Desde hace tiempo, los barceloneses se han olvidado de la Rambla. No porque hayan querido hacerlo, sino porque había dejado de ser un lugar para ellos. Siempre llena de turistas, los barceloneses dejaron de pasearla y, como mucho, la cruzaban accidentalmente mientras caminaban por el centro o para ir a alguna de sus tiendas o teatros. Como tantas otras cosas, esto era así y parecía que lo seria por mucho tiempo hasta que llegó la pandemia, que la ha vaciado de turistas y la ha convertido en un desierto de comercios y restaurantes cerrados. Ahora, el Ayuntamiento de Barcelona quiere que los barceloneses vuelvan, con la intención de salvar estos negocios y que muchos vuelvan a subir las persianas en una campaña de Navidad que tiene que servir para salvar, ni que sea un poco, un año nefasto.
La campaña Baixa a la Rambla quiere dinamizar la calle por excelencia de la ciudad, con más de 50 actividades de ocio para todos los públicos. Destacan una cata de gastronomía turca con el chef Ismael Prados el 12 de diciembre en La Boqueria o una de kombucha el 10 de diciembre en La Cocina de la Boqueria. Pero también invitan a disfrutar de un espectáculo de flamenco el 11, 12, 18 y 19 de diciembre en el Tablao Cordobés; una ruta guiada para conocerla la Rambla desde los ojos de Albert Einstein o Federico García Lorca o una exposición de estatuas humanas el 12 de diciembre; jazz en la Plaza Reial el 12 y 19 de diciembre o una clase de zumba o de spinning el 13 de diciembre al CEM Colom.
Durante el mes de diciembre y también durante el de enero, se irán sucediendo actividades culturales y gastronómicas como estas en la Rambla y sus alrededores, escenarios que quieren volver a seducir a sus vecinos con un programa muy completo. También habrá promociones para visitar sus museos, como el renovado Museu de Cera, el Macba, el CCCB, el Palau Güell, el Museu de l’Eròtica o el Aquàrium. Hasta ofrecen un 2×1 para volver a viajar en las míticas Golondrinas.
Para la regidora de Comercio de Barcelona, Montserrat Ballarín, la Rambla, aquella calle que Lorca quería que no se acabara nunca, tiene ahora la oportunidad de repensar su oferta y dirigirla hacia los barceloneses. En ese sentido, el presidente de Amics de la Rambla, Fermín Villar, les pide que vuelvan, con la intención de generar una actividad suficiente para que los negocios reorienten su actividad hacia ellos.
La asociación hace años que alerta de la dependencia extrema de esta arteria de la ciudad al turismo internacional, situación que ahora se ha hecho más evidente que nunca, con el 40% de sus locales todavía cerrados, sobre todo aquellos que solo estaban enfocados a los turistas y los comercios.
“Ya hemos visto que el exceso de turismo o la ausencia de barceloneses tiene consecuencias sobre el tejido económico, comercial y de convivencia en el corazón de la ciudad”, añade el primer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. “Ahora es el momento de redescubrir la Rambla. Ahora es el momento de volver a disfrutar de la restauración, la cultura, el pasear y el encuentro. Ahora es el momento de volver a venir a la Rambla”, defiende.