Mandarin Oriental Residences, Barcelona
El estudio de arquitectura OAB, con Carlos Ferrater a la cabeza, ha sido el responsable de reacondicionar la fachada del edificio de Mandarin ORiental Residences.

Así son (por dentro y por fuera) las residencias más lujosas de Barcelona

Dos de los proyectos residenciales más exclusivos de la ciudad se alzan imponentes para convertirse en auténticas atalayas desde las que observar y disfrutar de Barcelona con todo lujo de detalles

El nuevo paradigma del lujo se basa en la experiencia, en una redefinición de la exclusividad que deja a un lado la ostentación para apostar por lo sereno, lo emocional y lo íntimo. Esta tendencia sobria y a la vez sofisticada, muy afín a la capital catalana, ha convertido a Barcelona en el escenario ideal donde referentes de la arquitectura y el diseño han proyectado residencias premium que se alzan como atalayas sobre la ciudad. Lejos de apostar por enclaves resguardados y sosegados, estas nuevas y privilegiadas residencias de superlujo se emplazan en pleno corazón de la capital catalana, en su epicentro comercial y de referencia.

Este es el caso de Mandarin Oriental Residences, un conjunto de 30 apartamentos y cuatro áticos, situado en el número 111 del Paseo de Gràcia, que aspira a convertirse en el edificio residencial más exclusivo de la ciudad. El inmueble, el segundo más alto de Barcelona de carácter residencial, se ha reformado bajo el sello del arquitecto catalán Carlos Ferrater que, junto a su equipo del estudio OAB, ha capturado la esencia de la ciudad y la ha plasmado bajo un diseño innovador, envolviéndolo de chapa perforada para favorecer la ventilación interior de los apartamentos.

La pureza de sus formas recuerda la estructura en cuadrícula, abierta e igualitaria del plan Cerdà, que en 1860 sentó las bases para la reforma urbanística de Barcelona. Las grandes aperturas del edificio, de 75 metros de altura, asoman hoy hacia unas vistas panorámicas sobre el barrio del Eixample, la quintaesencia de la excelencia urbanística, antes de descender paseo abajo entre comercios, restaurantes e iconos de la ciudad con marcado sello modernista, hasta llegar al entramado de calles del barrio Gòtic.

Las grandes aperturas del edificio, de 75 metros de altura, asoman hoy hacia unas vistas panorámicas sobre el barrio del Eixample, la quintaesencia de la excelencia urbanística

El edificio, obra del arquitecto Santiago Balcells e inaugurado en 1961 como sede del Banco Comercial Transatlántico (BCT), fue posteriormente ocupado por la entidad financiera Deutsche Bank. Desde 2014, la propiedad del inmueble de 20 plantas es del fondo de inversión KKH Property. Y, a partir de ahora, la gestión correrá a cargo de Mandarin Oriental, que cuenta con un equipo de 24 personas encargadas de facilitar la vida a los residentes con todo tipo de servicios.

Del total de 34 viviendas que forman el complejo, cuatro de ellas cuentan con una sola habitación, diecisiete con dos y nueve con tres estancias. A ellas, se le suman tres penthouse y un gran penthouse, esta última de doble altura y con una terraza que rodea gran parte del inmueble, lo que la convierte en la propiedad más preciada del proyecto.

Todas las viviendas son las primeras “residencias de marca” que Mandarin Oriental abre en Europa continental y lo hacen con una superficie que oscila entre los 120 y 580 metros cuadrados, y cuyo diseño interior corre a cargo del estudio londinense Muza Lab, con Nathan Hutchins e Inge Moore a la cabeza.

La apuesta a la hora de vestir los interiores aboga por una estética atemporal, rica en texturas y materiales nobles —madera y mármol—, teñida de una dominante cromática de tonos neutros que brinda gran parte del protagonismo a las aperturas y al juego de luces entre interior y exterior. La apuesta de Muza Lab por crear espacios neutros se materializa con un mobiliario sobrio y funcional que da una gran sensación de calidez y comodidad.

Como referente del nuevo lujo, el proyecto se fundamenta en una construcción sostenible, donde cada elemento está diseñado para ofrecer una alta eficiencia energética. Además, junto a la oferta residencial, los inquilinos tienen a su disposición una serie de equipamientos exclusivos tales como un centro de fitness, un centro de spa, un lounge-librería y un jardín al aire libre de 600 metros cuadrados con piscina, acordes a la estética de las residencias. Todo ello accesible a partir de 2,3 millones de euros, precio de partida de los apartamentos.

Mandarin Oriental Residences, Barcelona
El estudio londinense Muza Lab ha proyectado unos interiores donde el tiempo parece detenerse y donde el protagonismo reside en el bienestar, la calidez y las panorámicas urbanas.

Distinción junto al Mediterráneo

Con la mirada puesta al skyline de la ciudad, la torre Antares es otro gran pilar que se alza hasta la cima de la exclusividad urbana para ofrecer una propuesta residencial en línea a la de su vecina de Paseo de Gràcia. El rascacielos recientemente reformado, propiedad del fondo Shaftesbury Asset Management, se erige en el número 1 de la Plaza Llevant, al comienzo de Diagonal Mar, con un diseño rompedor obra de la arquitecta francesa Odile Decq.

Con 28 pisos de altura, está considerada la torre residencial más alta de Barcelona, desde la que disfrutar de auténticas vistas de 360 grados con el Mediterráneo como gran protagonista, no solo como parte del entorno, sino como fuente de inspiración. La arquitecta bebió de su influencia para diseñar las terrazas elegantemente curvadas, que dan al edificio su aspecto distintivo, y el interior, cuya distribución de planta abierta, favorece que haya un movimiento fluido entre el salón, la cocina y la terraza.

Torre Antares de Odile Decq
La arquitecta Odile Decq se ha inspirado en el colorido barroco y la profunda historia del arte y la arquitectura de Barcelona para proyectar la torre Antares.

Antares cuenta con residencias de uno a cuatro dormitorios, dúplex y áticos cuya superficie parte de los 98 hasta los 386 metros cuadrados, y con terrazas privadas que van desde los 16 a los 160 metros cuadrados. Cada una de las 88 residencias se han diseñado pensando en una vida sensorial y visionaria y se han equipado con piezas hechas a medida por la propia arquitecta, desde tiradores de puertas, a bañeras, lavabos e islas de cocina, subrayando así su cuidada atención por el detalle.

Para el equipamiento de los primeros pisos pilotos del proyecto, Decq se inspiró en los pintores barceloneses Miró, Tàpies y Chillida. Cada uno de ellos tiene su propia y distintiva paleta cromática que va desde la lúdica y colorida de Miró, hasta los tonos tierra de Tàpies, a base de dorados y verdes, pasando por el tono natural y los fuertes contrastes en blanco y negro de Chillida. Las residencias también cuentan con suelos de madera de bambú sostenible de alta calidad y con sistemas de domótica inteligente. Además, todas tienen cerramientos acristalados de suelo a techo y amplias terrazas que regalan vistas del Mediterráneo, la capital catalana y las montañas circundantes.

Torre Antares
Sala de estar de uno de los pisos piloto, cuya decoración está inspirada en el artista Antoni Tàpies.

Con un precio de partida de 850.000 euros, las exclusivas residencias de lujo de Antares se acompañan de un programa de servicios que incluyen un gimnasio, un área de bienestar de 1.000 metros cuadrados, cápsulas para la práctica de yoga en forma de capullo —que simboliza la metamorfosis a mariposa una vez hecha la práctica—, una sala de cine y una impresionante Sky Terrace y piscina infinita en la azotea. Todo ello acompañado de una zona ajardinada con pista de pádel y un pabellón equipado con simulador de golf virtual.

Con un precio de partida de 850.000 euros, las exclusivas residencias de lujo de Antares se acompañan de un programa de servicios que incluyen un gimnasio y un área de bienestar de 1.000 metros cuadrados

Entre la diversidad de servicios y zonas comunes con las que cuenta el edificio, destaca el restaurante de próxima apertura Grand Café Rouge, capitaneado por el chef francés afincado en Barcelona Romain Fornell. Al frente de un variado número de restaurantes de la ciudad como Caelis, Bar Leopoldo, Epicerie o la Plassohla, entre otros, la nueva propuesta gastronómica estará especializada en productos locales. El diseño interior, obra de la propia Odile Decq, sigue en total consonancia con el espíritu del edificio y con la voluntad de transformar los momentos cotidianos en lecciones de reverencia artística.

Con las propuestas de torre Antares y Mandarin Oriental Residences, aún en fase de ejecución, Barcelona abre un hueco a un nuevo concepto de viviendas de superlujo que ofrece todos los servicios de un hotel de cinco estrellas en el propio hogar. Todo ello, como parte integrante de una experiencia vital que, ajena a grandes ostentaciones, alcanza la excelencia a todos los niveles.

Torre Antares
Un vestíbulo de triple altura con una pared curvada actúa de antesala a cada una de las 88 residencias que forman el complejo de la torre Antares.