitas reducidas y respetando todas las medidas de seguridad e higiene para evitar el contagio de coronavirus. La asociación calcula que un total de 370 socios podrán participar en estas actividades, de entre los más de mil que la integran, teniendo en cuenta los aforos limitados que hay que cumplir.
La misión principal de esta iniciativa pasa por contribuir al redescubrimiento de la ciudad que todos los barceloneses estamos aprovechando para hacer desde el inicio de la pandemia y la desaparición de los visitantes, además de fomentar que la ciudad recupere la actividad cuanto antes mejor. “Es fundamental que los propios barceloneses conozcan de primera mano todos los atributos que podemos ofrecer como ciudad y más en un momento tan insólito como el actual. El objetivo de este programa es poner en valor entre los barceloneses el orgullo de tener en nuestra ciudad grandes atracciones culturales y del entretenimiento, además de fomentar la reflexión sobre la importancia de tener un patrimonio como el nuestro y sentirlo como propio”, sostiene la presidenta de Barcelona Global, Aurora Catà.